5 minutos de lectura. Estudios concluyen que los efectos positivos de la meditación no solo alivian los síntomas de diversas enfermedades, sino que también retrasan el deterioro del organismo causado por la edad.
A menudo se escucha decir que la meditación relaja el estado nervioso, reduce el estrés y, en general, hace la vida más amable, y por tanto ese tiende a ser el objetivo de quienes buscan mejorar las circunstancias de sus vidas mediante estas prácticas siguiendo las que han sido cultivadas en el seno de las antiguas culturas orientales, principalmente en China.
Como parte de la búsqueda de los efectos medibles de la meditación en el cuerpo humano, científicos de la Universidad de Winsconsin descubrieron que los pensamientos pueden cambiar los genes en ciertas ocasiones, mediante la experimentación en la que convocaron a dos grupos de personas, uno de ellos integrado por individuos comunes y corrientes y el otro por quienes habitualmente meditaban por prolongados períodos de tiempo.
A ambos grupos les aplicaron la técnica de mindfulness, o prácticas de conciencia plena que incluyen la meditación, y como resultado del experimento, las personas normales apenas mostraron cambios, en tanto que las que meditaban con frecuencia presentaron reducción de genes proinflamatorios y regulación del sistema molecular, manifestándose en general muy sanos físicamente.
Lo que resulta asombroso es que la reducción de genes malignos se relaciona con la disminución rápida de cortisol (hormona liberada por las glándulas suprarrenales ante el stress). Por otra parte, se observó que muchos de los genes no demostraron cambio alguno por lo que se concluye que sus pensamientos solo intervinieron sobre genes y moléculas específicos logrando el mejoramiento del cuerpo en su conjunto.
Por su parte, los doctores Braden Kuo y Manoj Bhasin, entre otros, encontraron que mediante una intervención de relajación mente-cuerpo los pacientes participantes que padecían síndrome de intestino irritable y enfermedad inflamatoria intestinal mejoraron significativamente observándose los cambios en la expresión de los genes, tal como lo registran en su artículo publicado en la revista PLos ONE en el 2015.
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Como fruto de sus prácticas, el Dr. Bruce Lipton Ph D., biólogo celular, afirma que, si la percepción de la mente altera la química del cuerpo, entonces –literalmente- se cambian las células, agregando que, si se cambia la percepción de la mente, los genes también se modifican.
La Dra. Yuhong Dong, investigadora del cáncer, en artículo publicado por la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) en el 2016, presentó el caso de 152 pacientes con cáncer terminal (les pronosticaba de 5 a 6 meses de vida), que les destruía el hígado o el pulmón, estómago, páncreas y esófago. Otros de los enfermos padecían leucemia o implicaciones ginecológicas o colorrectales.
“La mayoría de ellos estaban muriendo en casa”, le dijo la Dra. Dong a NTD noticias. “Un tercio de ellos se estaba preparando para los funerales”.
Este grupo de enfermos empezó a practicar Falun Dafa, una disciplina espiritual de mente y cuerpo, basada en “Verdad, Benevolencia y Tolerancia”. La práctica incluye meditación y mejora la salud y el carácter moral.
Cincuenta y seis meses después de sus prácticas regulares de Falun Dafa, 149 de los 152 pacientes seguían vivos y sanos.
La Dra. Yuhong resume diciendo que “la práctica de Falun Dafa puede ayudar a los pacientes con cáncer terminal a sobrevivir significativamente más tiempo, además de una mejora notable de los síntomas”. Al respecto destaca que “el 97 por ciento de los casos tuvo una recuperación completa de los síntomas”.
El impactante artículo que relata el caso fue publicado por el medio internacional The Epoch Times, donde también se han publicado otros impresionantes resultados con casos similares.
La meditación mitiga el deterioro de la edad avanzada
Los investigadores también encontraron en el estudio en el que intervinieron los doctores Raphaëlle Chaix, Richard J. Davidson y su equipo de colaboradores que los efectos positivos de la meditación no solo alivian los síntomas de diversas enfermedades, sino que también retrasan el deterioro del organismo causado por el paso del tiempo, al grado de que recomiendan la práctica de estas milenarias técnicas de meditación, con el propósito de disminuir las dolencias características del organismo en edades avanzadas.
“A partir de nuestros resultados, planteamos la hipótesis de que los efectos acumulativos de una práctica de meditación regular pueden, a largo plazo, ayudar a ralentizar el reloj epigenético y podrían representar una estrategia preventiva útil para las enfermedades crónicas relacionadas con la edad”, se lee en el artículo “Análisis de relojes epigenéticos en meditadores a largo plazo”, publicado en el medio oficial de la Sociedad Internacional de Psiconeuroendocrinología sobre el estudio.
Otro de los ángulos desde los cuales se ha estudiado la interacción mente-cuerpo es enfocado desde la neurociencia, que ha llegado a reconocer que el subconsciente regula una vasta extensión del cuerpo humano: si los pacientes se mantienen firmes ante las adversidades, se abre la opción de superarlas, evidenciando la profunda relación entre la mente y el cuerpo.
De acuerdo con lo anterior se puede afirmar que mantener unidad de ideas y pensamientos con el cuerpo propicia el sistema óptimo de respuesta a las diversas situaciones que puede presentar la vida sin mayor riesgo de daño, incluyendo la exposición a enfermedades, entre otros posibles escenarios.
Los cambios son comprobables a nivel de los genes
El ácido desoxirribonucleico, ADN, en nuestras células contiene todos los planos de nuestro cuerpo. Gracias al desarrollo de esa codificación es como se producen paulatina y armónicamente los cambios desde la concepción hasta la muerte de cada persona.
Durante décadas los científicos han indagado sobre si los mensajes contenidos en el ADN son absolutamente inamovibles o por el contario permiten modificaciones, llegando a comprobar que, efectivamente, admiten cambios.
Así las cosas, la epigenética, como ciencia que estudia la expresión genética de las células, encuentra que el desarrollo, funcionamiento y evolución de los sistemas biológicos son afectados por factores externos a las células mismas y que los planos cuya ejecución contempla el proceso regulador de la vida de cada persona admiten modificaciones, abriendo la posibilidad de que las actividades mentales puedan influenciar aspectos del cuerpo físico a nivel de los genes.
Adquiere de este modo reconocimiento el medio ambiente como fuerza colaboradora en la formación del ser humano tanto en los rasgos del comportamiento físico, fisiológico como emocional, autenticando autonomía por parte de los individuos para acondicionar sus vidas trascendiendo lo determinado en el código genético heredado de sus progenitores y demás ancestros.
Los trastornos cerebrales constituyen un problema de salud pública de primer orden en todo el mundo. Algunas estadísticas contemplan que más de mil millones de personas en todo el planeta los sufren, siendo los más frecuentes la epilepsia, el Alzheimer y el Parkinson, tal como lo reseña el reconocido neurólogo y neurocientífico Facundo Manes en el diario Clarín.
Ya desde la más remota antigüedad se han generado aforismos que dan cuenta de la profunda interrelación existente entre cuerpo y mente, que para la sabiduría de la China clásica eran lo mismo. Inclusive a nivel popular suele decirse que “la fe mueve montañas”, lo cual está siendo corroborado por estudios y experimentos, específicamente en lo que respecta al alivio de ciertas enfermedades. Tal vez es solo cuestión de creer.
Articulo de Bles.com
Foto de portada Brooklyn Public Library
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