Lea aquí la Parte 1
Lea aquí la Parte 2
Lea aquí la Parte 3
Conocido también como Buda, Siddhartha Gautama o Sakya Muni fue un príncipe indio que vivió cerca del año 563 a.C en la India Central.
Cuenta la leyenda que siempre opinaba que la vida humana en el mundo es un escenario o reino de sueños y ambicionaba tener una comprensión clara, exacta y completa acerca de la verdad del universo y la vida humana.
Sometiendo al dragón malvado, Sakya Muni busca la salvación
La historia del Fo Sakya Muni nos transporta a un período en el reino de Magadha, donde tres líderes de otra vía espiritual, los hermanos Uruvilva-kasyapa, Nadi-kasyapa y Gaya-kasyapa, eran reverenciados y respetados por muchos. Uruvilva-kasyapa, en particular, creía haber alcanzado el estado de luohan,( iluminado o realizado ),que había obtenido el Dao y tanto él como sus seguidores estaban convencidos de su elevada posición espiritual. Sin embargo, el valiente y poderoso fo Sakya Muni decidió persuadir a Uruvilva-kasyapa para que abandonara su camino y encontrara la verdadera salvación.
Un día, el Fo Sakya Muni llegó a la residencia de Kasyapa. Este vio la virtud poderosa y la apariencia solemne del Fo, entonces se levantó y alegremente le dio la bienvenida, preguntando: “Joven sramana, ¿de dónde viene?” El Fo respondió: “Vengo del reino de Varanasi, quiero ir a la ciudad de Rajagrha; ya es tarde, por favor permítame pasar aquí la noche”. Kasyapa respondió: “Si usted quiere pasar la noche por supuesto que puede, no obstante, mi casa ya está ocupada completamente por mis discípulos.
Solamente tengo una habitación de piedra vacía, por dentro está muy limpia, todas las herramientas que usamos para hacer ofrendas al dios del fuego las guardamos allí. Sin embargo, hay un dragón de fuego brutal que reside dentro, ¡podría dañarte!”
El Fo dijo: “Usted solamente permítame alojarme esta noche”. Kasyapa estrechándole las manos le dijo: “Ese brutal y malvado dragón seguro que querrá dañarte, ¡esto no es un juego!”
“No se ponga nervioso, solamente ocúpese de alojarme para esta noche, eso es todo”. El Fo le habló de esta manera con seguridad. Kasyapa entonces lo guio hacia la habitación de piedra para pasar la noche, y añadió: “En caso de que ocurriera algo inesperado, ¡de ninguna manera podrás culparme!”
A pesar de las advertencias de Kasyapa sobre el peligro que representaba el dragón, el Fo se mantuvo firme y pasó la noche en la habitación. Utilizando sus poderes divinos, el Fo sometió al dragón y demostró su invulnerabilidad al fuego. A pesar de presenciar estos milagros, Kasyapa seguía siendo obstinado en su creencia en la autenticidad de su propia vía espiritual.
A lo largo de varios días, el Fo continuó demostrando su poder divino frente a Kasyapa y sus discípulos. Desde encender y apagar fuegos con un simple gesto hasta realizar viajes instantáneos a lugares lejanos para recolectar frutas frescas, el Fo dejó claro que su sabiduría y virtud superaban cualquier habilidad terrenal. Aunque Kasyapa quedó impresionado, su orgullo no lo dejo ver la realidad, se aferró obstinadamente a su propia vía espiritual, creyendo que no podía igualar su autenticidad.
El Fo le reprendió y dijo: “¡Kasyapa! No eres un luohan, ni tampoco estás transitando la vía de luohan. En realidad, aún no has entendido la vía, ¿por qué miras la reputación sin avergonzarte, te llamas a ti mismo luohan, y dices tú mismo que has obtenido el Dao?
Kasyapa comenzó a sentirse avergonzado y asustado, en su corazón pensó: “Este joven sramana, en verdad es capaz de conocer completamente mis pensamientos”. Entonces le suplicó: “Santo, ya que ves claramente mi corazón, y ves claramente mis defectos, entonces le solicito al gran sabio que me acepte y me enseñe”. El Fo respondió: Eres un cultivador de ciento veinte años, rico y famoso, además te siguen numerosos discípulos, y tienes la lealtad de los súbditos del rey, deberías intentar considerarlo cuidadosamente, sólo entonces te aceptaré”.
Finalmente, después de presenciar la compasión y el poder del Fo, Kasyapa y sus discípulos decidieron refugiarse bajo su enseñanza y convertirse en sus seguidores. Abandonaron su antigua vía y abrazaron la enseñanza del Fo, alcanzando gradualmente el estado de luohan.
Sus otros dos hermanos menores Nadi y Gaya fueron juntos al lugar en el que se encontraba el Fo, y vieron a su hermano mayor y a los discípulos, todos se habían convertido en monjes con la cabeza rapada y la túnica.
Los dos hermanos dieron un paso adelante, y una vez completados los saludos, preguntaron rápidamente: “Nuestro hermano mayor tenía originalmente una escuela con una multitud de personas que lo seguían, ¿por qué se ha retirado y se ha convertido en el discípulo de otro?”
Su hermano mayor dijo: “Vi la gran misericordia consumada y la inconmensurable buena fortuna y virtud del poderoso Venerable, por lo que solamente sigo a Fo Fa, sólo entonces podré realmente cortar para siempre con la vida y la muerte. (Fo Fa = Ley de un Ser iluminado)
Hemos encontrado afortunadamente a un gran santo provisto de buena fortuna y sabiduría, si seguía siendo arrogante y lento, sin recibir la enseñanza, ¿cómo no podría tener ciegos los ojos?” Como consecuencia los dos hermanos menores también deseaban al igual que su hermano mayor abandonar su hogar. Así que primero regresaron, y cada uno guio a sus doscientos cincuenta discípulos a estar frente al Fo. Abandonaron el hogar y cultivaron su Vía, gradualmente todos cultivaron exitosamente el fruto de luohan.
El rey de la ciudad proclama el sitio de honor
La historia del Fo Sakya Muni continúa, revelando encuentros poderosos y conversiones sorprendentes. En esta parte, nos sumergimos en un relato lleno de reverencia, enseñanzas transformadoras y momentos de iluminación.
El poderoso Venerable, ya había impactado las vidas de mil personas que seguían otras vías espirituales. Sin embargo, su misión no había terminado. Recordando la invitación del rey Bimbisara de la ciudad de Rajagrha, decidió dirigirse hacia allí para ofrecer sus enseñanzas y salvar a los súbditos de la ciudad.
En Rajagrha, el rey Bimbisara, impresionado por las noticias de la conversión de Kasyapa y sus discípulos al seguimiento del joven monje Gautama, decidió darle la bienvenida con gran ceremonia y construir un monasterio para él y sus seguidores. Este acto marcó el comienzo del patrocinio real hacia la enseñanza del Fo y la expansión del budismo en la región.
A lo lejos, divisaron al Fo sentado bajo la sombra de un árbol, irradiando una luz poderosa que atraía a la multitud. Profundamente impresionado, el rey envió un asistente para saludar al Venerable en su nombre.
Después de intercambiar corteses saludos, Kasyapa, el ahora discípulo del Fo, alabó al maestro con versos elocuentes y demostró algunos de sus poderes divinos, consolidando aún más la reverencia de la multitud hacia él.
Kasyapa le dijo a la multitud:
“Solo desde que sigo la enseñanza del Fo, he obtenido realmente el Dao, y he podido cortar para siempre con las preocupaciones de la vida y la muerte, al igual que obtener la verdadera tranquilidad. ¡Señores! En este mundo el sufrimiento y la desgracia de la vida y la muerte a la fuerza produce un daño real, solamente siguiendo de inmediato al Fo para cultivarse y aprender, puede uno liberarse del mar de sufrimiento de la vida y la muerte y las preocupaciones. Y así entrar al niepan (esto significa no nacer y no morir), la otra orilla de la paz y la felicidad “. Después de que la gran multitud escuchó esto, lo estimaban aún más.
El rey Bimbisara, conmovido por la presencia del Venerable, se arrepintió de haber obstruido su partida en el pasado y prometió ofrecerle sustento de por vida. Además, declaró seis ayunos durante tres meses en honor al Fo y sus enseñanzas.
Mientras tanto, en dicha ciudad de Rajagrha, dos brahmanes eruditos, Sariputra y Maudgalyayana, quienes cultivaban un tipo de vía de purificación, hicieron un pacto entre los dos para compartir cualquier enseñanza espiritual que encontraran: “De entre nosotros dos el primero que escuche acerca del Dao, debe revelarlo de inmediato, y de ningún modo puede esconderlo miserablemente”.
Cuando el discípulo del Fo, Asvajit, recitó unos versos en presencia de Sariputra, este experimentó una profunda iluminación y se convirtió en srotapanna. Luego, llevaron las enseñanzas al brahmán Maudgalyayana, quien también se iluminó y se convirtió en el fruto inicial. Ambos y sus seguidores se unieron al Fo como discípulos.
Artículo escrito por Margarita Restrepo para VCSradio.net con información de Minghui.org
CONTINUARÁ…
También puede leer: