El alcohol es una de las bebidas más producidas e ingeridas a nivel mundial. Su consumo ha estado presente en las diferentes culturas, siendo aceptado cada vez más como un comportamiento social normal entre las personas.
El consumo de alcohol está relacionado con diferentes causas y motivos. Investigaciones en las áreas de psicología, salud y espiritualidad, aclaran los efectos del alcohol y su consumo en la vida del hombre.
En una investigación realizada por la universidad de Pittsburgh EEUU, con datos de la OMS, de 193 países estudiados se determinó que las zonas de clima frío encabezan los listados del consumo más alto de alcohol. Por otra parte, la cirrosis alcohólica, predomina en estas zonas como efecto de beber en exceso. También señala que esto puede deberse a la depresión, causada por la escasez de luz solar en estas regiones frías.
Para expertos en el área de salud mental, el alcohol es como una droga, debido a que su consumo genera adicción y dependencia psicosocial. Puede crear una sensación de relajación e indiferencia a las preocupaciones. Su efecto en el sistema nervioso central provoca una actividad cerebral más lenta, que puede cambiar el estado de ánimo, comportamiento y autocontrol.
Estos estados crean un nivel de riesgo alto para las personas que pierden el control. Por ejemplo, la violencia intrafamiliar, el abuso o negligencia infantil, violación, accidentes automovilísticos, homicidios, caídas, lesiones y demás accidentes, son causados bajo estados de embriaguez. Las personas pierden la razón y son propensas a cometer maldades y herir a otros.
Desde el punto de vista espiritual, el alcoholismo es una adicción que suprime la naturaleza humana y da rienda suelta a las tendencias extremas, llevando a la persona a tener que pagar un precio o karma pesado en lo social, familiar, económico y de salud.
Lisa Boucher, ganadora en 2017 del Premio al Mejor Libro por la salud de las mujeres “Levantándose desde el fondo: haciendo elecciones conscientes en una cultura de bebida” afirma que, “las personas a menudo pasan por alto la verdadera raíz del comportamiento adictivo: un espíritu herido”. Y añade que “La adicción es una enfermedad espiritual, la gente solo está tratando de llenar el agujero del alma”.
En este contexto, Rachel Hajar, doctora y periodista médica, menciona que la palabra alcohol viene de al-kuhl, que significa “devorador del espíritu”, y sitúa sus orígenes en la palabra en inglés ghoul, que significa un demonio maligno y necrófago. Al kol también en la mitología árabe está asociado a un espíritu o criatura sobrenatural que puede adoptar numerosas formas.
La palabra árabe para etanol, al-ġawl, significa espíritu o demonio. Su etimología está ligada a Algol, la estrella cuyo significado es “La cabeza del demonio“.
En resumen, el consumo de alcohol es la perdida de la esencia del ser, razón por la cual no existe control ni raciocinio para evaluar el bien o el mal en situaciones bajo el estado del alcohol.
Redacción, Sonia Montañez con información de la gran Época para VCSradio.net.