El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, extendió su poder en el país con la toma de la Corte Suprema, tras una reforma aprobada por la Asamblea Nacional, controlada por su partido. Esta medida ha sido criticada por la comunidad internacional, a la luz de un golpe de muerte a la separación de poderes.
La reforma, aprobada el 2 de noviembre de 2023, eliminó la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, que era el órgano encargado de velar por la constitucionalidad de las leyes. Además, otorgó al presidente la facultad de nombrar a los magistrados de la Corte, lo que le otorga un control absoluto sobre el Poder Judicial.
Uso de la violencia
No obstante, como es propio de las dictaduras, se lanzó un operativo policial que sellaba la posesión de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Nicaragua al desalojar de su oficina a su presidenta, Alba Luz Ramos, y destituir a funcionarios claves de ese poder del Estado.
Es de recordar que lo ocurrido guarda relación con la detención en octubre del año pasado de dos poderosos funcionarios de la CSJ: el vocero, Roberto Larios Meléndez, y a la magistrada Ileana Pérez López, tras lo cual, la vicepresidenta Rosario Murillo, esposa de Daniel Ortega, ha venido avanzando en obtener el control de la CSJ.
La Asamblea Nacional, está controlada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el partido de Ortega. La votación fue de 75 votos a favor, 0 en contra y 2 abstenciones.
La reforma es denunciada por la comunidad internacional, al constituir un golpe a la separación de poderes. La Unión Europea, Estados Unidos y la Organización de los Estados Americanos (OEA) condenan el atropello y llaman a Ortega a respetar la democracia y el Estado de derecho.
Consecuencias
La toma del control de la Corte Suprema por Ortega consolida el poder totalitario, en violación de los derechos democráticos de los nicaraguenses.
Ortega ya controlaba el Poder Ejecutivo y el Legislativo, y ahora también controla el Poder Judicial. Esto le otorga un control absoluto sobre el Estado nicaragüense.
Con esta medida la democracia se asesta un golpe mortal a los derechos de los habitantes del país y al estado de derecho en Nicaragua. Ortega ya ha utilizado el poder judicial para perseguir a sus opositores políticos. Con el control de la Corte Suprema, Ortega podrá continuar con esta persecución sin ningún tipo de oposición, con la consecuente violación de los derechos humanos que se convirtió en algo constante en el régimen que Ortega encabeza con su esposa, Rosario Murillo.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Imagen de portada (Toma de YT / @masnoticiasmundiales).
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