7 Minutos de lectura. La influencia de China entre los países del tecer mundo ha venido creciendo constantemente. Ahora, Latinoamérica está lista para ser tomada en conjunto.
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El expansionismo de China no parece conocer obstáculos, y se manifiesta de mil maneras. Por tal motivo, aunque Latinoamérica no parece ser el continente más apetecido, es indudable que ofrece suficientes beneficios como para no ser ignorado.
En el último año, la atención del gigante asiático hacia Latinoamérica se ha despertado con mayor interés, debido a que la izquierda prácticamente se ha tomado la región. Es sabido que esta era la meta más importante del Foro de Sao Paulo, el cual, bajo el liderazgo de Lula da Silva, desde 1991 trazó las directrices para lograrlo.
Ya desde 1993, el régimen chino se había mostrado interesado en alimentar este proyecto, entendiendo que a no muy largo plazo podría recoger los frutos. Hoy, con prácticamente todo el continente gobernado por líderes de izquierda, puede decirse que se encuentra maduro para cumplir dicha agenda.
El Partido Comunista Chino, PCCh, sabe utilizar su enorme chequera para penetrar en los países que despiertan su interés. Por tal motivo, siempre está presto a participar en megaproyectos de infraestructura, para los cuales facilita el dinero por medio de contratos leoninos. De este modo dichos países quedan hipotecados con los bancos estatales chinos. De igual manera, logran convenios de explotación de los recursos mineros que necesita para su industria, como petróleo o minerales valiosos.
Todo este entramado no es fácil alcanzarse en un país democrático por la constante rotación de gobiernos. En cambio, los regímenes de izquierda sí lo garantizan, pues desde su misma llegada, se programan para perpetuarse en el poder.
Por otro lado, se encuentra la corrupción. Desde luego, no puede afirmarse que este cáncer social tenga color político. Pero los gobiernos de izquierda, por medio del manejo autoritario, son más proclives a aceptar prebendas a cambio de entregar contratos y recursos.
Finalmente, se encuentra la afinidad ideológica. Los nuevos gobiernos de izquierda ven a China como una especie de ser protector, que los puede conducir al paraíso comunista en medio de la prosperidad que él parece irradiar.
Ingenuamente, esos políticos radicalizados e ignorantes de la historia, creen que el único imperio a vencer es el imperio yanqui. Creen que Beijing los mira como sus pares, y la mano que desde allí les tienden ofrece una amistad sincera, por aquello de la fraternidad de los pueblos socialistas.
Todo lo anterior indica que el momento actual es el esperado por el régimen chino por mucho tiempo. El regreso de Lula al poder en Brasil, es determinante para este avance. Siendo este el país líder en la región y una de las economías más importantes del planeta, indudablemente está jugando un papel preponderante en el futuro de Latinoamérica.
El hecho de pertenecer al pacto del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), coloca a Brasil en el grupo de países importantes que buscan hacer el contrapeso al G7, de las mayores economías mundiales. Esto lo pone al frente de las decisiones que tomará una Latinoamérica cada vez más radicalizada hacia la izquierda. Y, el mayor socio comercial de Brasil es China.
De todos modos, no solo Brasil mantiene lazos comerciales estrechos con China. Todos los mandatarios latinoamericanos veteranos ya han desfilado por Beijing.
Los presidentes recién nombrados, también hacen fila. Ya a finales de 2022, durante una breve entrevista en Tailandia, Xi Jinping invitó a Gabriel Boric, presidente de Chile, para que se reúnan en Beijing, en 2023.
Igualmente, Gustavo Petro de Colombia ya habló de una visita que está programando a China próximamente.
Por supuesto, otros países como Venezuela, Bolivia y Argentina se adelantaron desde hace años y ya acumulan gigantescas deudas con el régimen de China.
Pero entre todos, sorprende Perú, el cual ha adquirido estrechos lazos de dependencia con el país comunista. En 2022, la organización de la sociedad civil Doublethink Lab, que se dedica a estudiar la influencia del autoritarismo digital chino, entregó los resultados del estudio llamado “Índice de China”.
En este se analizaron datos entre 2021 y 2022, y se encontró que Perú ocupa el 5º puesto entre 82 países, en vulnerabilidad a la influencia China. De acuerdo con el informe, tanto periodistas como personas influyentes de sitios digitales asisten a giras pagadas por el gobierno chino.
Pero el caso peruano solo es una pequeña muestra de la penetración que ha logrado el régimen del PCCh en América Latina. Aparentemente se trata de negocios aislados con países. Pero en realidad es una toma conjunta del continente, ahora que los movimientos de izquierda han ganado fuerza.
Y mientras todos esos líderes de tendencia autoritaria y deseo de perpetuarse en el poder buscan apoyo en China que, justamente, ha hecho eso por más de 60 años, EEUU está enredada en el avance de una agenda progresista que la ha debilitado como nación y como garante de la democracia en el continente.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
Foto: Wikimedia Commons – Cumbre de Líderes de Medios de Comunicación China-América Latina, 2016.
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