El régimen comunista chino ha utilizado prisiones, campos de trabajo, centros de lavado de cerebro y otras instalaciones para retener a los practicantes de Falun Dafa desde que lanzó una campaña a nivel nacional contra Falun Dafa en julio de 1999.
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una disciplina espiritual y una práctica de meditación basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Muchos practicantes en China han sido arrestados en las últimas dos décadas por negarse a renunciar a Falun Dafa.
El sistema oficial de prisiones se utiliza para encarcelar a los practicantes de Falun Dafa que han sido condenados por mantener su fe después de un juicio ilegal. En 2012 había 681 prisiones en toda China, según un informe del ministerio de justicia de China. Vale la pena señalar que el sistema judicial de China ha servido como una simple formalidad en la persecución a Falun Dafa: simplemente pone en marcha juicios falsos antes de dictar sentencias predeterminadas contra los practicantes.
El ya abolido sistema de campos de trabajo forzado permitía a las autoridades detener a los practicantes hasta por 4 años sin juicio. En un informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de 2009, la delegación china describió su sistema de reeducación a través del trabajo como “similar al del servicio correccional en otros países”, que se aplicaba “a las personas que han cometido delitos que no justifican una sentencia penal”. El informe estimó que había 320 campos de trabajo que albergaban a 190.000 personas en todo el país.
Dado que los campos de trabajo a menudo se utilizaban para retener a los prisioneros de conciencia que no habían cometido ningún delito, el régimen chino se enfrentó a una presión cada vez mayor por parte de la comunidad internacional y cerró el sistema a finales de 2013. Sin embargo, la detención de los practicantes de Falun Dafa no ha cesado, ya que el régimen ha intensificado el uso de los centros de lavado de cerebro extrajudiciales como reemplazo.
A diferencia de las prisiones y campos de trabajo, los centros de lavado de cerebro no se establecen en base a ninguna ley o reglamento. La oficina 610, una agencia ilegal establecida por la dirección del partido comunista el 10 de junio de 1999 y encargada de ejecutar la persecución contra Falun Dafa, tiene la exclusiva potestad de establecer centros de lavado de cerebro donde pueden detener a los practicantes de manera indefinida.
Bajo la directiva de la oficina 610, todos los niveles del gobierno, comités vecinales, empresas e incluso escuelas pueden establecer centros de lavado de cerebro en cualquier lugar que deseen, incluso en hoteles o residencias privadas, sin seguir ningún procedimiento legal. Por lo tanto, es difícil determinar el número exacto de centros de lavado de cerebro, ni existe un recuento oficial.
Aunque de naturaleza extrajudicial e ilegal, los centros de lavado de cerebro han estado bien financiados por el gobierno en su intento de forzar a los practicantes de Falun Dafa a que renuncien a su fe, a menudo a través de la tortura. Muchos agentes del orden público, empleadores y comunidades residenciales han sido incentivados para establecer sus propios centros de lavado de cerebro o para enviar a practicantes a los centros existentes.
La enorme red de centros de lavado de cerebro se ha convertido en un componente crucial del sistema de múltiple pilares del régimen chino para detener a los practicantes de Falun Dafa. Este informe analiza su escala, gravedad y devastación.
Fuente: Minghui.org