Sembrar valores como la Amabilidad y el Respeto garantiza que los niños formen un comportamiento pro social desarrollando habilidades a futuro que los llenará de felicidad y bienestar. Puedes leer o escuchar la nota a continuación…
A medida que los niños crecen, van teniendo conciencia de algunas situaciones, pero no siempre tienen claro que es lo correcto o incorrecto.
Los padres o responsables de su cuidado, tienen un papel importante como guías. Orientar de manera correcta el camino de cada niño e inculcarle valores que serán su guía en todas las etapas de la vida. Por esto, los valores no se imponen ni se proponen; se siembran.
Nuestros hijos tendrán la posibilidad de verlos, vivirlos y sentirlos en la vida diaria. Luego, poco a poco y con nuestra guía, los adoptaran como parte de su vida diaria.
De la amabilidad y el respeto que sembremos en nuestros pequeños, se desprenden todos los demás valores que serán los pilares y cimientos para ser buenas personas, llegando a tener éxito para relacionarse con los demás y en los proyectos de vida que emprendan.
¿Qué es el respeto?
Hablar de respeto es reflejar la relación con nosotros mismos, con los demás y en cómo nos relacionamos con las normas sociales y cómo es nuestro vínculo con el mundo que nos rodea. Así el respeto lo debemos ver como un elemento esencial en nuestra vida.
¿Qué es la amabilidad?
Es el acto donde nos sentimos corteses, complacientes y afectuosos con nuestros semejantes. La amabilidad es un valor social que se basa en el respeto, el afecto y la benevolencia en nuestra forma de relacionarnos con las demás personas.
¿Cómo sembramos la amabilidad en nuestros hijos?
La forma y el entorno en el que crecen los niños desempeñan un papel clave en la amabilidad”, afirma Santa-Sosa, Profesional psicóloga y pediátrica.
“Cuando los padres son afectuosos con sus hijos, cuando los tranquilizan, cuando se sienten decaídos, cuando proporcionan apoyo interpersonal, amor y compasión, y cuando son modelos de comportamientos pro sociales, los niños, a su vez, desarrollan esas habilidades y las comparten con los demás”.
¿Cuáles son los beneficios de la amabilidad?
La amabilidad es un valor moral y humano. Las investigaciones han demostrado que tiene muchos beneficios, una persona amable tiene un mayor sentido de pertenencia y una mejor autoestima. La Dra. Santa-Sosa explica lo siguiente “La amabilidad es buena para el corazón. Desarrolla confianza en sí mismo y en las relaciones, aumenta la felicidad”.
El Criar niños amables tiene muchos beneficios, tanto físico como mentales. En promedio, los niños amables pueden experimentar:
- Aumento de los niveles de energía.
- Mejor autoestima.
- Mayor optimismo y felicidad.
- Aceptación entre compañeros.
Además de los muchos beneficios para la salud, la amabilidad puede ayudar a disminuir:
- Depresión
- Dolor
- Estrés
- Ansiedad
- Presión arterial
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¿Cómo formar a mi hijo en la amabilidad?
Una de las mejores formas de enseñar amabilidad es forjar ese comportamiento. Hacer algo por otra persona cuando estamos con el niño, por ejemplo: ayudar a alguien a cargar sus paquetes, darle la mano a alguien que lo necesite, son acciones simples que un niño notará.
“La amabilidad es contagiosa. Cuando los niños ven a alguien ser amable, también quieren serlo”, dice la Dra. Santa-Sosa.
Nunca es temprano para fomentar estas características beneficiosas y amables en los niños. “Los niños aprenden a medida que crecen, y confían en los instintos y las observaciones para manejarse en su entorno”, menciona Sosa. “Los niños quieren hacer felices a las personas y los padres pueden reforzar esos sentimientos”.
Por ejemplo, un padre puede guiar a un niño de 2 años que no quiere compartir un juguete diciendo: “Compartimos juguetes con los demás y eso hace que jugar sea más divertido”.
¿Cómo podemos ser un modelo de respeto y amabilidad para nuestros hijos?
Podemos transmitir estos valores a nuestros hijos desde que llegan a este mundo, haciéndolos sentir queridos y creándoles un entorno de seguridad y afecto en el que sus necesidades son apropiadamente atendidas y valoradas.
Algunas pautas para padres y cuidadores
- Evita criticar o hablar mal de otras personas delante de tus hijos.
- Evita cualquier tipo de violencia física o verbal. No utilices insultos, gritos, o amenazas.
- Trata a los demás con amabilidad y educación. Saluda al entrar y despídete al salir de algún lugar. Pide siempre las cosas por favor y da inmediatamente las gracias.
- Trata de resolver los conflictos con serenidad, diálogo y escucha. Si no lo puedes hacer así en el momento, es más sano si te retiras y vuelves a tratar el tema cuando estés en más calma.
- Cuando te equivoques o tu conducta es irrespetuosa, pide disculpas.
- Cuando sea posible, ofrece ayuda cuando alguien lo necesite.
- Tratarnos con respeto. Evitar darnos mensajes descalificativos. También debemos incorporar hábitos de autocuidado: tener una rutina de sueño, comer sano y hacer ejercicio.
- Debemos cumplir las leyes y respetar las normas de convivencia. Respetar el semáforo, cuadrar el auto donde es permitido, esperar el turno en la fila.
- Ofrécele tu asiento a otra persona que lo necesite.
- Cuidar el entorno en el que vivimos. Reciclar, no ensuciar.
- No abandonar ni maltratar animales. Ellos también sufren. Cuidémoslos.
“Los niños que aprenden a ser respetuosos con las normas, desarrollan mejores cualidades de autorregulación, siendo capaces de controlar su comportamiento. Tienen, además, menos probabilidad de presentar conductas de riesgo durante la adolescencia y vida adulta”.
“Las interacciones sociales positivas basadas en el respeto mutuo favorecen la producción de oxitocina, la hormona “del bienestar” que reduce el estrés y origina un estado de calma, confianza y empatía”.
Redacción, María Luisa Gómez para VCSmedia.net
Edición: Katia Comas
Loución: José Zuluaga
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