Existen algunos errores en la crianza los cuales afectan el desarrollo físico, mental y emocional de los niños, y como padres, solemos ser los primeros en aplicar y enseñar estos errores. Por ello es importante corregirlos para evitar problemas y preocupaciones a futuro. !Descúbrelos! Puedes leer o escuchar el artículo a continuación…
La labor de ser padre es una de las tareas más trascendentales y con grandes retos para una persona.
Guiar a los pequeños hacia un futuro saludable y acertado requiere de paciencia, amor y mucha conciencia de las acciones que pueden afectar negativamente su desarrollo.
Sin embargo, hay algunos errores comunes en la crianza que pueden generar graves consecuencias en el progreso y desarrollo de los niños, los cuales abordaremos en este artículo apoyados de diferentes fuentes y estudios que confirman porqué es importante corregir estos errores.
Errores comunes en la crianza
1. Normalizar lo dañino e ilegal: Alcohol, sobornos, mentiras y violencia.
Uno de los más graves errores que cometen algunos padres es normalizar el consumo de alcohol a temprana edad, cuando permiten que los niños prueben bebidas alcohólicas o presencien su consumo frecuente en casa.
De esta manera envían un mensaje confuso sobre lo que es aceptable y saludable. Estudios como el publicado en la revista “Addiction“, señalan que el consumo temprano de alcohol aumenta el riesgo de dependencia, problemas de comportamiento y dificultades en el aprendizaje.
Otro error muy común es inducir a los niños a sobornar o mentir para obtener lo que desean. Estas acciones pueden parecer inofensivas a corto plazo, pero a largo plazo, suelen fomentar la falta de ética, la deshonestidad y la manipulación para alcanzar sus objetivos.
Un estudio publicado en la revista “Child Development“, sugiere que los niños que crecen en hogares donde hay tolerancia con la mentira tienen un riesgo mayor de desarrollar relaciones conflictivas en la adultez y problemas de conducta.
Los padres deben promover el diálogo, el respeto y la empatía como método para solucionar los problemas. Por ello es altamente perjudicial cuando se enseña a los niños a resolver conflictos mediante la violencia física o verbal.
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2. Promover valores que corrompen: Materialismo, superficialidad, falta de ética e irresponsabilidad.
Inculcar valores como la bondad, la honestidad, el respeto y la responsabilidad son importantes y necesarios en el mundo actual donde el materialismo y la superficialidad parecen reinar.
Cuando se fomenta la idea de que el valor de las personas reside en sus posesiones materiales o en su apariencia física, puede generar una visión equivocada de la vida y afectar negativamente la autoestima del niño o del adolescente.
Un estudio publicado en la revista “Journal of Personality and Social Psychology“, encontró que los niños que crecen en un entorno materialista tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de ansiedad, autoestima y depresión.
Los padres deben inculcar valores éticos y legales en sus hijos permanentemente. Enseñar a los niños a actuar de manera deshonesta o sin integridad puede tener graves consecuencias en su futuro personal y profesional. Por lo tanto, enseñar o involucrar a los niños en actividades ilegales como el robo, el tráfico de drogas o la corrupción es una conducta inaceptable e irresponsable.
Frente a esto, un estudio publicado en la revista “Ethics and Human Behavior“, encontró que los niños que crecen en un entorno donde la ética no se valora, tienen mayor riesgo de involucrarse en comportamientos delictivos y tener problemas en sus relaciones interpersonales.
Por ejemplo, conductas como:
- Conducir sin tener la edad reglamentaria.
- Autorizar a los hijos para conducir bajo la influencia del alcohol.
- Normalizar a que tengan relaciones sexuales siendo menores de edad y sin protección.
- O, a que participen en actividades peligrosas.
Todas estas conductas deben ser desalentadas y explicadas con claridad a los hijos, para no fomentar siempre las acciones irresponsables, sino, las consecuencias que pueden acarrear afectándose a sí mismos y a otros, cuando su moral y ética no es clara y aplicada.
3. Adoptar y fomentar hábitos que enferman: Mala alimentación, sedentarismo, no dormir bien y el uso excesivo de la tecnología.
La mala alimentación es un problema cada vez más común en la infancia, y los padres juegan un papel fundamental en la formación de hábitos alimenticios saludables.
Por ello, es importante ofrecer a los niños una dieta rica en consumo de frutas, verduras y alimentos integrales que generen buenos resultados para su salud física y mental. Ya que, la mala alimentación en la infancia aumenta el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares en la adultez.
El sedentarismo, por otro lado, es un problema creciente en la generación actual de jóvenes, debe combatirse continuamente, evitando que nuestros hijos pasen demasiado tiempo frente a pantallas y fomentando la realización de actividad física regular y otras actividades que estimulen la interacción social, la creatividad y el aprendizaje.
De esta manera su desarrollo físico, cognitivo y emocional se verá impactado positivamente. Además, un estudio publicado en la revista “Pediatrics“, (https://www.aap.org/) confirma que los niños con un estilo de vida sedentario, tienen mayor riesgo de obesidad, baja autoestima y problemas de aprendizaje.
En cuanto al “No dormir bien”, también acarrea problemas para el rendimiento escolar y bienestar de los niños.
No dormir lo suficiente puede afectar su concentración, memoria, estado de ánimo y finalmente su comportamiento. Uno de los factores que afecta el sueño de los niños comúnmente, son los celulares. Demasiada exposición los afecta no sólo físicamente, sino, los vuelve adictos en el consumo de entretenimiento.
Las consecuencias de ello, son niños que se desvelan en la noche, o, niños con sueño en gran parte del día. De esta manera se aumentan los problemas de irritabilidad, aprendizaje y trastornos de atención.
4. Actitudes negativas que confunden: Intolerancia, pesimismo y falta de empatía.
Pesimismo: Los padres, con su forma de actuar, sentir y pensar, deben fomentar el optimismo, la perseverancia y la resiliencia en sus hijos ya que cuando se les enseña a tener una visión negativa de la vida puede afectar su autoestima y motivación.
Intolerancia: Animar a los hijos a practicar la tolerancia, el respeto hacia todas las personas y la aceptación de las diferencias es crucial para el desarrollo de una sociedad justa y pacífica. Los padres deben ser ejemplo de estas actitudes en su vida diaria.
Falta de empatía: La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás. Es importante que los padres enseñen a sus hijos a ser empáticos con las personas que los rodean.
Los padres son modelos de referencia para sus hijos
Para terminar, cabe recordar la importancia del ejemplo que los padres, como modelos de referencia, son para sus hijos.
Sus actitudes, comportamiento y valores impactan significativamente en el desarrollo de los niños. Por lo tanto, es crucial que sean conscientes de las cosas que enseñan a sus hijos, directa o indirectamente, y se esfuercen por transmitir conductas saludables, valores positivos y creencias éticas.
Artículo escrito por Katia Comas para VCSmedia.net
Locución y edición: Katia Comas
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