5:30 minutos. El régimen chino no admite discusión en cuanto al tema de Taiwán como provincia rebelde. Pero Lituania está dando ejemplo de valentía al mundo occidental.
Hacia julio de 2021, se anunció que se abriría una Oficina de Representación de Taiwán en Vilna, capital de Lituania. Esto enfureció a los líderes del régimen comunista chino, quienes no reconocen a Taiwán como un país independiente.
Lituania es un pequeño país ubicado en el centro-norte de Europa, con cerca de tres millones de habitantes y una extensión de 65.000 Kms2. Es un poco más pequeña que Panamá y tiene salida al mar báltico.
Los países bálticos tienen una posición privilegiada, razón por la cual han sido objetivos preciosos para la Unión Soviética. Pero Lituania junto a Estonia, Letonia, tienen una historia muy antigua, que los hace sentir orgullosos de su pasado.
Tal vez por ello, estos tres países fueron los primeros que reclamaron su independencia cuando se disolvió la Unión Soviética.
De los tres, fue Lituania quien tomó la iniciativa. Siempre se ha mantenido fiel a sus principios de libertad, enfrentando a Rusia y su vecino Bielorrusia, sin olvidar el pasado de opresión que debió soportar durante 40 años.
Al igual que sus hermanos bálticos, Lituania logró superar la pobreza que heredó del gobierno comunista soviético, y se ha posicionado como una economía en constante crecimiento. Al día de hoy tiene un intenso intercambio comercial con la Unión Europea e incluso con su vecina Rusia.
Pero, aunque ya tenía negocios con Taiwán, el paso dado ahora es un desafío directo a la autocracia china. Para el Partido Comunista Chino (PCCh) es una afrenta que cualquier país reconozca a la pequeña isla como soberana. Quienes tienen relaciones comerciales con Taiwán nombran las sedes de negocios como “Oficina de Taipei”, la capital de la isla. Pero mencionar a Taiwán es un insulto para el PCCh.
Sin embargo, Lituania está ejerciendo su derecho a mantener relaciones comerciales con quien desee, sin rendir cuentas a ninguna potencia extranjera. De hecho, este es uno de los principios en los que se ha basado el gobierno lituano para fortalecer sus relaciones con Taiwán.
Como era de esperarse, la reacción del gobierno chino fue contundente. Inmediatamente retiró su sede diplomática de Vilna, y suspendió el trato comercial con Lituania. Pero, pareciéndole pocas las medidas, inició maniobras de presión sobre empresas occidentales para que suspendieran las relaciones comerciales con el pequeño país báltico.
Esto último no fue bien recibido por los EEUU, cuyo gobierno apoyó incondicionalmente a Lituania; la respuesta del PCCh fue nuevamente amenazante.
La Unión Europea, por su parte, habla de una posible violación a las normas del comercio; pero muestra temor de ir más allá, insinuando que Lituania debía reconsiderar su posición.
Por su parte, Taiwán ha estado apoyando activamente la decisión de Lituania. Para ello ha comprado productos rechazados por China y ha destinado fondos de apoyo financiero para proyectos conjuntos de los dos países.
Todo este panorama nos muestra lo sensible que se ha vuelto el problema de la independencia de Taiwán.
Después de tomar Hong Kong, el régimen chino se muestra cada vez más desafiante en su ambición de apoderarse del gobierno de Taiwán.
Lo anterior ha llevado a que, el problema de Taiwán sea uno de los más sensibles en las relaciones internacionales de EEUU. El gobierno de Biden, complaciente al principio con el régimen chino, ha debido endurecer su posición ante el avance cada vez más agresivo de Beijing.
Sin embargo, el gobierno chino tampoco tiene las cosas fáciles. Constantemente pregona que Taiwán se está quedando solo (apenas 14 países reconocen su independencia). Pero, la realidad es que la gran mayoría de países solo actúan movidos por razones comerciales, pero igualmente llevan a cabo transacciones con Taiwán.
Es así que, recientemente se conoció que Taiwán abrirá próximamente una oficina representativa en Eslovenia, otra ex república soviética, escindida de Yugoslavia en 1991.
En tono desafiante, el primer ministro esloveno, Janez Jansa, un pais de 2 millones de habitantes, dijo, ante las amenazas de Beijing, refiriéndose a Taiwán:
“Es un país democrático. Es difícil escuchar a un país (como China) con un sistema de partido único dando lecciones sobre democracia y paz en todo el mundo. Ya sabes, (Taiwán es) un país que es democrático y respeta todos los estándares democráticos internacionales, incluido el derecho internacional”.
Todo esto nos enseña que los pueblos que han soportado el yugo de las dictaduras comunistas y han logrado liberarse de ellas reconocen el valor de esa libertad. Por esto, algunos de ellos no temen desafiar a los gigantes, sin importar los costos que les puede acarrear.
A pesar de que Lituania es tan pequeña, no teme pararse ante un gobierno despótico que oprime a mil cuatrocientos millones de personas; y que, a su vez, ha logrado doblegar a grandes potencias con su poder económico.
Lituania, al igual que otros países pequeños como Eslovenia y Paraguay que desde siempre ha reconocido firmemente la independencia de Taiwán, debían servir de ejemplo para las grandes potencias que pregonan la importancia de la democracia y la libertad.
Los principios universales de libertad y soberanía que todos los gobiernos dicen profesar no deberían ser intercambiados por el dinero de un gobierno totalitario. Porque, cuando llegue el momento, no dudará en pasar por encima de esos principios para subyugar a todos aquellos pueblos temerosos ante sus amenazas.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
Foto: Vilna, capital de Lituania. Vista de la catedral de Theotokos y la iglesia de San Johns, y San Juan Bautista. por Grigory_bruev – Envato
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