El combate contra la integridad de la familia y la sociedad, tal como han funcionado hasta ahora, aumenta cada vez más, al grado de intentar ocultar la realidad biológica e imponer la transexualidad.
La campaña destructiva ya no solo está a cargo de las muchas empresas globalistas que la impulsan, sino que cuenta con gobiernos que, como el del Reino Unido, pretenden que la transexualidad se imponga.
Ocultar la realidad biológica e imponer la transexualidad
En una guía reciente para las bibliotecas del país, se promueven los temas LGBTI mientras se pide ocultar los libros que explican y desenmascaran la realidad de las tendencias transexualistas y feministas, que suelen confundir a los niños con respecto a su propio sexo.
Pero, no solo eso, sino que también piden otras “mejores prácticas” como organizar actuaciones de Drag Queen Story Hour e instalar baños neutrales en cuanto al género en las bibliotecas públicas.
Más aún, los libros que ilustran y critican la acciones por la transexualidad deberían encontrarse en menor proporción que los que la impulsan. Aunque no se excluyeron autores específicos, es claro que la autora d Harry Potter, JK Rowling, la autora de Material Girls , Kathleen Stock, y Helen Joyce, la autora de Trans, se etiquetan como antitrans.
El fundador de Free Speech Union, Toby Young, se refirió a esa nueva persecución: “Parece que todavía hay generales cazadores de brujas en el siglo XXI, excepto que, en lugar de usar sombreros cazadores de brujas y capas negras, exhiben cordones de arcoíris. La equidad, la diversidad y la inclusión es la Santísima Trinidad de los nuevos puritanos”.
Niños y padres como víctimas
Es de notar que las primeras víctimas son los niños, quienes, en su inocencia, suelen aceptar como verdaderas las versiones sobre la vida que les imparten en los centros educativos, los que a su vez siguen las directivas de los políticos en el poder, de ahí el peligro de esas campañas que desvían a los niños.
La transexualidad ofrece a los niños cientos de formas de vivir su sexualidad, llegando a extremo de propiciarles el cambio físico de sexo, lo que los hunde en un abismo de tratamientos hormonales y cirugías mutilantes que con frecuencia solo les deja el suicidio como ‘salida’.
En los movimientos de este tipo “la ley degrada la autoridad paterna avalando el deseo, capricho o trastorno de menores confundidos. La escuela y los psicólogos se pliegan, unos convencidos, otros por obligación”, señala la autora Claudia Peiró, a través de Infobae del 5 de agosto.
Asimismo, se nota la influencia negativa de las redes sociales, las historietas de origen japonés del manga y del anime.
Un drama en avance
Peiró relata también el drama que sufren los padres de niños que se desvían por ese oscuro camino, diciendo: “Imposible ver venir el drama, esta nueva epidemia transgénero, irresponsablemente alentada por los mismos que la deberían contener”.
Ana, una madre argentina afectada, dice: ““Acá estamos, destrozadas, no encontrando ni física ni emocionalmente a nuestras hijas que cayeron presas de este contagio social”.
Más aún, lanza una lúgubre advertencia: “Quizás hoy el tema no te interese, pero si no te pasó con tus hijos, te puede pasar con tus nietos. Esto es parte de una agenda mundial”.
Así, cabe preguntarse si, como padres o adultos responsables, estamos protegiendo a nuestros hijos o a los niños a nuestro cargo. Las amenazas crecen, por tanto, la defensa de los niños debe unirnos a su alrededor todavía más.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Imagen de portada: (Toma de pantalla: YouTube/Ted)
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