11 minutos de lectura. Los viajes en el tiempo son una de las grandes utopías de la humanidad. Pero, ¿qué tan probables son? Veamos algunas teorías.
Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha sentido curiosidad acerca de la posibilidad de viajar en el tiempo. Naturalmente, siempre se ha debatido si esto es posible o si se trata simplemente de algo producido por la fantasía humana.
Una de las historias más antiguas que hace referencia a los viajes en el tiempo es la de Urashima Tarō. Este personaje es el protagonista de una leyenda japonesa, donde trata cómo un humilde pescador hace una visita al fondo del mar, al palacio del dios dragón. Allí pasa tres días, pero al regresar a su aldea encuentra que han transcurrido 300 años.
En la antigua India se dice que el rey Raivata Kakudmi fue a conocer al dios Brahma. Cuando regresó poco después, habían pasado 4 millones de años. Brahma le explicó que esto se debía a que el tiempo cambia según los diferentes planos de existencia. De acuerdo a lo que sabemos hoy, es una respuesta bastante aproximada a la realidad.
Pero solo en tiempos relativamente cercanos es cuando se ha tratado este tema en la literatura, conscientemente, desde un punto de vista más científico.
La primera novela que abordó los viajes en el tiempo fue La Máquina del Tiempo, publicada en 1895 por H. G. Wells. Aunque no se centra demasiado en los aspectos científicos, sino en los de índole social, tiene la virtud de haber abierto al mundo todas las posibilidades de un nuevo género de literatura.
¿Podemos viajar en el tiempo?
De todos modos, independientemente de la literatura y las películas de ciencia ficción en las que todo es posible, lo que realmente nos inquieta es si tales viajes son viables.
En principio, de acuerdo a la física, se puede afirmar que sí. Por lo menos, los viajes hacia el futuro, aunque muy difíciles, no pueden desecharse del todo. Pero otra cosa es viajar al pasado.
Viajar al pasado
Independientemente de la técnica utilizada, el viaje al pasado tiene un gran inconveniente, difícil de resolver. Se trata de lo que se conoce como “la paradoja del abuelo”
Esta paradoja dice que, si alguien viaja al pasado y mata a su abuelo, antes del nacimiento de su padre, entonces él mismo no podría haber nacido. Pero, en ese caso, no habría podido viajar y por lo tanto el viaje al pasado no sería posible.
Pero, lógicamente, los científicos no se pueden detener ante semejante obstáculo. Investigadores interesados en este problema, mediante un modelo matemático, han calculado que un “agente” que entre en un bucle hacia el pasado, podría tomar diferentes caminos, sin alterar el resultado de sus acciones. De este modo, varios agentes se podrían comunicar entre el pasado y el presente, sin producir una relación de causa y efecto.
Según este modelo, los hechos se calibrarían, evitando cualquier paradoja que alterara el presente. Por lo tanto, el resultado final siempre sería el mismo.
Naturalmente que este es un modelo abstracto, que todavía tiene que ajustarse a las leyes conocidas de la física. Pero por lo menos, mientras se encuentra la forma de hacer realidad tal viaje, se puede esperar que la paradoja de la alteración del presente sea evitada.
Claro está que esto destruiría las esperanzas de muchos de evitar el nacimiento de Hitler. Pero la verdad es que lo mejor que puede pasar es que eso no sea posible. Si se pudiera hacer, lo de Hitler sería solo el comienzo de una avalancha de alteraciones que seguramente no terminarían bien.
Volver al futuro
El viaje al futuro, de todos modos, es “relativamente”, más viable. Esto no significa que lo tengamos a la vuelta de la esquina, pero de acuerdo con las teorías de la física, se encuentra dentro de lo posible.
Según la Teoría Especial de la Relatividad de Einstein, mientras se pueda intercambiar movimiento en el espacio por el movimiento temporal, se podría viajar en el tiempo.
La clave para lograr esto, parece encontrarse en los llamados agujeros de gusano. En realidad, originalmente se llamaban “puente Einstein-Rosen”, por ser estos dos científicos quienes trataron de solucionar el problema que se presentaba cuando un objeto ingresaba a un agujero negro. Al llegar al centro, alcanzaría la singularidad, o sea que la materia se comprime a tamaño 0, y en consecuencia la densidad es infinita.
Para subsanar la singularidad, propusieron que, con algunos cambios de las matemáticas, dicha singularidad llevaría desde el agujero negro hasta otro sitio, ya fuera otro agujero negro, o tal vez un agujero blanco. Este último, actuaría en forma opuesta al agujero negro, es decir que, en vez de absorber nada, expulsaría todo.
Más tarde, en 1957, el físico norteamericano John Wheeler llamó a este fenómeno agujero de gusano.
A partir de esta propuesta, se generaron diversas teorías que llevaron a especular que, a través de un agujero de gusano se puede, no solamente viajar a enormes distancias del universo en un breve lapso de tiempo, sino que también se puede viajar al futuro. También se puede regresar al tiempo de origen, pero no a un tiempo anterior a este.
Todo esto parece fácil en el terreno de las matemáticas y la física teórica. Pero llevarlo a la práctica representa muchos problemas difíciles de resolver. Por lo menos, de acuerdo a nuestro actual avance tecnológico, aun no estamos en capacidad de crear dichos agujeros en forma que sean viables para tal propósito.
Igualmente, las naves requeridas también están por ser creadas. Pero ya la historia nos ha enseñado que el ser humano tiene la curiosidad y persistencia necesarias para lograr las metas que se propone. Por lo tanto, debemos ser optimistas y entender que, los viajes en el tiempo, son cuestión de tiempo. Literalmente.
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La ciencia ficción ya lo ha logrado
Naturalmente que al hablar de ciencia ficción, debemos tener claro que se trata, esencialmente, se ficción. Incluso la mayoría de las novelas o películas se centran más en los dramas derivados de los posibles viajes temporales, que en el aspecto científico.
No obstante, algunas de ellas han tratado de ajustarse lo más posible a los parámetros de la ciencia, aunque, como es lógico, siempre quedarán lagunas. Muchos físicos harán reparos, pero eso es natural, pues ni siquiera ellos han encontrado la solución definitiva.
Entre las películas que han explorado con mayor rigor la posibilidad del viaje en el tiempo, podemos destacar dos.
La primera es Interestelar, dirigida por Christopher Nolan en 2014. En ella se hizo una representación especialmente rigurosa de los agujeros de gusano, los agujeros negros, la vida en otros planetas y los efectos de transportarse en el tiempo. El resultado es una historia creíble acerca de los viajes intergalácticos y temporales.
La otra es la serie alemana Dark, emitida por Netflix en tres temporadas. Se trata de una historia compleja, en la cual, a través de los agujeros de gusano, no solo se puede viajar en el tiempo, sino que se interactúa en diferentes planos dimensionales. Estos se vinculan entre sí a través de distintas épocas y universos. Mientras avanzamos en los episodios, nos vemos inmersos en la complejidad de los planos temporales y las consecuencias que se derivan de las decisiones que van tomando los personajes.
Como conclusión final, podemos afirmar que, aunque en la actualidad se trata totalmente de una fantasía, los viajes a través del tiempo son posibles. Simplemente están sujetos al avance de nuestro conocimiento sobre cómo funciona el universo que nos rodea.
Recordemos cómo ya los griegos crearon a Icaro, volando como un pájaro. En ese entonces era tan solo una utopía generada por la incansable imaginación humana. Pero hoy en día es una realidad cotidiana que a ninguno de nosotros sorprende.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
Imagen de portada: Envato – Pxfuel
Música de fondo: Tecnology Sci Fi – Envato
Fondo musical: Tecnology Sci Fi – Envato
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