El 10 de diciembre de 2023, en un acto virtual con motivo del 75 aniversario del Día Internacional de los Derechos Humanos, un grupo de médicos, abogados, políticos y activistas se reunieron para exponer sus puntos de vista sobre la sustracción forzada de órganos en China. Los participantes concluyeron que esta práctica es uno de los crímenes más horrendos del régimen chino, que sigue siendo una realidad y que las principales víctimas son los practicantes de Falun Gong, una disciplina espiritual perseguida por el gobierno chino.
Esta conferencia fue organizada por Doctors Against Forced Organ Harvesting (DAFOH)(Doctores en contra de la Sustracción Forzada se Órganos ) grupo de defensa de la ética médica con sede en Washington.
Según los expertos que asistieron a la conferencia virtual, las pruebas que han aparecido en las dos últimas décadas apuntan a una práctica inimaginable: el régimen chino ha estado asesinando en secreto y a gran escala a presos de conciencia para abastecer a su industria de trasplantes.
Sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong
Falun Gong llamado también Falun Dafa es una práctica espiritual de cultivación de cuerpo y mente basada en los principios de Verdad Benevolencia Tolerancia que fue presentada en China en el año 1992 y en 1999 la práctica contaba con aproximadamente 100 millones de seguidores.
Cuando el PCCh percibió la gran popularidad de Falun Dafa en tan poco tiempo, lo vio como una amenaza para el partido y en julio de 1999 lanzó una campaña de eliminación de Falun Gong. Desde ese entonces, millones de personas han sido detenidas en prisiones y campos de trabajo y cientos de miles han sido torturados mientras estaban encarcelados, según Faluninfo el Centro de Información de Falun Dafa.
Las denuncias sobre sustracción forzada de órganos en China comenzaron en 2006 cuando una primera investigación indicó que los órganos para trasplantes en ese país habían sido extraídos a prisioneros de conciencia en buen estado de salud, principalmente practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong, a una escala sin precedentes en la historia.( prisioneros de conciencia : encarcelados por su raza, religión, color de piel, idioma, orientación sexual o credo, siempre que no haya patrocinado ni practicado la violencia).
A continuación, algunos casos que se expusieron en la conferencia virtual:
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Un residente de Texas se convirtió en “víctima”
El Dr. Howard Monsour, médico de Texas, compartió la historia de su paciente que recibió un trasplante de hígado en China que se puso a su disposición y se realizó “casi inmediatamente” con un costo de US$ 88.000.
El Dr. Monsour dijo: “Lo peculiar en aquel momento era que era casi como si tuviera una cita para someterse a un trasplante allí”. En Estados Unidos, “generalmente se tarda entre seis meses y un año en recibir un trasplante en caso de cáncer”.
También argumento que entonces no tenía ni idea de qué y cómo funcionaba el sistema de trasplantes en China. Pero cuando se enteró de que el régimen mataba a los presos para quitarles los órganos, Monsour sospechó que su paciente se había convertido en una “víctima” de la práctica del régimen.
Esa experiencia, lo llevo a testificar ante el Senado de Texas sobre una resolución que condena la práctica de sustracción forzosa de órganos del PCCh, que el estado adoptó en 2021.
El paciente del Sr. Monsour no fue un incidente aislado, según el Dr. Torsten Trey, director ejecutivo de DAFOH.
Tiempo de espera demasiado corto
En 2008, un paciente del Dr. Jacob Lavee, cirujano israelí de trasplantes de corazón, anunció que iba a recibir un trasplante de corazón en China programado para un día concreto, con apenas dos semanas de antelación.
Según el Dr. Trey, ese paciente recibió el trasplante de corazón exactamente en la fecha prevista.
Así mismo el Dr. Trey continuó diciendo que varios pacientes de COVID-19 recibieron trasplantes de pulmón en China en 2020, y que algunos pulmones de donantes se recogieron en 24 horas.
“¿De dónde proceden los órganos?”, preguntó el Dr. Trey.
Cabe destacar que en China no existía un sistema oficial de donación y distribución de órganos hasta 2015. Los chinos, por su parte, son reacios a donar sus órganos debido a la cultura y las tradiciones del país, que consideran el cuerpo como un regalo de los padres y determinan dejarlo intacto tras la muerte.
La mayoría de los órganos para trasplantes procedían de presos ejecutados, según afirmaron altos funcionarios chinos en el primer reconocimiento de esta práctica en 2005. Sin embargo, el número de ejecuciones en el corredor de la muerte no podía explicar el volumen de trasplantes que, según las estimaciones, se realizaban en el país.
En el año 2019 tras un año de investigaciones, un tribunal popular independiente con sede en Londres concluyó que el régimen comunista en China había estado, y sigue estando, matando presos “a una escala significativa” para abastecer su mercado de trasplantes, incluidos presos de conciencia encarcelados bajo el sistema judicial del PCCh, criticado internacionalmente. Las principales víctimas, según el tribunal, fueron los practicantes de Falun Gong encarcelados.
Torsten señaló que el tiempo de espera para un trasplante de órganos en China es inusualmente corto, lo que sugiere que los órganos proceden de personas que han sido asesinadas.
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Un calvario bajo custodia china
Winston Liu, un ex practicante de Falun Gong que fue detenido y torturado en China, relató su experiencia en las prisiones del país. Liu fue detenido cuatro veces antes de huir a Estados Unidos en 2005.Liu dijo que fue sometido a exámenes médicos exhaustivos, que cree que fueron realizados para determinar su idoneidad para un trasplante de órganos.
Han pasado casi dos décadas desde que el Sr. Liu fue torturado en la red de prisiones de China por negarse a renunciar a su fe en Falun Gong. “Recordar esta parte de un recuerdo, para mí, siempre no es fácil”, dijo en la conferencia.
Lo que el Sr. Liu no podía entender eran los exhaustivos exámenes médicos incluidos un análisis de sangre, un examen de rayos X, un examen ocular y un análisis de orina que se le practicaron mientras estaba recluido en régimen de aislamiento.
El relato de Liu coincide con el de otros presos chinos entrevistados por David Matas, abogado internacional de derechos humanos que fue uno de los primeros en investigar las inquietantes denuncias de delitos de sustracción forzada de órganos cometidos por el PCCh a principios de la década de 2000.
Investigación de David Matas y David Kilgour, abogados internacionales
El Sr. Matas inició revisiones independientes después de que salieran a la luz por primera vez en 2006 las acusaciones de asesinato de practicantes de Falun Gong para obtener sus órganos.
En colaboración con el ex parlamentario canadiense David Kilgour, examinaron los sitios web de los hospitales chinos, reportes de los medios de comunicación y llamadas telefónicas encubiertas a médicos de más de una docena de provincias de todo el país.
También entrevistaron a pacientes que recibieron trasplantes de órganos en China, así como a practicantes de Falun Gong que sobrevivieron a torturas y encarcelamientos en el sistema penitenciario chino.
Los dos investigadores canadienses publicaron posteriormente sendos informes, titulados “Bloody Harvest” (Cosecha sangrienta), en los que llegaban a la conclusión de que la sustracción forzada de órganos era un hecho real.
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Silencio mediático
El periodista italiano, Marco Respinti, después de décadas de investigación dijo que la sustracción forzada de órganos del PCCh está ahora “muy bien documentada” y que debería estar en la portada de todos los medios de comunicación “un día sí y otro también”.
Pero eso no ha ocurrido. Respinti atribuyó el silencio de los medios occidentales a la presión del PCCh. El periodista citó como ejemplo su país natal. El año pasado, después de que un importante semanario italiano publicara un artículo que revelaba la sustracción forzada de órganos en China, funcionarios de la embajada china en Italia llamaron al editor y atacaron a los periodistas autores del artículo, según Respinti.
“Este es un clima normal que se vive en un país libre como Italia”, dijo el Sr. Respinti, que también es director encargado de Bitter Winter, una revista sobre libertad religiosa y derechos humanos en China.
Pronunciamiento del Reino Unido
El doctor Lord Philip Hunt, miembro del Parlamento británico y ex ministro de Sanidad expreso que las declaraciones de las comunidades médicas pueden ayudar a los legisladores a presionar a sus gobiernos para que tomen medidas contra los crímenes del PCCh de sustracción forzada de órganos,
En 2022, el Reino Unido actualizó una enmienda en su ley de bioética para impedir que los pacientes británicos que buscan órganos viajen a China para trasplantes.
“Cuantos más médicos puedan expresar su protesta, más fácil les resultará a los políticos como yo conseguir que se modifique la legislación en nuestros propios Parlamentos”, afirmó Hunt, que propuso la versión de la enmienda en la Cámara de los Lores.
“Incluso en este mundo tan convulso en el que vivimos, los médicos siguen siendo probablemente la profesión en la que más se confía. Y por eso, cuando aportan sus puntos de vista, influyen realmente en el debate que estamos manteniendo sobre cómo demonios vamos a influir en China para que ponga fin a estas prácticas aborrecibles”.
Conclusiones
La sustracción forzada de órganos en China es un crimen horrible que debe ser detenido. Los médicos, los políticos y el público en general deben seguir trabajando para exponer esta práctica y exigir que el régimen chino ponga fin a ella.
La magnitud de este crimen que dura ya más de dos décadas, exige una intervención eficaz e inmediata de la comunidad internacional.
Articulo escrito por Margarita Restrepo para VCSradio.net con información de The Epoch Times en español.
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