6 minutos. La Revolución Cultural China parece estar resucitando. Pero ahora, como un virus generado por el Partido Comunista Chino, invade al mundo.
Según la visión comunista, todas las desgracias del pueblo chino se debían a las dinastías que habían gobernado el país por 5 mil años. Por lo tanto, todo lo relacionado con ese pasado debía ser suprimido de la mente del pueblo. Dentro de esto se incluía, la cultura, la historia, las tradiciones y la religión. Obviamente, el capitalismo y el llamado pensamiento burgués también debían ser eliminados.
Con estas directrices, se inició una de las purgas políticas más terroríficas de la historia. Los jóvenes fueron adoctrinados y radicalizados, y más de 11 millones de ellos, bajo el nombre de Guardias Rojas se encargaron de desatar una destrucción sin precedentes.
De modo que, cualquiera que no cumpliera estrictamente las directrices del Partido podía ser juzgado y condenado a campos de reeducación o a pena de muerte. Como resultado, más de 2 millones de chinos murieron en un término de tres años y decenas de millones fueron afectados directamente por la Revolución Cultural.
Esta breve reseña nos pone en contexto de la situación que actualmente vive, no solo el gigante asiático, sino el mundo occidental.
Después de años de crecimiento económico constante, producido por su apertura económica, y sin haber abandonado en ningún momento el poder político, el Partido Comunista Chino (PCCh) está regresando a sus orígenes.
Recientemente el líder chino Xi Jinping ha lanzado una serie de medidas que endurecen el control del gobierno sobre lo que pueden hacer o no los ciudadanos. Todo ello, enfocado a recuperar la imagen del PCCh, que para ellos debe estar por encima de cualquier otro símbolo.
Para china, esto no es tan extraño, pues a través de su historia, el Partido Comunista ha estado enfocado en que el pueblo chino se mantenga cohesionado alrededor de su liderazgo exclusivo.
Lo preocupante es que occidente está siguiendo los mismos pasos de China en la implantación de una Revolución cultural
En la actualidad, en occidente se aprecia un fenómeno muy parecido a lo que en su momento significó la Revolución Cultural; esto tal vez es debido a que las ideas izquierdas se han ido imponiendo en los países libres, en un proceso que no parece espontáneo.
Muchos de los grandes medios están sesgados hacia las ideologías que sustentan los movimientos de izquierda; de esta forma comienzan a imponer una especie de dictadura de lo que consideran correcto transmitir.
Esto ha llevado hacia una ‘cultura de la cancelación’, que no es otra cosa que la censura hacia las ideas consideradas retrógradas u obsoletas. Esto es similar, a la supresión de “los cuatro viejos” (las costumbres, mentalidad, cultura y hábitos antiguos), de la Revolución Cultural China.
Así como se reprimían ‘los cuatro viejos’, ahora temas como el racismo, la xenofobia, el derecho al aborto, la identidad de género, etc., no admiten discusión en las redes sociales. Incluso, controvertirlos puede causar no solo el señalamiento despiadado de miles de usuarios; también puede provocar el cierre de la cuenta por parte de la plataforma de redes, en la cual se sostenga ideas contrarias a lo que se espera de un buen ciudadano progresista.
Es más, incluso grandes librerías como Amazon se niegan a distribuir libros que no estén alineados con las normas de la plataforma, o que sostienen ideas que ellos consideran de ultraderecha, como lo es cuestionar al movimiento izquierdista BLM.
Un ejemplo es la carta firmada a mediados de 2020 por 150 intelectuales reconocidos, donde denunciaban las retaliaciones contra quienes expresaban libremente sus opiniones. Las reacciones fueron tan fuertes, que muchos de ellos, asustados, se retractaron e incluso pidieron que se retirara su firma del documento. Al final, todos callaron, en una aceptación tácita a la censura.
Pero esto no es solo al nivel de los intelectuales.
La ‘cultura de la cancelación’ ha calado en la sociedad; muchos personajes menores, youtubers, actores o comediantes toman la bandera de lo correcto, como ‘nuevos Guardias Rojas’ de la corrección progresista.
Esto ha llegado a extremos increíbles, como En Colombia, cuando hace poco una reconocida deportista anunció su participación en política dentro de un partido tradicional. Inmediatamente fue criticada por gente de la farándula, no por participar en la política, sino por no hacerlo en las toldas de la extrema izquierda.
También está el caso de unos jóvenes que publicaron un video mostrando su apoyo a una candidata de derecha. Ante esto, un comediante hizo una parodia, representándolos como matones y borregos al servicio de la mafia.
Lo más grave de todo, es que nada de esto ya sorprende ni produce indignación. Mientras estas críticas obtusas sean favorables a la izquierda ideológica, los medios la comentan ligeramente y la vida sigue.
De continuar todo esto, pronto llegaremos al “pensamiento único” de la Revolución Cultural, en el cual nadie podrá escapar de lo que se considere correcto. En China esto es normal y manejado por la dictadura comunista. Pero en occidente, ¿quién se encuentra al mando?
Por lo que podemos apreciar, no se trata de movimientos espontáneos en los que repentinamente los jóvenes perspicaces descubren cosas obvias.
Se ve que existe una agenda hábilmente manejada; así como en la Revolución Cultural China, en occidente los jóvenes están sirviendo a los intereses de quienes desean imponer el socialismo a nivel global.
Es trabajo de todos defender la libertad de pensamiento, antes de que la represión se imponga; no solamente mediante el matoneo en las redes sociales, sino por la persecución política desde gobiernos autoritarios regidos por la izquierda.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
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