
La eterna rueda del tiempo
Un anciano maestro y su joven discípulo caminaban por el campo en un día soleado. El maestro impartía sus enseñanzas al muchacho, quien escuchaba atentamente. De repente, el anciano se interrumpió, diciendo:
-Estoy cansado, creo que hemos caminado demasiado. Voy a sentarme a la sombra de esos árboles, mientras me traes agua del pozo que se puede ver al otro lado de esos cultivos.
El joven cruzó presurosamente el campo hasta el pozo. Tan pronto llegó, pudo ver a una hermosa joven que sacaba agua en un balde. Sintiéndose atraído, le preguntó su nombre. Ella lo miró con una sonrisa y le contestó. En seguida, él se ofreció a acompañarla hasta el pueblo, para ayudarla con la vasija.
Una vez llegaron a la casa de la muchacha, ella lo invitó a comer y así pudo conocer a toda la familia. Fue recibido con mucha amabilidad y finalmente terminó pidiendo la mano de la joven. Los padres de ella se mostraron complacidos, y se la concedieron.
De ese modo, una vez casados, él comenzó a trabajar en el campo. Con el tiempo, tuvieron tres hijos, pero uno murió siendo niño. Cuando los suegros fallecieron, se convirtió en la cabeza de la familia. Años después, el hijo mayor decidió casarse y partió para otro pueblo.
Ya entrados en años, mientras seguían criando a su hijo menor, pudo ver el cabello de su mujer cada vez más encanecido. Finalmente, ella murió, lo cual le trajo un gran dolor, pues la había amado demasiado. Algún tiempo después, en medio de un invierno muy severo, el río cercano se desbordó, produciendo una gran inundación. Las turbulentas aguas arrastraron a todos en la aldea, y vio impotente cómo su hijo comenzaba a ahogarse, mientras él luchaba desesperadamente por rescatarlo.
En medio de esta trágica situación, de repente recordó a su maestro, quien lo había enviado, años atrás, para que le llevara agua. Entonces, de repente, se encontró de nuevo en el campo, llevando en sus manos la jarra con el líquido. Sin comprender muy bien lo ocurrido, llegó hasta el árbol junto al camino, donde vio reclinado al anciano.
Tan pronto como sintió su presencia, el anciano maestro despertó, y le dijo:
-El sol está por ocultarse. ¿En qué te entretuviste que tardaste tanto? Ya estaba a punto de salir a buscarte.
Reflexión: el tiempo es cambiante en diferentes niveles y en distintas dimensiones. De esta forma, puede mostrarnos cómo las pequeñas cosas de la ilusión en la que vivimos, nos pueden distraer de nuestras verdaderas misiones.
Cuento anónimo indio adaptado para VCSradio.net
Narración: Javier Hernández
Portada: Carlos Morales G.
Tema musical: cinema, épica The Journey – Timofiy Starenkov
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