Joe Biden autoriza el uso de misiles ATACMS en Rusia, desatando tensiones con el Kremlin. Rusia advierte de represalias y acusa a la OTAN de implicación directa en la guerra.
La decisión del presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, de autorizar a Ucrania a utilizar misiles tácticos de largo alcance dentro del territorio ruso ha desatado tensiones internacionales. Este movimiento estratégico intensifica el conflicto justo antes de la toma de posesión de Donald Trump como presidente, quien ha prometido buscar la paz en Ucrania.
Desde Moscú, el Kremlin denunció la medida como una provocación que agrava la participación estadounidense en la guerra. Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, señaló que esta acción no solo añade combustible al conflicto, sino que pone en riesgo una escalada de mayor envergadura. Advirtió sobre la implicación directa de especialistas militares occidentales en los ataques, calificando esto como un grave peligro para la estabilidad internacional.
Reacciones en Estados Unidos y el mundo
La orden de Biden ha sido criticada por líderes políticos y figuras prominentes, como Donald Trump Jr., quien acusó al gobierno saliente de arriesgar una Tercera Guerra Mundial para beneficiar al complejo militar-industrial. Empresarios como David Sacks también cuestionaron la estrategia, señalando que podría complicar las promesas de Trump de desescalar el conflicto y restaurar la paz.
En paralelo, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, enfatizó que las acciones no se anunciarán con palabras, sino que los misiles “hablarán por sí mismos”, sugiriendo la inminencia de ataques estratégicos.
Contexto y consecuencias
El uso de los sistemas de misiles tácticos del ejército estadounidense (ATACMS), con un alcance de 190 millas, marca un cambio significativo en la política militar estadounidense hacia Ucrania. Mientras tanto, Rusia movilizó tropas en Kursk y recibió apoyo de combatientes norcoreanos, lo que subraya la complejidad del conflicto.
El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró que, si los aliados de la OTAN permiten ataques ucranianos dentro del territorio ruso, Moscú consideraría esta acción como una implicación directa en el conflicto. En respuesta, advirtió que Rusia podría suministrar armas de largo alcance a terceros para atacar objetivos en países occidentales. Estas declaraciones reflejan una escalada en la retórica del Kremlin frente a la creciente participación de Occidente en el conflicto ucraniano.
La escalada genera preocupación internacional, con analistas advirtiendo sobre los riesgos de un enfrentamiento global. La comunidad internacional observa de cerca el desarrollo de esta crisis, que podría redefinir el equilibrio geopolítico global en los próximos meses.
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