
En la persecución llevada a cabo por el Partido Comunista Chino (PCCh) en contra de los practicantes de Falun Gong, se destaca la “transformación” para que estos renuncien a su fe y sigan los lineamientos del régimen comunista chino.
Historia de Falun Gong
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual ancestral que consiste en la realización de ejercicios relajantes y de meditación, así como de impartir enseñanzas para mejorar el estándar moral, logrando la armonización entre mente, cuerpo y espíritu. Su base de práctica son los principios cósmicos de Verdad, Compasión y Tolerancia.
Falun Gong fue presentado en China en el año 1992 y se estima que 100 millones de personas practicaban Falun Gong en ese pais a fines de la década de 1990. El Partido Comunista Chino al sentirse amenazado por la popularidad de la práctica y debido a que los principios rectores de Falun Gong son incompatibles con su ideologia atea y comunista, lanzó una campaña de eliminación sistemática en julio de 1999. Desde entonces, millones de personas han sido detenidas en prisiones, campos de trabajo y en otras instalaciones, y cientos de miles han sido torturados mientras estaban encarcelados, según el Centro de Información de Falun Dafa.
Los practicantes de Falun Gong , se esfuerzan por ser buenas personas, siguiendo los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia que se enseñan en Falun Gong, mientras el PCCh siembra el odio, la violencia y difunde la lucha de clases.
Funcionarios del PCCh utilizan a menudo la tortura y el lavado de cerebro para lograr esta “transformación” de los practicantes e incitarlos a insultar y golpear a sus compañeros.
La falsa autoinmolación en Tiananmen
En el año 2001, el PCCh orquestó una autoinmolación en la Plaza de Tiananmen en China, para ganar el apoyo público, en donde contrataron a unos individuos para que se prendieran fuego diciendo ser practicantes de Falun Gong. Esta mentira fue aceptada por muchos, desconociendo que Falun Gong prohíbe el suicidio y el asesinato. Además, la noticia se difundió rápidamente a nivel nacional e internacional.
Manipulación de la ley
De acuerdo con la Constitución china, existe la libertad de creencia; por lo tanto, no hay ninguna base legal para perseguir a los practicantes de Falun Gong.
En julio de 1999, cuando comenzó la persecución a Falun Gong, el PCCh empezó a utilizar pretextos para justificar sus ataques y arrestos, como, por ejemplo, la mala interpretación del Artículo 300 del Código Penal: “Utilizar una organización de culto para socavar la aplicación de la Ley”.
Aquí, el régimen no puede explicar claramente cómo es que Falun Gong socava la aplicación de la ley.
La tortura como método de persuasión
Existen más de cien métodos de tortura, tanto física como psicológica, que el régimen comunista chino emplea hacia los practicantes para hacerlos renunciar a su fe.
Un ejemplo de esto, es lo que ocurrió en el verano de 2000, cuando agentes de la Oficina 610, pagaron a matones profesionales para atacar a los practicantes Zhang Ruzhong y su esposa Zhang Suqing, así como a Gao Yiming y a la señora Zhang Yupei, quienes fueron retenidos en una fábrica de alimentos del distrito de Lanshan, en el sótano.
Al anochecer, estos hombres entraron al sótano apuntando con linternas hacia los ojos de los practicantes. Si alguno cerraba los ojos, era golpeado con un garrote.
(La Oficina 610 es una agencia extralegal creada con el único propósito de llevar a cabo la persecución a Falun Gong. Tiene poder absoluto en cada nivel de la administración del PCCh y su influencia supera a la de todas las demás organizaciones políticas y judiciales de China.)
Otra de las cosas que les obligaban a hacer era pisotear el retrato del Señor Li, fundador de Falun Dafa, si se negaban recibían descargas eléctricas. El pago que recibían estos hombres era de 500 yuanes por practicante “transformado”.
“Transformación” sistemática
Este proceso de “transformación”, es ahora más exhaustivo y sistemático, en donde la gestión de la Oficina 610 ha pasado de medidas administrativas a procedimientos judiciales y de sesiones de crítica a “cárceles negras”.
Hay muchos centros de lavado de cerebro que son patrocinados por hospitales psiquiátricos o campos de trabajo forzado, así como por instalaciones militares ocultas desconocidas para el exterior.
El proceso de “transformación” consta de análisis de datos, rastreo, saqueo de casas, vigilancia, intimidación de guardias, obligación de firmar documentos de renuncia a la práctica de Falun Gong, acosos y muerte a través de tortura o sustracción forzada de órganos. Todo esto es ilegal y es un gran delito perpetrado por todos los niveles del gobierno.
Otro ejemplo, es el señor Qian Fajun, de la ciudad de Linyi, quien, por practicar Falun Gong, tuvo tres detenciones en campos de trabajo forzado en 2003, 2004 y 2011. Luego de sufrir múltiples torturas y al final recibir una sustancia desconocida por medio de una inyección, el señor Qian murió poco después de volver a su casa.
Hacer el mal a pesar de la propia conciencia
Los funcionarios y personal de los centros de lavado de cerebro del PCCh saben muy bien que su actuar es incorrecto, pero utilizan los pretextos de: “Es una orden procedente de altos cargos”, “Estoy haciendo mi trabajo” o “Esto me dará un ascenso”.
Por causa de la presión política, ellos creen que no tendrán que responder por sus actos y que la culpa será del PCCh. Por eso, la persecución se ha tornado masiva y precipitada.
El carácter y la moralidad de una persona se pueden medir por sus palabras. Cuando el exlíder del PCCh, Jiang Zemin, inició la persecución a Falun Gong, dijo que asesinar a los practicantes se consideraba como si estos se suicidaran. Actualmente se siguen cumpliendo estos mismos parámetros.
Desviación de lo tradicional y lo recto
Las campañas del PCCh siempre han estado en contra de los valores tradicionales, por eso los remplazan con el odio, las mentiras, la violencia, la lucha de clases y todo lo que la ideología comunista trata de imponer. Buscan una “reforma del pensamiento”.
En cuanto a la persecución hacia Falun Gong, el PCCh busca transformar buenas personas en malas. Esto viola no solo la Constitución china y sus leyes, sino también la moralidad humana y los principios divinos.
Es necesario hacer todo lo posible para detener esta persecución infame, antes de que cause pérdidas aún más trágicas para China y el mundo entero.
Artículo escrito por Darío Chaparro para VCSMedia.net con información de Minghui.org. Tambien le puede interesar este otro articulo relacionado: El Caballo de Troya https://vcsmedia.net/el-caballo-de-troya-del-pcch-en-ee-uu-lo-que-nadie-se-atreve-a-decir/del PCCh en EE. UU.: Lo que nadie se atreve a decir