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Falun Gong celebra 25 años de resiliencia y esperanza frente a la persecución en China. Este movimiento espiritual sigue floreciendo y manteniendo su fe a pesar de los desafíos
Hace 25 años, justo el 20 de julio de 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzó una de las campañas políticas más brutales desde la Revolución Cultural: un esfuerzo masivo para eliminar Falun Gong. Una disciplina espiritual y de meditación practicada por decenas de millones de ciudadanos chinos.
Hace exactamente 25 años, cerca de 100 millones de seguidores chinos de Falun Dafa fueron abruptamente etiquetados como “enemigos del Estado”, simplemente por la enorme cantidad de sus practicantes.
Esta cruzada incluyó quemas públicas de libros, propaganda demonizadora las 24 horas del día, los 7 días de la semana, arrestos masivos y una extrema obsesión por obligar a los practicantes a renunciar a su fe, incluso mediante la tortura.
Desde entonces, innumerables hombres, mujeres y niños inocentes han sufrido a manos del Partido Comunista Chino, enfrentando una persecución implacable que ha llegado incluso a la sustracción forzada de órganos, una práctica atroz que continúa hasta hoy.
Algunos interpretan este oscuro capítulo como una manifestación de las profecías. Nostradamus escribió lo siguiente: “En el año 1999, séptimo mes, desde el cielo vendrá un gran Rey del Terror”. Esto coincide exactamente con la persecución a Falun Gong que inició precisamente en esa fecha.
La sobrevivencia de Falun Gong era mínima, con todo el sistema de seguridad de una potencia exterminándolos. Sin embargo ya lleva 25 años y los practicantes continúan resistiendo y exponiendo las vejaciones a las que aún hasta hoy vienen sufriendo. Incluso se han intensificado las detenciones, los encarcelamientos y las difamaciones.
Falun Gong o Falun DAfa fue presentado por primera vez al público en 1992, ganando rápidamente popularidad en China gracias a sus efectos curativos sobre el cuerpo y la mente, y a su componente espiritual, aspecto casi extinto por el régimen ateo del PCCh desde 1949.
Una pregunta que muchos se hacen es: ¿Por qué un régimen armado temería a 100 millones de meditadores pacíficos que se ejercitan juntos en los parques de toda China durante una o dos horas cada mañana antes de ir a trabajar o a la escuela?
Existen varias explicaciones:
1- El miedo de un régimen ilegítimo y paranóico que se sintió amenazado de perder el poder, por el crecimiento exponencial del número de practicantes de Falun Dafa.
2- Porque los principios de Falun Dafa (verdad, benevolencia y tolerancia), son la antítesis de la ideología atea comunista. Temían que se reviviera la espiritualidad.
3- Para sostenerse a sí mismo y legitimarse, requiere periódicamente crear un ‘enemigo de clase’ contra el cual hay que ‘luchar en un frente común’. Falun Gong era ideal para este propósito.
4- Por el temor a que Falun Dafa reviviera la Cultura Tradicional China, que con tanto esmero destruyeron en la Gran Revolución Cultural.
5- Por el temor a no poder controlar la mente de gran parte de la población, los practicantes de Falun Dafa, pues su esencia reside en el espíritu, no en la política.
6. Porque se daban cuenta de que Falun Dafa estaba reviviendo el verdadero espíritu chino de sabiduría, trascendencia y libertad interior.
Los crímenes contra la humanidad del régimen chino contra Falun Dafa, están saliendo a la luz cada vez más, provocando un mayor rechazo por parte de la comunidad internacional.
La evidencia irrefutable de la sustracción forzada de órganos, documentada en un extenso informe de 680 páginas, elaborado por investigadores independientes, demostró que los practicantes de Falun Dafa, son las víctimas preferidas, en más de un 60 %, ya que por su estilo de vida saludable, sus órganos son sanos y limpios, muy apetecidos por el mercado de trasplantes.
Este crimen atroz, ha llevado a diversos cuerpos legislativos internacionales a tomar una clara postura sobre esta grave situación. Sin embargo, aún existe mucho silencio en importantes organismos.
Es una obligación moral, difundir mensajes de naturaleza protectora de los derechos humanos, pues una persecución de este tamaño y de esta ferocidad, como la que sucede ahora en China contra Falun Dafa, nunca antes había sucedido en la historia.
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