La democracia ejemplar de los Estados Unidos de América vive sus días más oscuros, durante los últimos meses va de escándalo tras otro, con conspiraciones, investigaciones de altos funcionarios y una guerra sucia mediática que ya parece de un país tercermundista.
Las enormes y prestigiosas cadenas informativas han quedado reducidas a tristes panfletos sin ningún disimulo de imparcialidad de lado y lado. Por ejemplo, por los demócratas, el peso pesado, están el New York Times, Washington Post, CNN, ABC, NBC CBS, la revista Time, entre otros, y del lado de Trump, Fox News, diarios menores como Daily Caller y sus propias redes sociales.
En esta reciente ola el último en subirse ha sido Twitter, con el fact checking a Trump en un tweet que, una vez más, da para muchas interpretaciones, le acusan de mentir y toman como referencia para sus acusaciones a CNN y al Washington Post, dos medios cuya agenda ya está completamente marcada; así la red social toma partido por el bando demócrata en la que es ya sin duda, la campaña mediática y política más sucia de la historia de Estados Unidos.