El caso de Zhu Chunlin, un cristiano de Shenzhen, China, expone de manera cruda las terribles condiciones que enfrentan los prisioneros en las cárceles chinas. Arrestado bajo el cargo de “recaudación ilegal de fondos”, Zhu fue sometido a un trato brutal en la prisión de Qingyuan, en la provincia de Guangdong, donde las prácticas de “control estricto y castigo” y “aprendizaje reforzado” no son más que eufemismos para la tortura.
Este testimonio, fue publicado el 11 de septiembre de 2024 por la organización de derechos humanos Weiquanwang.
El Ingreso a la cárcel y la Reforma Laboral
Zhu Chunlin fue trasladado al Distrito 15 de la prisión de Qingyuan en mayo de 2017, después de pasar un mes en el Centro de Detención del Distrito de Bao’an, Shenzhen. Desde su llegada, fue sometido a lo que las autoridades penitenciarias llaman “reforma educativa y laboral”, una práctica común en China para “reformar” a los prisioneros mediante el trabajo forzado. En el caso de Zhu, su trabajo consistía en la producción de ropa. Sin embargo, detrás de esta fachada de “reforma” y “educación” se esconden abusos y Zhu fue víctima de lo que se conoce como “tiro al blanco”, un castigo organizado por los guardias y ciertos presos que ostentan posiciones de poder, como los líderes de equipo e inspectores de calidad. Este “tiro al blanco” es una forma de intimidación y humillación pública que se lleva a cabo diariamente. Al final de cada jornada laboral, se anuncian los nombres de los prisioneros seleccionados para ser castigados, quienes luego son sometidos a maltratos y humillaciones.
Aprendizaje reforzado
Uno de los castigos que describen Zhu es el trato degradante durante las comidas. Los prisioneros seleccionados, como él, debían esperar al final de la fila para recibir su comida, y no había ninguna garantía de que la calidad o cantidad de alimentos fuera adecuada. Incluso durante los descansos, no se les permitiría relajarse o dormir; debían permanecer de pie en el pasillo o en áreas designadas hasta que el descanso terminara. En invierno, a Zhu lo llevaron al patio de recreo, donde se vio obligado a soportar el frío extremo, lo que incrementaba su sufrimiento.
Estas humillaciones no eran casos aislados. Formaban parte de un sistema rutinario diseñado para quebrantar el espíritu de los prisioneros. Bajo el pretexto de “aprendizaje reforzado”, Zhu y otros prisioneros fueron sometidos a una vigilancia constante y castigos que, aunque eran ilegales según las propias leyes de China, se practicaban permanentemente en las prisiones.
La tortura física
Cuando Zhu intentó resistir estos abusos, fue castigado de manera aún más severa. En respuesta a sus objeciones, dos policías lo esposaron y le colocaron rejillas en las piernas. Aunque las esposas eran comunes, los grilletes eran especialmente pesados y estaban diseñados para infligir dolor. Estos grilletes, que pesaban aproximadamente 15 kilogramos, estaban formados por dos anillos de hierro cerrados alrededor de sus tobillos y tres pesadas barras de hierro conectadas entre ellos. Este mecanismo de tortura limitaba su movilidad al punto que solo podía caminar.
Zhu describe el inmenso esfuerzo físico y dolor que implicaba mover esos grilletes. Cada paso era un suplicio, y las tareas cotidianas, como subir y bajar escaleras, se convertían en una prueba de resistencia física y psicológica. A menudo, tenía que detenerse varias veces en su camino para evitar caerse y sufrir lesiones aún mayores. Este tipo de tortura, que duraba día y noche, no solo causaba un daño físico extremo, sino que también dejaba cicatrices mentales imborrables.
El abuso nocturno
Las noches tampoco ofrecían alivio. Zhu era esposado y obligado a dormir con los grilletes, lo que hacía que descansar fuera casi imposible. El frío del metal y la inmovilidad forzada le provocaban un sufrimiento continuo. La tortura no solo fue diseñada para infligir dolor físico, sino también para quebrantar su voluntad y destruir su dignidad como ser humano.
Zhu recuerda haber visto a otros prisioneros sometidos a este tipo de tortura, pero nunca imaginó que él mismo la experimentaría. A pesar de las torturas físicas y psicológicas que soportó, el “control estricto” y los abusos continuaron sin ninguna reducción, lo que hizo de ese período el más oscuro de su vida.
Su fe cristiana
A lo largo de su testimonio, Zhu enfatizó que fue su fe cristiana lo que lo ayudó a soportar los abusos y la tortura. En medio de la desesperación, rezaba para que Dios tuviera misericordia de él y lo ayudara a soportar el sufrimiento.
Sin embargo, llegó un momento en el que la presión se hizo insoportable. A medida que se acercaba la Fiesta de la Primavera, uno de los eventos más importantes en la cultura china, Zhu se vio obligado a ceder a las demandas de las autoridades penitenciarias. Escribió una autocrítica forzada, en la que admitía falsamente su culpa por haber desobedecido las reglas del castigo y prometía obedecer en el futuro.
Este acto de humillación pública fue devastador para Zhu. Lo obligaron a leer su autocrítica frente a toda la prisión durante la cena, lo que añadió una capa adicional de humillación a su ya profundo sufrimiento.
La esperanza en medio de la tortura
A pesar de todo lo que sufrió, Zhu no perdió su fe. Al contrario, su creencia en que Dios eventualmente terminará estos abusos le dio una razón para seguir adelante. Zhu está convencido de que, aunque su situación era desesperante, Dios ve el sufrimiento de su pueblo en China y, en su momento, traerá solución y recompensa.
El testimonio de Zhu Chunlin es un recordatorio conmovedor del poder de la fe para soportar incluso las circunstancias más oscuras. Al mismo tiempo, arroja luz sobre las injusticias y abusos que siguen ocurriendo en las cárceles chinas, donde la tortura se disfraza de “reforma”.
Las palabras de Zhu son un llamado a la acción para que el mundo no ignore estas violaciones de derechos humanos, y para que se busque justicia para aquellos que, como él, han sido víctimas.
Abusos a otros grupos religiosos
Es sabido que el partido comunista chino PCCh también practica persecución y abusos a otros grupos como musulmanes, uigures y principalmente a los practicantes de la disciplina espiritual de meditación Falun Gong.
Faluninfo el centro de información de Falun Gong en el mundo, cuenta la historia y las noticias sobre millones de practicantes de Falun Gong en China que diariamente enfrentan detención arbitraria, encarcelamiento injusto, tortura o muerte a manos del Partido Comunista Chino.
Artículo escrito por Margarita Restrepo para VCSMedia.net. con información de Bitter Winter.
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