El pasado 19 de septiembre los dirigentes internacionales de derechos humanos se reunieron en una mesa redonda al mismo tiempo que se celebraba la Asamblea General de las Naciones Unidas, para debatir los crímenes del Partido Comunista Chino (PCCh) en su trato a los uigures y otras minorías.
El acto, copatrocinado por el Atlantic Council, Amnistía Internacional y Human Rights Watch, solicitó a los gobiernos enfrentarse a Beijing por sus abusos contra los derechos humanos, indicando que el PCCh es super consciente de su imagen internacional.
Por su parte la Misión Permanente de China ante la ONU envió una carta a los posibles asistentes a la mesa redonda, señalando el acto de calumnia “antichina” y basado en “conspiraciones”, y pidiendo encarecidamente a los Estados miembros que no asistieran a dicha mesa redonda.
La doctora Sophie Richardson directora de Human Rights Watch recibió una carta de la Misión Permanente de la República Popular China solicitándole no asistir a la mesa redonda y declaró sobre China: “En esencia, está confirmando que tiene mucho que ocultar, y lo sabe”.
Mientras que Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional dijo: “A China no le gusta nada que se hable de la situación abiertamente, públicamente”.
A pesar de las advertencias de Beijing, asistieron a la mesa redonda representantes de Estados Unidos, la Unión Europea, Alemania, Francia y Holanda.
Funcionarios y defensores de los derechos humanos señalaron repetidamente que “no hay que dejarse engañar” por la palabrería de China:” cuando anuncian el cierre de un campo de concentración, construyen otro centro de detención más permanente”.
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La Comunidad Uigur
La comunidad uigur es la etnia más grande de China, profesa la religión musulmana y habita desde siglos en la región de Xinjiang, noroeste de China. En ella viven 26 millones de personas de diversas etnias y se supone que actúa como una región autónoma.
Allí, el régimen chino alberga numerosos campos de concentración, donde este grupo humano es sometido a trabajos forzosos, torturas, abusos y en algunos casos, a la muerte, violando sistemáticamente sus derechos humanos.
Desde 2017, el PCCh ha recluido a más de 1 millón de uigures y miembros de otros grupos étnicos minoritarios, donde se les obliga a renunciar a sus identidades religiosas y étnicas y a jurar lealtad al PCCh.
Denuncias en la región de Xinjiang
Desde hace años, asociaciones de derechos humanos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), han denunciado la persecución que sufren estas minorías étnicas en Xinjiang, sacando a la luz numerosas evidencias de esos campos de concentración y de las torturas que sufren los prisioneros. Pero, como es habitual en el proceder del régimen chino, han negado su existencia y han indicado que se trata de “centros de educación vocacional para eliminar cualquier pensamiento extremista en la región”. Desde el año 2017 empezaron a aparecer noticias sobre estos abusos en esa región.
Hace un año, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos publicó un informe estableciendo que China era responsable de “graves violaciones de derechos humanos” y posibles crímenes de lesa humanidad en la provincia de Xinjiang,
Entre esas minorías se encuentran los practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong quienes son perseguidos y torturados desde el año 1999 por el PCCh.
China, que ya es miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, emitió una respuesta al informe casi tres veces más extensa, en la que negaba haber cometido alguna de estas infracciones. Señaló la acusación de desinformación antichina.
Desde el año 2021 que se promulgó la Ley de Prevención del Trabajo Forzado de los Uigures, se ha denegado la entrada en el país de 385 millones de dólares estadounidenses en mercancías que violaban dicha ley. También se han impuesto limitaciones de visas a miembros del PCCh implicados en la violación de los derechos humanos.
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Los crímenes del PCCh continúan
Rayhan Asat, abogada de derechos humanos y miembro del Atlantic Council, copatrocinador de la mesa redonda, es de ascendencia uigur y contó que su hermano había sido detenido ilegalmente en 2016.
Ella informó que “Algunos de los campos de reeducación se han cerrado, pero los campos de prisioneros se están ampliando”. Señaló los esfuerzos del PCCh por presentar una imagen muy diferente de Xinjiang a los diplomáticos internacionales a través de las redes sociales, con videos de campañas publicitarias “que obligan a los uigures a cantar para la cámara”.
“Los estadounidenses que viven en Estados Unidos siguen sometidos al largo alcance de China, y lo que están utilizando son nuestras familias, nuestros seres queridos, sus vidas. Las mantienen como rehenes”, afirmó. Ha tenido noticias de uigures separados de sus familias que dicen que sólo les han permitido oír un segundo de su voz en una llamada telefónica, para que sepan que el PCCh los vigila.
Jonathan Bass, miembro del consejo de Jewish World Watch, fue uno de los asistentes a la mesa redonda y contó que, en varias ocasiones, los uigures con los que había trabajado su empresa fueron objeto de venganzas y represalias por parte del PCCh.
“Patrocinamos a las dos primeras mujeres uigures que testificaron ante el Comité Selecto de China…y dijo que una de ellas, después de testificar, su familia fue objeto de venganzas en China y asesinada”. El año pasado, la empresa del Sr. Bass concedió un premio a una persona de ascendencia uigur en Los Ángeles, “y los chinos enviaron agentes al acto para fotografiar y vigilar a cada persona que asistía al acto”.
La Sra. Callamard de Amnistía Internacional confirmó que los países están permitiendo que el PCCh utilice su propia policía, agentes e incluso prisiones en suelo y territorio extranjeros sin consecuencias legales.
“Hasta ahora, ningún Estado ha emprendido acciones legales, en respuesta a este tipo de delito internacional”, y afirmó. “¿Qué están haciendo los gobiernos contra el hecho de que el Estado de derecho y parte tan fundamental de su esencia nacional esté siendo violado por un Estado extranjero en su propio territorio?”, aseguró la Sra. Callamard. Agregó que “Si se mantienen firmes más resuelta, eficazmente… entonces quizá tengamos una oportunidad”.
Artículo escrito por Margarita Restrepo para VCSradio.net. con información de The Epoch Times en español
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