9:00 minutos. En la lucha contra la delincuencia digital, la ONU parece proteger a los niños de los abusadores. Pero realmente, deja abierta la puerta para legalizar la pedofilia.
Recientemente, la ONU publicó el texto de un proyecto de convención contra la ciberdelincuencia. Este documento de 44 páginas contempla una serie de medidas de cooperación entre los estados parte, para combatir los delitos relacionados con el uso de tecnología de internet. Pero tal documento permite, en forma discreta, la legalización de la pedofilia.
Permisividad disfrazada de buenas intenciones
Atendiendo la necesidad de legislar sobre el uso delictivo de los medios electrónicos y de internet, la ONU publicó el 7 de agosto pasado el proyecto encaminado a combatir la ciberdelincuencia, con el fin de “proteger a la sociedad del crecimiento y expansión de estos delitos a nivel global”.
Que la ONU se preocupe por este flagelo que azota todas las sociedades, es algo realmente útil y necesario, considerando el acceso cada vez más grande de la población a las redes y sistemas electrónicos, lo que nos coloca a todos en situación de vulnerabilidad.
Entre los muchos temas que se tocan en este documento, está el que atañe a la población infantil, la más vulnerable, ya que el internet, estando al alcance de los niños, los expone a un mundo oscuro que ellos no tienen la capacidad de reconocer.
Qué dice el artículo 14
El artículo 14 trata de los “delitos relacionados con material en línea que muestra abusos
sexuales de niños o explotación sexual de niños”. Allí se establecen los delitos relacionados con la producción, posesión y distribución de material que exhiba abusos de menores.
Sin embargo, en los Apartes 3 y 4 de dicho artículo, se enumeran las excepciones a tales delitos, las cuales son:
“3. Los Estados partes podrán exigir como requisito que el material definido en el
párrafo 2 del presente artículo se limite a material que:
a) Muestre, describa o represente a una persona existente; o
b) Muestre imágenes de abusos sexuales de niños o explotación sexual de niños
4. De conformidad con su derecho interno y en consonancia con las obligaciones
internacionales aplicables, los Estados partes podrán adoptar medidas para que no se
criminalice:
- La conducta de niños por material que generen ellos mismos y que los muestre; o
- La producción, transmisión o posesión consentida del material descrito en el
párrafo 2 a) a c) del presente artículo, cuando la conducta subyacente mostrada sea legal
conforme a lo determinado por el derecho interno y el material se conserve exclusivamente para el uso privado y consentido de las personas implicadas”.
Se abre la puerta para legalizar la pedofilia
En el apartado 3 se exige que el material reproducido debe representar personajes reales. De acuerdo con esto, las imágenes o videos producidos con Inteligencia Artificial están permitidos. No se requiere demasiado análisis para entender que este tipo de material es una invitación hacia el delito con niños reales. Por otro lado, si este es visto por niños, los induciría fácilmente a considerar tales actos como normales.
A su vez, el apartado 4 contradice totalmente lo establecido sobre la criminalización del abuso sexual de menores. Si se analizan las excepciones, se puede observar que a fin de cuentas se permite totalmente el trato sexual de adultos con niños.
Cuando en el literal a) se menciona que el material producido por niños, sin excepción, es permitido, se da por sentado que un niño tiene el criterio para saber lo que significa no solo tener relaciones sexuales (no se exceptúan los adultos), sino que puede producir material de este tipo y compartirlo.
El final del texto abre todas las puertas: mientras sea “exclusivamente para el uso privado y consentido de las personas implicadas”, el material es perfectamente legal. Entonces, nos preguntamos: ¿tiene un niño menor de 10 años la madurez y el criterio para tener relaciones con adultos?. Porque, así mismo puede producir material que el adulto perfectamente conservaría legalmente para su disfrute personal.
Lo anterior nos muestra que, aunque en principio se habla de la defensa de los niños expuestos al abuso sexual por parte de adultos, el mensaje final es que la pedofilia puede ser legal, con el argumento del “consentimiento” por parte del niño.
Ese niño que no tiene derecho al voto ni puede consumir licor o cigarrillos, ante la ONU puede tener relaciones con adultos, los cuales legalmente pueden conservar material electrónico de dichas relaciones.
Los niños, cada vez más indefensos
Este proyecto de convención de la ONU es simplemente la pretensión de dar uno de los últimos pasos para legitimar definitivamente el abuso a los niños.
Ya desde hace años se viene promoviendo en las escuelas el adoctrinamiento de los menores, hacia la aceptación de las relaciones sexuales desde la infancia, el transgenerismo y la homosexualidad como situaciones normales e incluso deseables.
Por lo tanto, no es de extrañar que toda esa narrativa perversa derivara rápidamente hacia la legalización de la pedofilia, considerando que entre las élites globalistas esto es algo que se ha buscado desde hace mucho tiempo.
Conjuntamente, se ha ido negando gradualmente el derecho de los padres a la custodia, protección y educación de sus hijos. Ejemplo de esto es la ley promulgada recientemente por el gobierno de California, prohibiendo que los maestros sean obligados a informar a los padres sobre el cambio de identidad de género de los alumnos escolares.
Por otro lado, la ministra de la igualdad de España, Irene Montero, afirmó que, “Todos los niños, las niñas, les niñes de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo, a saber, que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren, y que eso es una forma de violencia. Tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana. Basadas, eso sí, en el consentimiento”. Toda esta narrativa, repetida una y otra vez por personajes con autoridad sobre la población, ha ido preparando el camino para legalizar una de las peores formas de agresión contra los niños.
En cuanto a la ONU, esta clase de iniciativas forman parte de esa agenda que se ha venido implementando. Por medio de ella, se busca imponer un globalismo uniforme para todos los países, pasando por encima de sus culturas o creencias propias. Por lo tanto, se niegan totalmente los derechos de los padres sobre sus hijos, que ahora son formados por estados ideologizados.
Todo lo anterior, conduce a la creación de unas generaciones futuras carentes de cualquier tipo de valores que no sean los dictados por un organismo que no ha sido elegido por nadie y cuyo rostro es desconocido.
Solo la familia puede revertir el daño que se avecina
Si los padres y la familia son tan ignorados por las directrices de esas agendas, (como la agenda 2030), podemos ver que esto tiene una razón de ser. Y, es porque la familia es la única interesada en formar a los niños como individuos pensantes, con valores y enfocados en crear una sociedad donde prime el respeto por los demás, sin imponer ni permitir que se les impongan ideas o culturas ajenas.
Por este motivo, la tarea de los padres actuales debería ser la de asistir permanentemente a sus hijos, siendo sus verdaderos consejeros y guías. Porque si no la asumen, sí lo harán organismos corrompidos como la ONU. Esta es realmente la obligación y el derecho tradicional de los padres.
No podemos permitir, entonces, que nos arrebaten el derecho sobre nuestros hijos, que trajimos al mundo para preservar nuestra identidad. Nadie debería adjudicarse el derecho a tomar a los niños como objetos para fines malévolos.
Es muy claro que las políticas de esas agendas globalistas están llevando a la destrucción de la cultura occidental. Por lo tanto, debemos comprender que el hogar de nuestras familias es la última trinchera desde la cual se puede derrotar esta acometida perversa.
Escrito por Carlos Morales, para VCSmedia.net
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