6 minutos de lectura. La periodista china Zhang Zhan informó en 2020 sobre el covid 19 en Wuhan. Ahora purga cárcel y corre el riesgo de morir en ella.
La periodista ciudadana china Zhang Zhan, quien fue condenada a finales de 2020 a cuatro años de prisión por informar sobre la verdad del coronavirus en los hospitales de la ciudad de Wuhan, está a punto de morir en una cárcel de China.
Zhang Zhan, una ex abogada que residía en Shanghái viajó a Wuhan en febrero de 2020, con el fin de informar sobre la situación de la epidemia del covid en dicha ciudad. En sus reportes mostró el estado caótico en que se encontraban los hospitales y la confusión por la avalancha de casos. Igualmente denunció los atropellos de las autoridades en el proceso del confinamiento estricto impuesto en esta ciudad.
Las imágenes difundidas por Zhang, mostraban pacientes hacinados en los pasillos de los hospitales, así como el acoso a las familias de los enfermos. Dichas imágenes fueron difundidas ampliamente en el mundo, causando gran asombro.
De hecho, de los pocos registros que existen sobre la situación que se vivió en Wuhan, capital de la Provincia de Hubei, durante la pandemia, las imágenes de Zhang Zhan siguen siendo las más fidedignas.
Después de las denuncias, en mayo de ese año, Zhang fue arrestada bajo el cargo de “provocación de disturbios”. Este término se aplica comúnmente a los opositores al régimen del Partido Comunista Chino (PCCh). Específicamente, la acusación se centraba en el delito de difundir noticias falsas por internet.
Como consecuencia de lo anterior, la periodista fue condenada a cuatro años de prisión, y como protesta, ella inició una huelga de hambre. Para obligarla a comer, los guardias la encadenan y a la fuerza la alimentan a través de un tubo nasal; una tortura bastante dolorosa.
Desde hace unos días, la familia y el abogado de Zhang vienen denunciado que ella se encuentra en peligro de muerte.
El hermano de la periodista china, Zhang Ju escribió en Twitter:
“Zhan mide 177 cm de altura, ahora pesa menos de 40 kg. Puede que no sobreviva al frío invierno que se avecina. Espero que el mundo recuerde cómo solía ser ella”.
Ante esto, EEUU está presionando al (PCCh) para que le otorgue la libertad. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price dijo:
“Estados Unidos está profundamente preocupado por la salud de la periodista de la RPC [República Popular China] Zhang Zhan.
Así mismo, tanto Amnistía Internacional como Reporteros Sin Fronteras pidieron la libertad inmediata de Zhang, y solicitaron a la comunidad internacional presionar por su liberación “antes de que sea demasiado tarde”.
Hace pocos días, Reporteros sin Fronteras (RSF) la nominó para un premio a la libertad de prensa, por su valor al continuar informando al mundo sobre lo acontecido en Wuhan, pese a las amenazas del régimen, hasta cuando fue detenida por estos hechos.
Cédric Alviani, jefe de la Oficina de RSF en Asia Oriental, afirmó que,
“Zhang Zhan representa la esperanza del pueblo chino de que algunos sigan haciendo periodismo”. Y agregó: “Que vayan donde pasa algo y sigan informando. El pueblo chino, como todas las personas en la Tierra, anhela información sobre lo que sucede a su alrededor “.,
Ante esto, el régimen chino hace oídos sordos.
Wang Wenbin, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores simplemente afirmó que,
“China es un estado de derecho”, y agregó que “Cualquier persona que incumpla la ley, debe ser castigada”. Consideró que las solicitudes a favor de Zhang eran “una manipulación política antichina”.
Todo lo anterior nos conduce, como siempre que se revelan situaciones de este tipo, al estado crítico de los derechos humanos en China.
En un país democrático, cuando una persona expone su vida viajando hasta una ciudad como Wuhan en plena pandemia, para mostrar los problemas existentes y llamar la atención sobre las necesidades apremiantes, es exaltada y premiada. Pero tratándose de una dictadura autoritaria, como China, se la encarcela y tortura.
Para el PCCh ella es simplemente una provocadora, tan peligrosa que debe ser encarcelada. Para este régimen, quien se atreva a señalarle cualquier error está en peligro de muerte.
Si el pueblo chino en masa repentinamente perdiera el miedo y denunciara todos los abusos del gobierno, esto seguramente sería el principio del fin del autoritarismo.
Desafortunadamente, las cárceles chinas están llenas de personas como Zhang Zhan. Miles de objetores de conciencia, disidentes, personas fieles a su fe o a sus principios han sido encarcelados y sometidos a lavado de cerebro en estas cárceles.
Es más, en los últimos años, el régimen de Xi Jinping ha intensificado los controles al pensamiento, valiéndose de todas las herramientas tecnológicas a su alcance. Aplican la “Cultura de Cancelación”, a personajes destacados, por criticar en algún momento al régimen. Tales casos son los de estrellas de cine, artistas o intelectuales a quienes desaparecen de internet, como si nunca hubiesen existido.
De esta censura no se salvan ni siquiera las grandes marcas occidentales, como H&M y Nike, boicoteadas por criticar los abusos contra los Uigures.
Así pues, a la periodista ciudadana Zhang Zhan puede considerársele como un símbolo de la opresión que vive el pueblo chino.
Detrás del aparente bienestar económico que se vive actualmente en China, está, como un espectro, la mano comunista del gobierno, lista para golpear a quien se atreva a pensar por su cuenta.
Escrito por Carlos Morales para VCSradio.net
Foto Twitter @Jeffreychang81
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