6 minutos de lectura. Bases científicas de la musicoterapia y sus beneficios.
La música incide sobre el cerebro humano, accediendo a los centros motores y de las emociones. Impulsa a desarrollar el máximo el rendimiento y a vivir de una forma más alegre.
La musicoterapia es la utilización de la música para crear en forma casi inmediata, respuestas anímicas positivas que conllevan al bienestar general de la persona. Es un complemento de otros tipos de terapia como la cognitivo-conductual o la psicoterapia.
La efectividad de esta técnica es visible en toda clase de personas, culturas y niveles intelectuales, ya que la música es un recurso universal, y elementos tales como el ritmo, la melodía y la armonía, son inherentes al ser humano.
En la musicoterapia la persona es motivada a crear música con cualquier instrumento, a cantar, a bailar libremente, o tan solo a aquietarse para escuchar música.
Historia de la Musicoterapia
Los investigadores han encontrado artefactos musicales de hace 40.000 años, lo cual sugiere que la expresión musical es innata al ser humano y ha formado parte de su vida desde siempre.
El uso de la música con poder sanador data de la Antigua Grecia, pero la música como terapia se basó en el método de aprendizaje ‘Rítmica Dalcroze’ del compositor, músico y profesor de música suizo, Emile Jacques Dalcroze, desarrollado a principios de 1900. Él descubrió que se podía aprender y experimentar la música a través del movimiento. La teoría de su método relacionaba la influencia rítmica sobre algunas respuestas fisiológicas, psicológicas y de comportamiento.
Desde 1940, algunas universidades comenzaron a ofrecer programas de Musicoterapia. Fue E. Thayer Gaston, quien comenzó a usar la música como una herramienta terapéutica y promovió ampliamente su práctica.
La música y la salud
Cuando se incluye la palabra ‘terapia’, está implícito que restaura la salud. En este caso principalmente la salud mental y emocional, ya que logra cambios en la conducta, ayuda a una mejor comprensión de sus procesos internos y los del mundo exterior. A nivel físico, la música refuerza las destrezas motoras, aspecto útil para tratar condiciones limitantes como parálisis cerebral o secuelas por daños neurológicos
Según las necesidades del participante, se establece un plan musical acorde a sus condiciones. Se evalúa la evolución que va teniendo, y se hacen ajustes, según se requiera.
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Bases científicas y beneficios de la musicoterapia
La ciencia actual ha demostrado que la música puede influir sobre muchos aspectos porque logra activar todas las áreas cerebrales simultáneamente ya que, aspectos como el tono, el tiempo y la melodía, se procesan en distintas áreas del cerebro.
Según el documental de DW, Cómo nos influye la música, en los lóbulos frontales se decodifican las señales emocionales creadas por la música; en el cerebelo se procesa el ritmo, y una parte del lóbulo temporal derecho percibe el tono.
Además, la música puede estimular el centro de recompensas del cerebro y producir señales físicas poderosas cuando escucha cierto tipo de sonidos o ciertos instrumentos.
- Todos estos estímulos que produce la música, son utilizados para ayudar a las personas con problemas de salud mental y dificultades motoras.
- El neurocientífico Stefan Kölsch, de la universidad de Noruega, quien desde hace varios años investiga el efecto de la música en el cerebro, afirma que:
“La música ayuda a nuestro cuerpo a activar nuestro poder curativo natural, quizás incluso mejor que muchos medicamentos.La música puede liberar hormonas como la serotonina, la dopamina o la oxitocina, que influyen en el Sistema Nervioso Autónomo, el cual es el encargado de regular funciones como la presión arterial, los latidos del corazón el metabolismo, la respiración, etc., mejorando en forma natural cada una de estas funciones.
- A nivel emocional, afirma Kölsch que,
“Si ponemos música que suena positiva, alentadora y feliz, puede ayudar a salir de las espirales de pensamiento negativo. Así, se usa la música para regular las emociones, es decir, experimentar estados de ánimo positivo, buenas vibraciones”.
La experiencia de llevar a las personas a crear música, en la musicoterapia, sin importar el tipo de instrumento que usen, puede ayudar a elevar la seguridad en sí mismos. Y más aún si lo hacen en grupo -por ejemplo, en pequeñas bandas- aumenta el sentido de pertenencia y de aceptación.
Estudios también han demostrado que crear música improvisando y tocarla en grupo, puede ayudar a disminuir la violencia y la desadaptación social. Además, permite examinar emociones difíciles.
“Después de tocar música con otros, las personas se comportan de una manera más pacífica, prosocial, altruista y orientada a la comunidad”, afirma Kölsch.
En otros casos de traumas emocionales, la música permite explorar y procesar recuerdos difíciles, y más aún si la letra de las canciones lleva a tocar sucesos pasados.
- Muchos músicoterapeutas también están usando los diferentes ritmos para mejorar la coordinación auditivo motora en personas con Parkinson, o cualquier problema de coordinación motriz. También hay ritmos y melodías que evocan recuerdos y logran conexiones emocionales que revierten procesos degenerativos de varios tipos de demencia, como el Alzheimer.
- En los niños, la musicoterapia ofrece una gama muy amplia de beneficios:
Desde el útero los bebes pueden recibir estimulación con música
La doctora Alexandra Lamont, de la Universidad de Leicester asegura que
“Ahora hemos descubierto que los bebés pueden recordar y preferir la música que escucharon antes de nacer, hasta 12 meses después”.
Esto tiene especial importancia ya que se puede utilizar esta música para tranquilizar al bebe inquieto en los primeros meses, además de que puede ser una forma de relacionarse padres e hijo. Es especialmente útil esta estimulación prenatal para dar las bases de la lenguaje, lectura y escritura.
El musicoterapeuta Friederike Haslbeck, en su trabajo con neonatos prematuros en Austria, concluyo que después de solo 10 sesiones de musicoterapia se produjo un cambio anatómico en el cerebro.
“Los cerebros de los niños que recibieron musicoterapia estaban significativamente mejor desarrollados en las áreas que luego son importantes para el lenguaje, para el movimiento, para el rendimiento escolar y para el comportamiento socioemocional”, concluyó Haslbeck.
Además mejoraron aspectos como la estabilidad del flujo sanguíneo, la maduración de los pulmones, además de tranquilizarlos para hacerlos sentir que aún están en el vientre materno.
En edad preescolar y escolar, el uso de la música con fines de estimulación es realmente importante y necesaria.
La música, especialmente el ritmo, fomenta el desarrollo del lenguaje y el aprendizaje de nuevos idiomas a través de rondas, canciones.
En Alemania, la neuropsicóloga Daniela Sammler, afirma que,
“Cuando los niños nacen, lo primero que escuchan es el ritmo y la melodía de la lengua materna y hacen uso de características muy específicas como la melodía o las pausas para segmentar dónde comienza y dónde termina una palabra. Entonces la lengua tiene este ritmo y sabemos que la música también tiene ritmo. Por eso los niños que reciben formación musical son más capaces de percibir el ritmo no sólo en la música sino también en la lengua”.
Realizar actividades en el jardín infantil donde la música, el ritmo y el sonido son traducidos a movimientos, o sea moverse siguiendo el ritmo y velocidad de los sonidos, ayuda a desarrollar la motricidad, las habilidades cognitivas, la percepción, la memoria musical, etc.
“Hacer música modifica el cerebro, especialmente si empiezas a una edad muy temprana antes de los 7 años cuando estás en el jardín de infantes. En La ejecución activa de la música los centros auditivos fortalecen los centros motores”, asegura la doctora Sammler.
Así mismo, la música puede posibilitar la expresión de sentimientos y pensamientos, fomentar la sociabilidad, estimular la creatividad, la autoconfianza.
En definitiva, la musicoterapia es la forma de influir sobre las funciones cerebrales en forma divertida. Aparte del fortalecimiento del sistema neuro motor del individuo, es la herramienta más efectiva y agradable de fortalecer la salud mental y manejar procesos difíciles como la ansiedad y la depresión.
Cualquier momento y lugar puede ser propicio para escuchar música constructiva o recibir terapia con música en procesos de salud difíciles.
Artículo escrito por Beatriz Rodríguez.
Fuentes: Documentales DW, medicalnewstoday
Fotos: Envato
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