Un nuevo informe y revisiones científicas cuestionan el uso de bloqueadores de la pubertad en adolescentes con disforia de género, planteando preocupaciones sobre su eficacia y seguridad.
Un reciente informe publicado en el Reino Unido y una serie de revisiones científicas han avivado el debate sobre el uso de bloqueadores de la pubertad en adolescentes con disforia de género, planteando preocupaciones sobre su eficacia y posibles efectos adversos.
El informe de la doctora Hillary Cass, que examina la ley trans británica que suministraba bloqueadores de la pubertad a niños, ha sido un punto focal en este debate. La ley, que también fue adoptada en España, generó controversia y fue retirada en el Reino Unido después de que el informe de Cass evidenciara errores en su aplicación. Sin embargo, en España sigue en vigor, lo que ha generado interrogantes sobre su validez y seguridad.
El estudio, que compila cuatro años de investigación sobre el proceso de transición en el Sistema de Salud de Gran Bretaña (NHS), concluye que la terapia psicológica es más efectiva que el uso de bloqueadores de la pubertad. Estos hallazgos han suscitado un intenso debate en la comunidad médica y entre los defensores de los derechos trans.
Paralelamente, dos revisiones científicas publicadas en la revista Archives of Disease in Childhood plantean nuevas dudas sobre la eficacia y seguridad de los bloqueadores de la pubertad. Basándose en un extenso análisis de estudios previos, el equipo liderado por la doctora Jo Taylor, del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de York, advierte sobre los posibles riesgos asociados con estos tratamientos.
El estudio revisó datos de 10.673 pacientes adolescentes con disforia de género, de los cuales 4.702 recibieron supresores de la pubertad y 4.702 no. Los resultados sugieren que si bien la supresión de la pubertad puede ofrecer algunos beneficios, también puede tener un impacto negativo en la salud ósea, el desarrollo cognitivo, psicosocial y cardiometabólico de los pacientes.
Estos hallazgos plantean interrogantes sobre la práctica actual de prescribir bloqueadores de la pubertad como tratamiento estándar para adolescentes con disforia de género. Los investigadores instan a una mayor cautela y a una evaluación más rigurosa de los riesgos y beneficios de estos tratamientos antes de su implementación.
A medida que continúa el debate, es fundamental que los profesionales de la salud, los legisladores y la comunidad en general consideren cuidadosamente la evidencia científica disponible y trabajen en conjunto para garantizar el bienestar y la salud de los adolescentes con disforia de género.
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