El término “depresión sonriente”, se refiere a un estado en el que uno se muestra feliz ante los demás, aunque internamente se tenga un estado de ánimo bajo y se pierda la sensación de satisfacción en las actividades de las que antes disfrutaba.
Este es la última nueva clase de depresión que se ha añadido a la ya larga lista de ‘trastornos mentales’ de los que se habla mucho en medios de comunicación estos días.
La experta en ansiedad y depresión de la Universidad de Cambridge Olivia Remes desgrana en un artículo en The Conversation, las causas, sintomatología y tratamiento de este nuevo desorden.
La experta asegura que este tipo de depresión es muy peligrosa por la dificultad para detectarla. Olivia Remes cree que otro de los problemas es que el afectado tarda mucho más en buscar apoyo, porque no reconoce la enfermedad. Además, estas personas que padecen ‘depresión sonriente’ suelen tener problemas para reconocer las emociones.
Sin embargo, según la doctora, “depresión sonriente” no es un término técnico usado por los psicólogos.
El término técnico más cercano para esta condición sería “depresión atípica”, uno de los 374 trastornos enumerados en el Manual Estadístico y de Diagnóstico (DSM por sus siglas en inglés) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés) o en la sección de trastornos mentales de la Clasificación Internacional de Enfermedades (IDC por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud.
Sin embargo, la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos (CCDH), una entidad sin ánimo de lucro que investiga y expone las violaciones de derechos humanos en el campo de la psiquiatría denuncia que detrás de todas estos nuevos trastornos se esconde un lucrativo negocio.
Trastorno de lectura, trastorno de conducta perturbadora, trastorno de expresión escrita, trastorno de matemáticas, trastorno de intoxicación por cafeína, trastorno de abstinencia de la nicotina, son algunas de los nuevos “trastornos mentales” enumerados por los psiquiatras.
Según los expertos de la CCDH, se han convertido en trastornos mentales muchos de los estados de ánimo normales que las personas experimentan a lo largo de sus vidas, como la pérdida de un ser querido, o incluso determinados rasgos de la personalidad humana.
Algunos ejemplos:
- La timidez es categorizada como Trastorno de Ansiedad Social.
- La pérdida de un ser querido se ha convertido en un Trastorno Depresivo Mayor
- Nostalgia del hogar es un Trastorno de Ansiedad por Separación
- Ser distraído es ahora una condición psiquiátrica llamada Trastorno de Déficit de Atención por Hiperactividad.
Representados como herramientas de diagnóstico, el DSM y el ICD no solo se usan para diagnosticar trastornos mentales y emocionales y prescribir “tratamiento”, sino también para resolver batallas por la custodia de los hijos, casos de discriminación basados en una presunta discapacidad psiquiátrica, aumentar el testimonio judicial, modificar la educación, según afirma esta organización.
“A diferencia de los diagnósticos médicos que transmiten una causa probable, un tratamiento apropiado y un pronóstico probable, los trastornos enumerados en el DSM-IV [y la CIE-10] son términos que se alcanzan mediante el consenso entre pares”, afirma la psicóloga canadiense Tana Dineen.
Esto significa literalmente que se deciden las enfermedades en base a los votos de los miembros del comité del APA.
“Los trastornos mentales se establecen sin base científica ni procedimiento”, dijo un psicólogo que asistía a las audiencias del DSM según recoge la CCHR.
“El bajo nivel de esfuerzo intelectual fue impactante. Los diagnósticos se desarrollaron por mayoría de votos en el nivel que usamos para elegir un restaurante. Luego se escribían en el ordenador”, añade este psicólogo.
¿Por qué se ‘inventarían’ enfermedades?
La doctora Margaret Hagen, psicóloga y autora de Whores of the Court: El fraude del testimonio psiquiátrico y la violación de la justicia estadounidensees contundente sobre el motivo real que se esconde detrás del sistema de votación del DSM: “Si no puede llegar a un diagnóstico, usted no puede enviar una factura”.
Los beneficios de la industria psiquiátrica son de 330.000 millones de dólares anuales.
Herb Kutchins y Stuart A. Kirk, autores de Volviéndonos locos afirman que las personas “pueden obtener un falso consuelo de un manual psiquiátrico de diagnóstico que fomenta la creencia en la ilusión de que la dureza, la brutalidad y el dolor en sus vidas y en sus comunidades pueden explicarse mediante una etiqueta psiquiátrica y erradicarse con una píldora”.
“Cuando un paciente entra en una consulta de un psiquiatra y pide ayuda, entre un 97% y 99% de ellos van a recibir medicación psicotrópica como tratamiento”, afirma el Dr. Stephan Stein Médico Especialista en Adicción para la CCDH.
Sin embargo, esta medicación no está diseñada para combatir una enfermedad que tenga un rastro físico, como una infección o una carencia como la insulina.
Estos fármacos psicotrópicos causan tremendos efectos secundarios y son altamente adictivos.
Según esta organización cada año 700.000 estadounidenses sufrirán efectos secundarios severos por el consumo de antidepresivos y se producen 42.000 muertes.
Y es que las drogas prescritas por médicos se han convertido en un grave problema de salud pública en los Estados Unidos.
En este sentido, un informe encargado por Donald Trump al principio de su legislatura en 2016, reveló unos datos preocupantes de adicción y efectos secundarios de los opiáceos, que considera como una “emergencia sanitaria nacional”.
Los opioides son una clase de medicamentos que incluye todo, desde heroína hasta analgésicos recetados legales, como oxicodona, hidrocodona, codeína y morfina.
Algunos de ellos, como el Fentanilo, son hasta 50 veces más potentes que la heroína.
Según este informe en 2016, 64.000 estadounidenses perdieron la vida por sobredosis, 175 personas por día, siete vidas por hora. En ese mismo año había dos millones de estadounidenses adictos a los opioides.
La meditación un eficaz tratamiento contra la depresión
Según un estudio de la Universidad de Exeter, meditar puede resultar tan efectivo o más que medicarse para hacer frente a la depresión.
Un nuevo libro fue publicado el año pasado, La práctica consciente de Falun Gong: Meditación para la salud, el bienestar, y mucho más (The Mindful Practice of Falun Gong: Meditation for Health, Wellness, and Beyond, por su nombre en inglés) indaga, desde la perspectiva de la ciencia, el poder de curación de esta práctica tradicional de meditación china.
Fuente: Bles.com