El informe anual de Open Doors revela la alarmante persecución de más de 365 millones de cristianos en todo el mundo. Una realidad preocupante que destaca la indiferencia de Occidente ante este flagelo.
En el día de la Resurrección de Jesús, cuando millones de cristianos en todo el mundo celebraban el triunfo de la vida sobre la muerte, el informe anual de Open Doors arroja una sombría realidad: más de 365 millones de creyentes sufren persecución por su fe, mientras Occidente mira en silencio.
Asia emerge como el epicentro de la persecución cristiana, donde dos de cada cinco cristianos son hostigados o gravemente discriminados. Le sigue África, con uno de cada cinco, y luego Iberoamérica, con uno de cada dieciséis.
El informe destaca que el derecho a la libertad religiosa, consagrado en el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es uno de los más vulnerables. Sin embargo, en más de 50 países, los cristianos ven este derecho vulnerado o inexistente.
El año pasado, se reportaron casi 5,000 asesinatos, más de 14,000 ataques a iglesias y más de 4,000 detenciones de cristianos en todo el mundo. Países como Corea del Norte, Somalia y Libia lideran este oscuro panorama, donde los creyentes se ven obligados a practicar su fe en la clandestinidad.
China se erige como uno de los mayores opresores de la fe cristiana. Los cristianos que no se someten a las iglesias controladas por el Partido Comunista Chino enfrentan persecución, tortura y prisión. El régimen incluso manipula las escrituras bíblicas para adecuarlas a la ideología comunista, mientras el silencio del Vaticano resuena como cómplice.
En este Día de la Resurrección, mientras los cristianos alrededor del mundo celebraban la vida, millones más luchaban en las sombras, ignorados por un mundo que parece haber olvidado su llamado a la libertad y a la justicia.
También puede leer: