En la actualidad, la sociedad ha impuesto una serie de requisitos de belleza como aceptación para vender, a través de los medios de comunicación de forma directa y permanente un pensamiento distorsionado frente a la naturaleza y anatomía del ser humano.
Debido a esto, para cumplir los estándares de belleza requeridos, se han desatado problemas como la bulimia, la depresión y actitudes obsesivas al querer ser como los modelos de televisión y diferentes marcas que imponen en la imagen de sus aspirantes, requisitos estrictos sobre el peso, las medidas y estatura de los mismos.
Ha sido tal estos requisitos para vender el concepto de belleza, que muchas personas asumen pensamientos extremos llegando hasta al punto de una afectación social, generando patologías silenciosas, disimuladas, imperceptibles para las familias, pero que en algún momento se revelan, lamentablemente con resultados catastróficos, tales como desórdenes alimenticios y psicológicos.
En este orden de ideas, nos encontramos hoy en día con un mercado que, en las últimas décadas, ha facilitado la trasformación del propio cuerpo tanto de hombres como mujeres, esto es común mente conocido como las cirugías estéticas y en otros casos, por deporte, consumen esteroides también para aumentar su musculatura.
Las personas recurren a estos procedimientos con deseos de sentirse mejor, y una aceptación social que está continuamente ejerciendo presión psicológica.
Debido a esta situación, las consecuencias y cantidad de problemas para el cuerpo que en algunos casos se han salido de control, casos tales como modelos y actores de televisión en Colombia, que han sufrido por estas intervenciones de biopolímeros en los glúteos o Botox en el rostro para intentar mantenerse joven. Pareciera ser que el estándar de belleza no tiene límites, aun cuando no sería necesario aplicar estas intervenciones.
Por otro lado, no podemos ignorar a las victimas anónimas que, por su anhelo de sentirse mejores, han quedado en situaciones de deformidad y en el peor de los casos, han fallecido debido a estas intervenciones. Casos como estos son numerosos ya que, debido a la demanda de estos procedimientos, que, por cierto, no son nada económicos, han surgido la formación de Clínicas no capacitadas o en establecimientos no autorizados en donde las cifras de fallecidos son alarmantes.
De acuerdo a lo anterior, también es importante reconocer que los cirujanos plásticos no solo complacen estándares de belleza caprichosos, de igual forma transforman las vidas de muchos pacientes que requieren de estas intervenciones debido a patologías físicas o accidentes, en tales casos es maravilloso ver como mejoran y ayudan según la situación, dando felicidad con su profesión a muchos seres humanos que lo requieren por necesidad.
Por otro lado, ha crecido un raro estándar de belleza para cierta población; implantes en la frente y pómulos, ojos tatuados de negro con el motivo de parecer demonios o animales, es decir, el estándar de satisfacción deja un gran interrogante ya que esto está muy lejano de ser bello y estético o de la naturaleza humana creada.
De igual manera los tatuajes y piercing hoy en día, son parte de los adornos para embellecerse y con los cuales pareciera que generan gran satisfacción, sin embargo, vemos que esta particular forma de este último tiempo ha tenido gran acogida, volviéndose una moda para hombres y mujeres.
Se ha vuelto común adoptar una apariencia descuidada, los hombres con cabello largo y las mujeres con media cabeza rapada, estas imágenes se han convertido en un arquetipo a seguir, la falta de apreciación personal hace que se quiera copiar de los demás, incurriendo en lo exagerado y en ocasiones lo repulsivo.
Sin lugar a dudas queda en evidencia que la ausencia de valores en las últimas décadas ha generado un vacío de identidad propia, dando paso a que los estándares de la sociedad moldeen a su atojo a la población que, en ese aspecto, sea más vulnerable y es visto como situación casi normal y obligada.
Por ello es vital fortalecer nuestra propia autoestima y tener una visión digna como seres humanos recordando que somos hechos a imagen y semejanza del creador, de esta forma seguramente mantendremos un sano equilibrio en la forma de vestir, de cuidarnos ya que la apariencia exterior es un reflejo del estado mental en el cual nos encontremos.
Aceptar, valorar y respetar nuestro cuerpo es la mejor actitud para mantener una sana sociedad en equilibrio y armonía.
Artículo, Adriana Contreras para VCSradio.net