Los buenos modales de un ser humano parten con el ejemplo desde casa. Decir gracias, saludar al entrar y salir, decir por favor, moderar el tono de voz, no golpear la puerta, saber compartir y ser considerados con los demás, son algunas de las normas y costumbres que desde casa se enseñan para mostrar respeto y cortesía, logrando generar hábitos positivos que permitan entablar relaciones de todo tipo.
En la experiencia de Danny Wallace (Autor británico), menciona que fue a un restaurante y solo quería un Hot dog, pagó y espero una hora, pero la comida nunca llego. Cuando él cortestemente pregunto porque estaba tomando tanto tiempo, fue expulsado por ser una molestia.
El incidente persiguió a Wallace durante días después. Él recurrió a un sitio web de reseñas para expresar su frustración y castigar al restaurante que lo había tratado tan injustamente. Fue cuando decidió explorar la influencia de la rudeza a un nivel más profundo.
Para su libro, “Si usted en buena medida: Comprende la cultura de la rudeza —y lo que podemos hacer al respecto”, Wallace profundizó los estudios que exploran el impacto psicológico y sociológico del comportamiento grosero.
Algunos investigadores describen la rudeza como un tipo de neurotoxina contagiosa. Cualquiera que haya sido blanco de rudeza sabe lo devastador que puede ser y esto lo puede replicar a otros.
Wallace menciona que, “es por eso que a veces asumimos que las personas son sarcásticas o malas en los correos electrónicos, cuando, de hecho, no lo son”, “Pero no es su culpa. Se acaban de infectar” dice Wallace.
Las personas suelen ser groseras y tratar mal a otros, manifiestan una rudeza y falta de respeto, reluciendo lo peor de sí misma, esta conducta juega con los instintos y muchas veces ocasiona que la otra parte busque venganza de algún tipo.
Si la rudeza perjudica el pensamiento, la Dra. Joyce Mikal-Flynn, profesora asociada de la Universidad Estatal de California en Sacramento, cree que los buenos modales pueden mejorarla.
La doctora Joyce expresa que, “En la ciencia del cerebro, los modales influyen en nuestros felices neurotransmisores y permiten excelentes conexiones personales, desde el punto de vista bioquímico, los modales marcan la diferencia. Le dan a la gente una sensación de seguridad y placer”.
Puede parecer algo pequeño, pero los buenos modales pueden ser fundamentales para el éxito. Es el caso de Paige Arnof-Fenn, directora general de la firma de marketing Mavens and Moguls, dice que ha ganado gran parte de su negocio solo por ser educada. Un cliente en realidad le dijo que la contrató principalmente por sus modales porque todo lo demás se puede aprender en el trabajo.
Se puede analizar que, practicando estas sutilezas sociales, pueden perderse cuando gran parte de la interacción de las personas radica en el internet. Esto puede ser otra razón por la cual la rudeza es especialmente cruel en las redes sociales.
Talvez el mostrar respeto hacia las personas se ha deteriorado, porque la sociedad está constantemente mirando su teléfono, pero esto conlleva también a justificar y copiar los mismos comportamientos que los demás, sin saber si está bien o mal lo que otros hacen.
Esto podría cambiar si cada persona insiste en demostrar y manifestar un comportamiento más elevado, dando menos paso a la rudeza y llamar por su nombre a la grosería cuando se manifieste, no hay que perder los estribos, siempre habrá oportunidad de hablar con cortesía y amabilidad.
Redacción, Sonia Montañez con información de la gran época para VCS radio.net