
Brasil impidió el ingreso de Venezuela a los BRICS debido a la “pérdida de confianza” en el gobierno de Maduro, explicó el asesor presidencial Celso Amorim. La negativa de Brasil se centra en la falta de transparencia en las recientes elecciones venezolanas y el incumplimiento de compromisos por parte de Caracas.
En un contexto de creciente tensión diplomática, el asesor especial del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, Celso Amorim, reveló en una entrevista con el diario O Globo que la decisión de Brasil de no apoyar el ingreso de Venezuela en los BRICS responde a una “pérdida de confianza”. La negativa de Brasil, según Amorim, está basada en promesas no cumplidas por el gobierno de Nicolás Maduro, particularmente en relación a la entrega de las actas de votación de las elecciones venezolanas del pasado 28 de julio. Este desacuerdo ha generado una respuesta crítica por parte de Venezuela, que acusa a Brasil de “hostilidad” y “agresión” hacia sus intereses.
Venezuela y los BRICS: una admisión controvertida
Durante la cumbre celebrada en Kazán, Rusia, esta semana, Brasil se opuso a la admisión de Venezuela en la lista de nuevos países asociados a los BRICS, grupo en el cual también participaron activamente países como Rusia y China, que en principio se mostraron favorables al ingreso venezolano. A pesar de estas posturas, los demás miembros respetaron la decisión brasileña, y la postura de Brasil se consolidó como determinante en el desenlace final de la reunión.
En palabras de Amorim, el veto a Venezuela se fundamenta en la “falta de transparencia” del gobierno de Maduro. Amorim hizo hincapié en que, aunque varios gobiernos, incluido el brasileño, han solicitado las actas de votación para verificar el resultado oficial de las elecciones, el régimen venezolano se ha negado a entregarlas, aumentando las dudas sobre la validez de los comicios. La oposición venezolana, que cuenta con más del 83% de las actas, sostiene que su candidato, Edmundo González Urrutia, exiliado en España, fue el verdadero ganador de los comicios, postura que ha sido respaldada por el Parlamento Europeo. Maduro, por su parte, ha calificado las actas de la oposición como “falsas” y ha cuestionado la legitimidad de su contenido.
La respuesta de Venezuela: “Un gesto hostil”
Ante la negativa brasileña, el gobierno de Nicolás Maduro ha reaccionado con fuertes declaraciones. La Cancillería venezolana emitió un comunicado en el que denuncia la decisión de Brasil como un “gesto hostil” y una “agresión” hacia la nación. “A través de una acción que contradice la naturaleza y postulados de los BRICS, la representación de la Cancillería brasileña decidió mantener el veto que (el expresidente de Brasil Jair) Bolsonaro aplicó a Venezuela durante años”, expresa el comunicado. El gobierno venezolano interpretó esta medida como una continuación de las sanciones impuestas por el poder occidental, que -según la declaración- busca impedir la expansión de una nación revolucionaria y socialista.
La cautela de Brasil en el panorama internacional
La postura de Brasil se enmarca en un esfuerzo por proyectar una política exterior prudente y alineada con los valores de transparencia. Amorim enfatizó que la exclusión de Venezuela no responde a una posición de confrontación política, sino a la falta de garantías claras y de respeto por la institucionalidad en Venezuela. Aunque Lula da Silva se ha manifestado en múltiples ocasiones a favor de un diálogo abierto con Venezuela, Brasil busca salvaguardar los principios de confianza y estabilidad en su participación en el grupo BRICS.
Por otro lado, se ha mencionado que Venezuela no fue el único país que quedó fuera de los nuevos asociados al bloque. También Nicaragua, que aspiraba a la inclusión, fue rechazada, según medios, debido a una medida similar adoptada por Brasil. En contraste, países como Bolivia y Cuba fueron aceptados como miembros asociados, ampliando el espectro de naciones en el bloque.
Un futuro incierto para la relación Venezuela-Brasil
La situación actual plantea un nuevo desafío en las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Brasil, y abre interrogantes sobre el futuro de la relación entre ambos países en un contexto de desconfianza mutua. Celso Amorim expresó su deseo de que la confianza se recupere en el futuro, pero dejó claro que para ello será necesaria una muestra de transparencia por parte de Venezuela en sus compromisos internacionales.
Este episodio ha puesto de manifiesto las complejidades de las alianzas en el seno de los BRICS y evidencia que el grupo prioriza el consenso y la credibilidad de sus miembros para avanzar en sus objetivos de cooperación y desarrollo multipolar. Con una postura firme y crítica, Brasil envía un mensaje claro sobre la importancia de la confianza en los acuerdos internacionales y el rechazo a prácticas opacas, consolidando así su influencia en las decisiones del bloque en relación con los nuevos asociados.
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