El pasado 31 de julio, el senador estadounidense Marco Rubio, republicano de Florida, presenta un proyecto de ley para combatir la sustracción forzada de órganos en China, enfocándose en proteger a los practicantes de Falun Gong.
La iniciativa legislativa, titulada “Ley de Protección a Falun Gong”, busca sancionar a los responsables, detener la cooperación con China en trasplantes y exigir un informe sobre las prácticas de Beijing. Este es un esfuerzo legislativo clave para enfrentar las violaciones de derechos humanos por parte del Partido Comunista Chino.”
El contexto de la persecución a Falun Gong
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual de la Escuela Buda que promueve los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
Consta de 4 ejercicios suaves y una meditación que mejoran el estado físico y emocional. Hoy en día se practica libremente en los parques de más de 100 países.
Desde su introducción en los años noventa, Falun Gong ganó gran popularidad en China, lo que despertó la preocupación del entonces líder del Partido Comunista Chino (PCCh), Jiang Zemin quien percibió la creciente popularidad de la disciplina espiritual como una amenaza para la ideología atea del PCCh.
A finales de la década, se estimaba que entre 70 y 100 millones de personas habían adoptado esta práctica. Fue entonces cuando el 20 de julio de 1999, el líder Jiang intolerante con cualquier grupo fuera del control del partido, lanzó una campaña para “erradicar” Falun Gong de todo el territorio de China.
En consecuencia, el régimen comunista inició una brutal campaña de persecución contra los practicantes de esta disciplina, marcada por la represión, el arresto masivo, la tortura y, según múltiples investigaciones, la sustracción forzada de órganos.
Sobre la sustracción forzada de órganos a personas vivas
Varias investigaciones posteriores incluyendo informes de testigos y médicos chinos concluyeron que funcionarios del PCCh actúan en colaboración con cirujanos, autoridades penitenciarias y oficiales militares para matar a presos de conciencia y así alimentar su lucrativa industria de trasplantes de órganos, siendo los practicantes de Falun Gong la principal fuente de órganos.
Esta industria de trasplantes convierte la sustracción de órganos a los practicantes mientras están vivos, en crímenes autorizados por el estado, un delito que ha provocado una condena mundial.
Proyecto de Ley presentado por el senador Rubio
El proyecto de ley presentado por Rubio no solo busca sancionar a los responsables de estas atrocidades, sino también a aquellos cómplices que, de alguna forma, facilitan la industria de trasplantes en China. Asimismo, la propuesta incluye la revisión de las subvenciones estadounidenses otorgadas en los últimos diez años para proyectos relacionados con trasplantes de órganos en China.
El secretario de Estado también estaría obligado a proporcionar un informe detallado sobre las políticas y prácticas actuales en dicho país.
Un proyecto bipartidista en el Senado
El proyecto de ley de Rubio cuenta con el apoyo de otros senadores republicanos como Ron Johnson (Wisconsin), Roger Marshall (Kansas) y Thom Tillis (Carolina del Norte).
Además, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó por unanimidad el 25 de junio pasado, la Histórica “Ley de Protección de Falun Gong” liderada por el representante Scott Perry, junto con otros 18 legisladores.
En un comunicado emitido, Rubio subrayó la gravedad de la situación: “La China comunista ha logrado salirse con la suya con una campaña de maldad generalizada. Desde la comisión de actos de genocidio contra grupos religiosos y étnicos hasta la conducción de esterilizaciones y abortos forzados”.
La preocupación internacional ante la sustracción forzada de órganos
Desde hace años, el Partido Comunista Chino ha sido objeto de denuncias por su participación en la sustracción forzada de órganos. La evidencia recogida a lo largo del tiempo señala que el régimen chino detiene a grupos marginados como practicantes de Falun Gong, musulmanes uigures, tibetanos y otras minorías religiosas en campos de trabajo forzado, donde son sometidos a pruebas médicas invasivas para evaluar la compatibilidad de sus órganos.
Un hecho aún más escalofriante es que el PCCh ha sido acusado de comercializar estos órganos en el mercado internacional, ofreciendo corazones, hígados y riñones como si fueran productos de una lista de compras. Esta grotesca mercantilización de vidas humanas con fines de lucro ha generado una creciente indignación y demanda de medidas internacionales más firmes para detener estas atrocidades.
Evidencia recopilada: “Cosecha Sangrienta”
En 2006, el fallecido abogado canadiense David Kilgour y el abogado de derechos humanos David Matas publicaron el informe “Cosecha Sangrienta”, un documento que expone con evidencia sólida la sustracción forzada de órganos en China. La investigación reveló que miles de practicantes de Falun Gong han sido asesinados para extraer sus órganos y venderlos en el lucrativo mercado de trasplantes. Esta práctica también ha afectado a otras minorías religiosas y étnicas, quienes, como prisioneros de conciencia, son privados de sus derechos más fundamentales.
La resiliencia de Falun Gong
Pese a los más de 25 años de persecución, los practicantes de Falun Gong continúan defendiendo sus creencias tanto dentro como fuera de China. A pesar del riesgo constante de arresto y tortura, siguen informando a la población sobre la verdad de la persecución.
Sus esfuerzos incluyen distribuir folletos, colgar pancartas y hacer llamadas telefónicas para exponer las violaciones a los derechos humanos que ocurren en China.
Con el tiempo, estos esfuerzos han tenido un impacto positivo, ya que más personas dentro de China han comenzado a cuestionar la narrativa oficial y a solidarizarse con las víctimas de la persecución.
El compromiso de estos practicantes con los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia ha sido crucial para dar visibilidad a una tragedia que, durante mucho tiempo, ha sido ignorada por la comunidad internacional.
El camino hacia la aprobación
De ser aprobada en el Senado, esta legislación sería la primera ley federal en Estados Unidos que desafía explícitamente la persecución y el tráfico ilícito de órganos en China, dirigido principalmente contra grupos religiosos y étnicos marginados.
El siguiente paso sería su promulgación por parte del presidente Joe Biden. Este sería un avance significativo en la lucha por los derechos humanos a nivel global y un mensaje claro al régimen chino de que sus prácticas inhumanas no serán toleradas.
La sustracción forzada de órganos es una de las violaciones más horrendas a la dignidad humana, y la comunidad internacional no puede permanecer indiferente. Iniciativas como la “Ley de Protección a Falun Gong” representan un paso crucial hacia la justicia y el respeto por los derechos humanos universales.
Con esta legislación, Estados Unidos se posiciona como un líder en la defensa de los principios de libertad y dignidad frente a un régimen que sigue cometiendo atrocidades en nombre del poder.
Artículo escrito por Margarita Restrepo para VCSMedia.net con información de Mundo Libre Diario
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