3:00 minutos. Un ungüento, para algunos puede ser solamente un artículo cotidiano, pero para quien tiene la perspicacia suficiente, puede ser un tesoro. Este cuento nos muestra un claro ejemplo de esto.
En la antigua China, una familia se había dedicado por generaciones al lavado de ropa. Para proteger sus manos del agrietamiento producido por este oficio, habían inventado un ungüento que las protegía.
En cierta ocasión, un hombre que pudo ver cómo dicho ungüento les daba un aspecto rozagante a las manos de los lavanderos, se interesó en obtener la receta. Para esto, les ofreció cien monedas de oro a cambio de que se la compartieran.
Los mayores de la familia consultaron entre sí, y rápidamente concluyeron que debían aprovechar la oferta. Esa cantidad era mucho más de lo que obtenían con el negocio de lavar ropa, y de todos modos podían seguir utilizando el ungüento. De modo que, sin pensarlo más, le vendieron la fórmula.
Entonces, el viajero se dirigió rápidamente a la capital del reino, y tan pronto como pudo entrevistarse con el rey, le obsequió la fórmula, exaltando sus cualidades. El rey supo apreciar el regalo y el gesto de su súbdito, y entendiendo que podía confiar en su lealtad, lo nombró general.
Poco después de esto, un reino vecino les declaró la guerra, pretendiendo invadir su territorio. El nuevo general, quien ciertamente tenía grandes habilidades como guerrero, se destacó rápidamente por su estrategia y don de mando. En la batalla decisiva, en la cual derrotaron al enemigo, el general mostró gran temple y liderazgo, apresando al líder de las tropas vencidas.
Entonces, una vez más, agradecido con este leal súbdito, el rey le entregó un feudo como gesto reconocimiento.
Días más tarde, cuando el general tomaba posesión de sus nuevas propiedades, no pudo reprimir una sonrisa al pensar en lo irónico que podía ser el destino. Porque para él era claro que con el ungüento para manos agrietadas se podía obtener un feudo, o simplemente aliviar las manos de los lavanderos.
Cuento original del poeta chino Zhuang Zi – Adaptado para VCSradio.net
Imagen de portada: Carlos Morales Galvis
Tema musical: China – por SilverHoof
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