La obesidad afecta a millones de niños en todo el mundo. Tiene un impacto negativo en la salud física y mental del niño.
Una pandemia silenciosa
El sobrepeso es uno de los mayores factores de preocupación de los sistemas de salud, debido a la rápida expansión mundial y su incremento en los últimos años. De acuerdo a un informe de la Organización Mundial de la Salud de 2021, alrededor de 2,8 millones de personas perdieron la vida por esta causa.
De acuerdo con el Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington (IHME), los costos de enfermedad por obesidad en el mundo pueden llegar a los 2 billones de dólares.
Así mismo, World Obesity Atlas 2023, de la Federación Mundial de Obesidad, afirma que se prevé que para 2035, el 51% de la humanidad tendrá sobrepeso u obesidad. Esto significa que, en pocos años nos enfrentaremos a una situación insostenible para la sociedad.
Vistas las anteriores cifras, no cabe duda de que la obesidad requiere una atención inmediata.
Los niños, víctimas inocentes de la obesidad
Los niños forman la población más vulnerable, lo cual agudiza el problema. En 2022, la revista The Lancet publicó un informe en el cual se observaba que la obesidad infantil se ha triplicado en los últimos 40 años. Se encontró que la presencia de la obesidad infantil en niños de 5 a 19 años aumentó del 4,2% en 1975 al 15,2% en 2022.
¿Por qué los niños…?
En gran parte es debido a la mala crianza. Debido a que ellos no han desarrollado la capacidad de discernir por sí mismos qué conductas son inapropiadas y pueden afectar su salud, son fácilmente manipulables por la mala información.
Entonces, podemos decir que los principales factores causantes de la obesidad infantil son:
- Hábitos alimenticios poco saludables, como alimentos ultra procesados y bebidas azucaradas.
- Los factores ambientales, especialmente la publicidad de alimentos poco saludables, o el ejemplo de los compañeros de colegio.
- Inactividad física y exceso de sedentarismo
- Factores genéticos, los cuales suelen tener cierta incidencia
Si observamos estos aspectos, encontramos que solo el último está fuera de nuestro control. Los otros tres realmente son los que más afectan a más niños, pero a su vez son los que podrían ser controlados si se toman las medidas necesarias, para evitar que se llegue a la obesidad.
Un aspecto preocupante es que la mayor incidencia se encuentra en las poblaciones de bajos recursos. Ello se debe principalmente a que son alimentos baratos y de fácil obtención.
Y, no es solamente el sobrepeso…
La obesidad infantil está asociada a discapacidad, muerte temprana en la edad adulta, dificultades respiratorias, riesgo de fracturas por sobrepeso, hipertensión y riesgo de cardiopatías. Todo esto, sumado a enfermedades como diabetes mellitus, ciertos tipos de cáncer y caries. Tampoco se pueden ignorar la resistencia a la insulina y los problemas psicológicos.
Muchos niños son sometidos a bullying en los colegios y barrios, originando una falta de autoestima y sufrimiento psíquico que afectará su desempeño como adulto. Lo más irónico es que la mayoría de los casos se pueden prevenir.
Prevención de la obesidad desde la educación
Padres de familia, educadores y personal de salud deben enfocar su atención en controlar que lleguen los alimentos nocivos a manos de los niños, para prevenir la obesidad:
- Evitar que los menores consuman alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, cuya publicidad abunda en la televisión y medios sociales.
Además, las golosinas y alimentos procesados con buen sabor que agrada a los niños, pues son ricos en azúcares, grasa, sodio y en sabores artificiales, todo ello con un bajo contenido nutricional. Deben fomentar en los niños la conciencia del poder destructivo de estos alimentos y enseñarles a responsabilizarse por su propia salud.
- Fomentar la actividad física diaria. Los padres y formadores deben luchar contra la tendencia actual de tomar como prioridad la diversión de juegos en línea, redes sociales o televisión. Hay que animarlos a participar en actividades al aire libre, deportes y danzas. Deben ser conscientes de que permanecer mucho tiempo frente a las pantallas, además de la falta de actividad física en sí, los expone a una avalancha de publicidad de alimentos dañinos. Por esto es que los niños son los mayores consumidores de basura.
- Verificar la información de las etiquetas de los alimentos: Desde hace varios años, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), han dado lineamientos a los estados para el control de la publicidad dirigida a los niños. Se ha solicitado que se exija claridad en la información del etiquetado, así como aumento de impuesto a esos productos para reducir el consumo.
Lo anterior ha sido criticado por la industria de alimentos y bebidas, por considerarlo una limitación a la libre empresa. Pero lo cierto es que debe prevalecer la salud pública, y más aún cuando se trata de los niños.
Los padres, el factor definitivo
Aunque los gobiernos y organizaciones internacionales de salud tienen la obligación por velar por la salud de los niños en el mundo, en última instancia, es a los padres a quienes les corresponde formar a sus hijos en el valor del cuidado del cuerpo y la responsabilidad de la propia salud. Hay varios aspectos a tener en cuenta:
- Muchos padres, debido a sus ocupaciones, encuentran más fácil y económico comprar ese tipo de productos en el supermercado, que preparar alimentos sanos para la familia. Sin embargo, a largo plazo, los costos de tratar a un hijo con obesidad son enormes y sale más económico prevenir.
- Primero que todo, los padres necesitan capacitarse sobre nutrición y aplicarlo en su propia vida. El ejemplo es lo mejor. Es necesario que se sienten con sus hijos y hablarles francamente sobre la necesidad de cambiar los hábitos alimenticios para incluir alimentos sanos.
- Paralelo a lo anterior, deben ser activos físicamente, aprovechar los fines de semana para actividades familiares. Si se les crea el hábito desde pequeños, más tarde ellos tomarán la iniciativa.
- Deben estar en guardia sobre la publicidad que van a encontrar en la televisión y los medios. Formarles espíritu crítico sobre los contenidos televisivos y de redes.
- Fomentar el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras como huevo, pescado, pollo o lentejas.
Debemos entender que un niño antes de los 5 años es como una esponja que retiene todo lo que se le enseña. De los padres depende la creación de hábitos que le permitan transitar un camino saludable y feliz hacia la vida adulta.
Escrito por Carlos Morales para VCSradio.net
Locución, Ignacio Lo Bello
Portada: Envato
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