El gobierno de Javier Milei refuerza su oposición a la Agenda 2030 de la ONU, implementando cambios estratégicos en Cancillería y reorientando su política exterior hacia una postura más conservadora y nacionalista
El gobierno de Javier Milei ha comenzado a tomar medidas decisivas para cumplir con su promesa de campaña de oponerse firmemente al globalismo y a la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Esta postura ha generado un cambio significativo en la política exterior de Argentina, con implicaciones profundas para su relación con los organismos internacionales.
Cambios Estratégicos en Cancillería
Recientemente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, liderado por el vicecanciller Leopoldo Sahores, envió una instrucción a todas las embajadas del país para revisar y, potencialmente, desvincularse de todos los compromisos relacionados con la Agenda 2030. Esta instrucción marca el inicio de un alejamiento oficial de las políticas de desarrollo sostenible promovidas por la ONU.
Nueva Dirección Conservadora
En un movimiento clave para consolidar esta nueva orientación, Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, junto con Santiago Caputo, designaron a Úrsula Basset, una abogada conservadora con posturas conocidas en contra de la despenalización del aborto y la educación sexual integral (ESI), para liderar las comunicaciones con los embajadores argentinos. Basset ha asumido el rol de jefa de Gabinete en la Cancillería, desplazando a Federico Barttfeld y estableciendo una línea directa con la canciller Diana Mondino.
Revisión de la Política en la OEA
Bajo la dirección de Basset, la embajadora argentina en la Organización de los Estados Americanos (OEA), Sonia Cavallo, ha recibido órdenes de evitar términos asociados con el colectivo LGTB, el feminismo y las cuestiones ambientales en los documentos oficiales de la organización. Este cambio se reflejará en las próximas negociaciones en la Asamblea General de la OEA, que se celebrará en Asunción, Paraguay, del 26 al 28 de junio.
Las nuevas instrucciones incluyen redefinir “salud sexual y reproductiva” como “salud integral” y expresar explícitamente la oposición del gobierno argentino a la Agenda 2030. Argentina también ha planteado reservas respecto a la Convención de Belém do Pará, que aborda la protección de las mujeres contra la violencia.
Reacciones Internacionales
Estas medidas han provocado preocupación en la comunidad internacional. Volker Turk, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, ha señalado que las acciones del gobierno de Milei podrían representar un retroceso en la protección de los derechos y libertades fundamentales en Argentina.
Sin embargo, Javier Milei ha defendido enérgicamente su postura. En el segundo debate presidencial de octubre, Milei afirmó que la Agenda 2030 promueve el “marxismo cultural” y tiene como objetivo financiar a “vagos socialistas”. Según Milei, estas políticas culpan injustamente al ser humano del cambio climático y buscan controlar la soberanía de las naciones.
Contexto y Perspectivas
La Agenda 2030 es un conjunto de 17 objetivos de desarrollo sostenible adoptados por 193 estados miembros de la ONU en 2015. Estos objetivos buscan abordar desafíos globales como la pobreza, la desigualdad y el cambio climático.
El cambio de postura de Argentina bajo el liderazgo de Javier Milei es una señal clara de un giro hacia políticas más conservadoras y nacionalistas. Este enfoque no solo redefine la posición de Argentina en el ámbito internacional, sino que también abre un debate sobre el equilibrio entre la cooperación global y la autonomía nacional.
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