El pueblo nicaragüense sigue siendo víctima de los atropellos del régimen izquierdista comandado por Daniel Ortega y su pareja, Rosario Murillo, quienes prohibieron cualquier actividad religiosa por la Semana Santa en el país.
El asedio dirigido contra los sacerdotes y obispos católicos es implacable, y ahora se extiende a la restricción de las ceremonias y procesiones públicas en las que los ciudadanos expresaban su fe, al grado de que Nicaragua será el único país americano castigado de esta manera.
El obispo de Honduras, monseñor Antonio Canales, comentó al respecto: “Ver a las multitudes católicas es una bofetada para un régimen que tiene un apoyo tan insignificante en Nicaragua”.
Ni siquiera se podrá realizar la famosa procesión de Jesús de Rescate, típica del Santuario Nacional de Popoyuapa, en el departamento de Rivas, al que concurrían fieles de varios países centroamericanos. En ella, cientos de bueyes movilizaban las “carretas peregrinas” por más de cien kilómetros. Por lo tanto, los fieles se ven restringidos a profesar su fe en sus casas o en los templos.
El régimen alega razones de seguridad para frustrar así estas tradiciones de los nicaragüenses, mientras sigue reprimiendo a los fieles de la iglesia católica. Como parte de esta nefasta campaña, se registran 396 agresiones contra la iglesia, desde el 2018, en forma de encarcelamientos, destierro de sacerdotes, ataques físicos, y sacrilegios, entre otros.
Como parte de la persecución, el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, fue condenado a 26 años de prisión, acusado de “traición a la patria” y propagación de “noticias falsas”.
Por su parte, la católica Lorena Baltodano, expresó así su protesta: “No jueguen con fuego. Dios es Dios. Soy católica, partidaria del Frente Sandinista, quiero a mi gobierno, pero lo primero es lo primero, la fe en mi Dios y en mi religión no la quita nadie. El pueblo manda y Jesús es el que nos gobierna y si él dice que sale, él sale”.
Al igual que ocurre con el régimen comunista chino, para el régimen de Ortega y Murillo, las tradiciones religiosas constituyen una amenaza que, eventualmente, puedan derrocar la hegemonía que ostentan contra la voluntad de sus conciudadanos.
El Partido Comunista de China (PCCh) proclama su ateísmo, al grado de erradicar las religiones y creencias milenarias como la de Falun Dafa, la budista y la cristiana, entre otras, en el inútil intento de regular hasta la espiritualidad y el pensamiento de los ciudadanos.
Así, el PCCh, viola permanentemente el derecho a la libertad de conciencia de las personas. Las violaciones de los derechos humanos son flagrantes, al grado de que son declaradas como genocidio por varios países, por las torturas, las extracciones forzadas de órganos y los confinamientos en campos de concentración, entre otros crímenes.
Ese parece ser el camino que transitan los regímenes totalitarios izquierdistas, que, como el de Ortega y Murillo, se han extendido por la mayor parte de Latinoamérica.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Imagen de portada: Procesión de Jesús del rescate en Rivas, Nicaragua. (Toma de pantalla: YouTube/Canal 2).