7 minutos. El Partido Comunista Chino, desde sus comienzos, ha efectuado una persecución sistemática a los creyentes religiosos. Veamos cómo lo ha hecho.
Desde que se fundó el Partido Comunista de China (PCCh) en 1921 por un grupo minoritario de intelectuales y activistas chinos, ha impuesto la reverencia y respeto al “partido” como si fuera su dios. Desde 1949, cuando subió al poder, inició abiertamente una persecución a todas las religiones y disciplinas espirituales, principalmente al budismo, manteniéndolas bajo estricto control. Hasta el día de hoy la persecución continúa.
Historia
En los inicios del PCCh, el país estaba controlado por los nacionalistas del Kuomintang KMT, que emprendieron una persecución al partido comunista, llevando a Mao Zedong su principal dirigente y al entonces Ejército Rojo a escapar emprendiendo la ‘Larga Marcha’: 12.500 kilómetros en gran parte a pie.
Los partidos nacionalistas y comunistas mantuvieron una lucha que solo se detuvo temporalmente para unir sus fuerzas contra la invasión japonesa en la II Guerra Mundial, protagonizando una larga guerra civil. El conflicto interno acabó con la victoria de los comunistas liderados por Mao y la fundación de la República Popular China en 1949.
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Durante la llamada Revolución Cultural, de 1966 a 1976, el partido comunista trata de cambiar el pensamiento del pueblo. Esto, con el fin de que se olvide de sus tradiciones y principios espirituales y logre preservar el comunismo como ideología predominante del partido.
En este sentido, se elimina toda la ideología capitalista y tradicional de las instituciones privadas y públicas, así como de las familias y del pueblo entero. Durante esos diez años se prohibió todo tipo de actividad religiosa y se promovió el culto a Mao Zedong, como máximo dirigente del PCCh y fundador de la República Popular China.
El PCCh persiguió brutalmente al budismo y estableció que todas las otras religiones como el taoísmo, el cristianismo y el catolicismo debían estar bajo el estricto control del Estado.
En los años consecutivos y hasta hoy, el ateísmo es la ideología oficial del Partido y quienes la componen tiene prohibido profesar la fe religiosa.
A continuación, algunos métodos que utiliza el PCCh para atacar y destruir el budismo:
1. En primer método es destruir las estatuas y pagodas y obligar a los monjes a regresar al mundo exterior
En 1969, Lin Biao, vicepresidente del Comité Central del Partido Comunista de China y uno de los principales colaboradores de Mao Zedong, ordenó detonar y destruir estatuas, reliquias culturales y tres templos en la región de Taihuai y la montaña Wutai. Dio instrucciones de sacar a los monjes budistas y residentes del área circundante en un plazo de tres días y ordenó que todos siguieran su vida en el mundo exterior.
Otro incidente en este sentido, se presentó el 7 de julio de 2021 en la pagoda de Hongcheng en la provincia de Gansu (también conocido como Templo de la Pagoda de Yuling). Allí sus monjes fueron atacados por funcionarios del gobierno.
Los monjes fueron sacados violentamente de la pagoda; ellos se sentaron al frente llorando y exhibiendo pancartas alusivas a la protesta porque el gobierno nacional los obligaba a dejar su estado de cultivación y volver a la sociedad común.
2. El segundo método consiste en comercializar el budismo
Realizan desfiles y actos publicitarios usando las pagodas como escenarios, irrespetando de esta manera la tradición budista de meditación y aislamiento espiritual.
Por ejemplo, el pasado 21 de junio se celebró un desfile de modas en frente de la pagoda Shaolín en Songshan en Henan; esto, para la reconocida marca Xtep de ropa deportiva de China.
Los medios de comunicación oficiales del PCCh promocionaron a Xtep como la primera empresa de los 1500 años de historia de Shaolín. La palabra Shaolín es una marca común de Xtep.
De hecho, la pagoda Shaolín ha sido durante mucho tiempo una organización comercial controlada por el PCCh; incluso se la considera una industria pilar en la provincia de Henan. El abad Shi Yongxin, también conocido como el director general de Shaolín, lleva realizando publicidad comercial en esta pagoda desde 1986.
3. Un tercer método es utilizar las pagodas como escenario para eventos políticos
La Radio Free Asia (RFA) difundió la noticia que cientos de profesores y estudiantes del Instituto Minnan de Estudios Budistas de Xiamen, Fujian, se reunieron el pasado mes de junio no para cantar a Buda, sino para cantar las alabanzas del PCCh.
El monje Vong Van, activista de los derechos budistas en Fujian, declaró que el evento celebrado en el Instituto de Estudios Budistas de Minnan ejemplifica el actual clima político.
El 22 de junio de 2020, el abad de la pagoda Shaolín y cien discípulos celebraron una ceremonia de izado de bandera bajo la lluvia.
Con estos actos podemos ver cómo el régimen comunista no tiene respeto por los lugares sagrados de los budistas. Por el contrario, los usa para actos comerciales y políticos atropellando su práctica meditativa y espiritual.
Actualmente las organizaciones religiosas para poder sobrevivir en China, deben ceñirse a los parámetros del gobierno y seguir al partido en todos sus lineamientos de régimen totalitario.
4. El cuarto método es crear leyes que desintegren el budismo y permitan perseguir a los creyentes espirituales, haciéndolos desaparecer
Entre las prácticas utilizadas por el PCCh para desintegrar el budismo está la orden que impartió en el año 1951 para que los monjes y monjas budistas se casaran.
Así mismo, las monjas jóvenes y fuertes fueron obligadas a alistarse en el ejército. Los monjes también fueron enviados al frente para ser fusilados y asesinados durante la “Guerra contra la agresión americana y ayuda a Corea” (1950-1953).
En tiempos recientes, desde el año 1999, el régimen del PCCh persigue y ataca cruelmente a las personas que practican Falun Gong. Esta es una antigua disciplina espiritual basada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia; fue presentada al público en China en el año 1992 y en muy poco tiempo superó el número de miembros del PCCh. El entonces líder del PCCh, Jiang Zemin, vio esto como una amenaza hacia el régimen; por tal motivo lanzó unilateralmente una brutal persecución hacia los seguidores de Falun Gong. Para ello recurrió a: prácticas de “agotamiento financiero, difamación de la reputación y aniquilación del cuerpo”.
Desde entonces, millones de practicantes de Falun Gong han sido encarcelados en prisiones chinas, campos de trabajo, hospitales psiquiátricos y otros centros de detención. Cientos de miles de personas fueron torturadas y maltratadas físicamente en esos lugares para obligarlos a abandonar sus creencias.
El crimen más atroz contra ellos ha sido la violación y persecución de los practicantes llevándolos a prisión; igualmente, la extracción de sus órganos en vida, para recaudar enormes sumas de dinero para el PCCh.
La Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional considera que, “China sigue mereciendo ser incluida en la lista de países de especial preocupación bajo la Ley”.
Hay que condenar la persecución religiosa del PCCh, aunar voces y esfuerzos en todo el mundo para que China cumpla con las reglamentaciones bajo la Ley de Libertad Religiosa Internacional de 2019.
Escrito por Margarita Restrepo con información de Bles.com