6:30 minutos. A través de la historia la humanidad ha quemado muchos libros como una forma de imponer su cultura sobre otras. Así se ha perdido gran parte de la memoria de muchos pueblos.
La Quema de Libros, el Alzheimer de la Humanidad
Desde el inicio de los tiempos, el hombre dejó su testimonio a la posteridad. Por eso, encontramos en las cuevas de Altamira y en tantas otras, dibujos que representaban aquello que para sus autores era el eje de sus vidas. Más tarde, con la escritura en tablillas de arcilla, se pudieron guardar ideas concretas, historias, códigos legislativos y hasta listas de mercado.
El siguiente paso natural era coleccionar dichas tablillas. Así fue como surgieron las bibliotecas, las cuales, sistemáticamente, conservaban los manuscritos. Primero en tablillas, después en papiros, en pergaminos y en todo tipo de materiales hasta la llegada de los libros. De esa forma se preservaron invaluables tesoros, que contenían el conocimiento y la historia de las primeras civilizaciones.
Pero, como una maldición, al poco tiempo de creadas tales bibliotecas, comenzó su destrucción. Ya fuera por las guerras, fanatismo religioso, o deseo de exterminio de una cultura, siempre se encontró un motivo para destruirlas. Veamos algunos casos notorios.
Biblioteca Real de Asurbanipal
Esta es la primera biblioteca conocida en la historia. Erigida en 722 a.C. en la capital asiria de Nínive, el rey Asurbanipal la llevó a su esplendor. Allí se recopilaron más de 22.000 tablillas de escritura cuneiforme, con las primeras obras literarias como la Epopeya de Gilgamesh.
Pero en 612 a.C. el ejército babilonio del rey Nabopolasar arrasó Nínive, con lo que la biblioteca desapareció. Se ignora cuantos papiros y rollos de cuero fueron consumidos por las llamas. Parte de las tablillas fueron recuperadas durante las excavaciones arqueológicas de 1847.
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Biblioteca de Alejandría
Esta biblioteca es la más conocida, así como la más lamentada de la antigüedad. Construida por Ptolomeo I hacia 331 a.C., fue la más importante de su tiempo. Se dice que a todo viajero se le confiscaban sus libros, para copiarlos. Al propietario se le entregaba la copia y el original se depositaba en la biblioteca. De esta forma, llegó a guardar muchos de los escritos más importantes de las antiguas culturas.
Su destrucción se hizo en varios pasos: hacia el 47 a.C., cuando Julio César se refugió en Alejandría, en la lucha con sus enemigos se quemó gran parte de la biblioteca. Posteriormente, en el 415 unos cristianos instigados por el patriarca Cirilo la arrasaron nuevamente por los libros impíos allí guardados. Finalmente, el califa árabe Omar, ordenó a su ejército durante la toma de la ciudad en 641: “Si esos libros están de acuerdo con el Corán, no tenemos necesidad de ellos, y si se oponen al Corán, deben ser destruidos”. Así desapareció una biblioteca que llegó a albergar 700.000 libros antiguos.
Códices mayas
Aunque no podemos hablar de biblioteca, al menos como se entendía en Europa, los mayas también habían recopilado todo su conocimiento en cientos de códices. Durante la colonización de México por los españoles, en 1562 el obispo de Yucatán Diego de Landa, ordenó quemar, según se dice, varias toneladas de códices, que representaban prácticamente toda la memoria histórica maya. Solo cuatro de ellos sobrevivieron.
Después, el obispo escribiría: “Hallámosles gran número de libros de estas sus letras, y porque no tenían cosa en que no hubiese superstición y falsedades del demonio, se los quemamos todos”.
El suceso fue tan escandaloso, incluso en esa época de inquisiciones, que Landa fue llamado a España para dar explicaciones. Posteriormente pudo volver a Yucatán, y dedicó su vejez a recuperar parte de las tradiciones orales mayas.
Otros casos célebres
En 590 el papa Gregorio ordenó quemar los libros clásicos griegos y romanos, de la biblioteca de los papas en Letrán, por el peligro que suponían para las almas piadosas.
Durante el siglo X, la viuda del príncipe fatimí Mahmud al Dawla bin Fatik de El Cairo, desconsolada por su muerte, ordenó quemar la biblioteca del príncipe, una de las más admirables de oriente.
Hacia 1109, los caballeros cruzados, durante la toma de Trípoli, quemaron su biblioteca, destruyendo más de cien mil volúmenes.
Estos pocos casos nos muestran cómo, aunque siempre nos hemos afanado por preservar la memoria de los hechos que han construido la historia, al mismo tiempo, como células malignas de un alzheimer cultural, muchos se empeñan en borrar estas huellas.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
Narración: Edgar Montañez
Tema musical: Ambient Orchestral Piece de Steven O´brien
Foto de portada: Envato
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