El Pueblo Japonés se Levanta Contra la Entrega de Soberanía al Gobierno Mundial
Las calles de las principales ciudades de Japón están siendo testigos de un levantamiento sin precedentes mientras el pueblo japonés se enfrenta a los planes del gobierno de ratificar el Tratado sobre Pandemia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Millones de ciudadanos, profundamente descontentos con esta decisión, han salido a las calles para expresar su rechazo a lo que perciben como una amenaza a la soberanía nacional.
Según las encuestas de opinión, la mayoría de los japoneses se oponen firmemente a la ratificación de este tratado, argumentando que socavará la autonomía del país y permitirá a la élite mundial dictar condiciones a los gobiernos elegidos democráticamente. Este sentimiento de desconfianza hacia las autoridades se ha visto exacerbado por la creciente preocupación por la pérdida de derechos individuales y la posible imposición de vacunas obligatorias.
El 13 de abril pasará a la historia como un día de movilización masiva en Japón, cuando cientos de miles de ciudadanos patrióticos se congregaron en todo el país para expresar su rechazo a la entrega de su soberanía a intereses globales. Las protestas se centraron principalmente en la oposición al Tratado de la OMS, pero también abordaron temas como la falta de transparencia sobre los efectos adversos de las vacunas y la preocupación por la influencia de la industria farmacéutica en las políticas de salud pública.
Los manifestantes exigieron respuestas sobre el marcado aumento del exceso de muertes y criticaron la falta de transparencia en torno a los posibles riesgos de las vacunas. Oradores destacados, incluido el profesor Masayasu Inoue y el investigador de historia moderna Chikatsu Hayashi, pronunciaron discursos contundentes que pusieron de relieve las preocupaciones sobre la relación entre las autoridades sanitarias mundiales y las agendas farmacéuticas.
El profesor Inoue advirtió sobre el riesgo de que la salud se convierta en un arma en lo que describió como una “tercera guerra mundial librada con información”, instando al público a resistirse a la introducción de vacunas genéticas en sus cuerpos. Estas preocupaciones reflejan un profundo sentimiento de desconfianza hacia las instituciones globales y sus vínculos con intereses privados.
En resumen, las protestas en Japón son un testimonio del poder del pueblo para resistir la imposición de medidas que perciben como una amenaza a su libertad y autonomía. Es un recordatorio de que la lucha por la soberanía nacional y los derechos individuales continúa, incluso en medio de una crisis sanitaria global.
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