
La tecnología 5G y los dispositivos inalámbricos emiten radiación de radiofrecuencia que puede causar daños biológicos, según estudios recientes.
La tecnología inalámbrica, incluida la 5G, ha generado un intenso debate debido a sus posibles implicaciones en la salud pública. Mientras que esta tecnología promete grandes avances en conectividad y comunicación, varios expertos han expresado su preocupación por los riesgos biológicos asociados con la radiación de radiofrecuencia (RF). Investigaciones recientes apuntan a que la exposición prolongada a estos dispositivos podría causar daños significativos, incluyendo infertilidad, cáncer y alteraciones en el ADN humano.
¿Cómo es posible que un producto con tanto potencial dañino fuera lanzado al mercado para uso público?
“La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) regula todos los dispositivos inalámbricos y los productos asociados a ellos. Lamentablemente, la FCC está formada por antiguos ejecutivos de telecomunicaciones, abogados e ingenieros. No tiene científicos ni médicos”, afirmó Frank Clegg, ex presidente de Microsoft Canadá y actual director ejecutivo de Canadians for Safe Technology.
Radiación de RF y sus riesgos
La radiación de RF es emitida por dispositivos inalámbricos y se ha demostrado que se acumula en el cuerpo humano. Aunque estamos expuestos a esta radiación a diario, se estima que este nivel aumentará considerablemente en los próximos años. Según Cisco, para el año 2030 habrá más de 500 mil millones de dispositivos conectados de forma inalámbrica, lo que implica casi 60 dispositivos por persona en promedio.
Frank Clegg, ha sido una voz prominente en este debate. Clegg ha pedido a las compañías de telecomunicaciones que presenten evidencia científica que respalde la seguridad de la tecnología 5G, argumentando que aún no existe una base sólida que demuestre su inocuidad. Además, ha expresado su preocupación por la instalación de Wi-Fi en las escuelas, señalando los posibles riesgos para los estudiantes, especialmente aquellos que puedan ser sensibles a la radiación electromagnética.
Evidencia científica y efectos biológicos
Numerosos estudios han vinculado la radiación de RF con efectos adversos para la salud. Estos incluyen insomnio, dolores de cabeza, fatiga, arritmias cardíacas, cáncer y daños irreversibles al ADN. Un informe del Programa Nacional de Toxicología de Estados Unidos, publicado en 2018, reveló evidencia de cáncer y daños en el ADN relacionados con el uso de dispositivos inalámbricos. Sin embargo, a pesar de estas advertencias, la implementación de la infraestructura 5G continúa avanzando rápidamente en varios países.
Falta de regulación adecuada
Una de las mayores críticas a la expansión de la tecnología 5G es la falta de regulación adecuada. Según Clegg, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) en Estados Unidos, encargada de regular los dispositivos inalámbricos, carece de personal médico o científico en su estructura. Esto ha resultado en normativas obsoletas, algunas de las cuales no han sido actualizadas en más de 20 años, permitiendo que las empresas de telecomunicaciones se autocontrolen en gran medida.
Además, la Ley Federal de Telecomunicaciones de 1996 impide que las compañías sean demandadas por problemas de salud relacionados con sus productos, lo que otorga una protección considerable a la industria. A nivel federal y estatal, se están aprobando legislaciones que facilitan la instalación de antenas y torres de telecomunicaciones, eliminando, en muchos casos, los derechos de los gobiernos locales y las comunidades para oponerse a su despliegue.
Hacia una tecnología más segura
A pesar de los riesgos, existen iniciativas que buscan encontrar un equilibrio entre los avances tecnológicos y la protección de la salud pública. Organizaciones como Environmental Health Trust y Canadians for Safe Technology abogan por el desarrollo de tecnologías más seguras que minimicen la exposición a la radiación de RF, al tiempo que permiten disfrutar de los beneficios de la conectividad moderna.
Clegg concluye haciendo un llamado a la acción: “Es fundamental que las personas se informen sobre los riesgos y tomen decisiones conscientes en el uso de la tecnología inalámbrica”.
La discusión sobre los riesgos de la 5G está lejos de concluir, pero es evidente que se necesitan más investigaciones y regulaciones más estrictas para garantizar que los avances tecnológicos no comprometan la salud humana en el futuro.
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