Un juez federal dictaminó que la fluoración del agua potable en Estados Unidos plantea un riesgo irrazonable para la salud de los niños, especialmente en relación con la reducción del coeficiente intelectual. La EPA debe tomar medidas regulatorias.
En una decisión sin precedentes, un juez federal del Distrito Norte de California, Edward Chen, dictaminó que la fluoración del agua potable en los Estados Unidos, en sus niveles actuales, presenta un “riesgo irrazonable” para la salud pública, especialmente en relación con la reducción del coeficiente intelectual (CI) en los niños. Esta resolución, que ha captado la atención de la opinión pública y de organizaciones gubernamentales, podría significar el fin de la fluoración del agua en el país, una práctica vigente desde hace más de siete décadas.
Implicaciones del fallo
El veredicto del juez Chen ordena a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) que regule la exposición al fluoruro en el agua potable, tras una larga batalla legal liderada por grupos como Fluoride Action Network, Moms Against Fluoridation y Food & Water Watch. Estos colectivos presentaron la demanda basándose en la creciente evidencia científica que sugiere que el fluoruro, incluso en niveles considerados “óptimos” de 0,7 miligramos por litro (mg/L), tiene efectos adversos en el desarrollo cerebral de los niños y en la salud de mujeres embarazadas.
Chen citó el informe del Programa Nacional de Toxicología (NTP) del Departamento de Salud y Servicios Humanos, que concluyó que el fluoruro está asociado con una reducción significativa en el CI infantil cuando los niveles de exposición alcanzan o superan los 1,5 mg/L. Este informe también destacó los desafíos para medir con precisión los efectos tóxicos del fluoruro en niveles bajos, pero afirmó que existen riesgos incluso en exposiciones que se consideraban seguras anteriormente.
Un golpe para la EPA y la comunidad médica
La sentencia representa un revés significativo para la EPA, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y organizaciones como la Asociación Dental Americana (ADA), que durante décadas defendieron la fluoración del agua como uno de los grandes logros de la salud pública del siglo XX. Según el juez Chen, la EPA no puede continuar ignorando la evidencia científica y debe actuar de manera inmediata para regular el uso de esta sustancia.
Michael Connett, abogado de los demandantes, señaló que el fallo expone la negligencia de la EPA en la aplicación de su propio marco de evaluación de riesgos. “La exposición generalizada al fluoruro en Estados Unidos ha estado peligrosamente cerca de niveles que sabemos que son perjudiciales”, afirmó Connett, destacando la importancia de esta decisión para la salud pública.
Repercusiones más amplias
Además de la posible eliminación de la fluoración del agua, el fallo podría tener implicaciones más amplias para otras fuentes de exposición al fluoruro. Philippe Grandjean, profesor de salud ambiental en Harvard y testigo experto en el juicio, advirtió que la EPA tendrá que abordar la presencia de fluoruro en aguas subterráneas en zonas del suroeste del país, donde los niveles naturales de fluoruro superan los límites de seguridad, así como la ingestión de flúor a través de productos como la pasta dental.
Perspectivas a futuro
A pesar del fallo, la EPA aún puede apelar la decisión. Sin embargo, los expertos creen que este es un paso importante hacia una reevaluación de la fluoración y otras prácticas relacionadas con el uso de químicos en el agua potable. Como señaló Rick North, miembro de la junta directiva de Fluoride Action Network, “terminar con la fluoración será uno de los mayores logros de salud del siglo XXI”.
Este caso marca un precedente para futuras demandas bajo la Ley de Control de Sustancias Tóxicas (TSCA), proporcionando una herramienta poderosa para que los ciudadanos exijan que las agencias gubernamentales revisen los riesgos químicos basándose en evidencia científica actualizada y no en decisiones pasadas que ahora se consideran obsoletas.
Conclusión
El fallo del juez Chen sobre el fluoruro resalta un cambio significativo en la política de salud pública de Estados Unidos, que podría llevar al fin de una práctica largamente defendida por las instituciones sanitarias. Con la creciente evidencia sobre los riesgos neurotóxicos del flúor, esta decisión subraya la importancia de aplicar criterios científicos rigurosos y actualizados para proteger la salud de las futuras generaciones. La responsabilidad ahora recae en la EPA para implementar las regulaciones necesarias y asegurar que los niveles de exposición al fluoruro no comprometan la salud de millones de estadounidenses.
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