La familia es el pilar de la sociedad, ya que en ella podemos encontrar los valores que forman el carácter de las distintas generaciones. Por lo tanto, cada miembro de la familia representa distintos saberes que, de una u otra manera, han ayudado a formarnos.
Sin embargo, al igual que la vida misma, la historia que muchas familias pasan por situaciones dolorosas y tiempos difíciles, irremediablemente llegan a un fin en determinado momento, dando como resultado la pérdida de un ser querido.
Es por ello que se reconoce el valor de su existencia y la infinidad de experiencias que vivimos a su lado, aquellos seres queridos que parten prematuramente dejan un legado que no sólo debemos recordar sino además honrar.
El acto de honrar a nuestros seres queridos, se materializa principalmente cada vez que demostramos respeto y dedicación hacia ellos a través del amor y la comprensión.
La cercanía o lazos que establecemos con cada uno de nuestros familiares también determina al mismo tiempo la manera como honramos aquellos valores que nos transmiten. Más aún, aquellos familiares de mayor experiencia que tienen un rol de gran relevancia en la familia, debido a sus vivencias y sabiduría acumulada por su perseverancia al ayudar a conformar la familia a través de la dedicación y el esmero.
Su legado por lo general es aquel que todos los miembros de la familia sin excepción no sólo reconocen y valoran, sino que además guardan un tipo de culto y gran respeto.
Si en el tiempo en el que conocimos o convivimos con aquellos miembros que tanto queremos y hoy no están, establecimos un vínculo que incluyera la parte espiritual, es bueno entonces que para honrar su memoria dispongamos un tiempo para orar y para rendir culto a sus memorias mediante la relación con Dios.
En caso de que este vínculo no existiese o no fuese tan marcado, por lo menos podemos separar un día en el cual por ejemplo solíamos compartir con ellos, para hacer alguna actividad semejante y así recordar su memoria, haciéndolo desde la gratitud.
También podemos separar un día específico para reunirnos con otros miembros de la familia y pasar una tarde y compartir recordando los buenos momentos de aquellos miembros de la familia que ya se fueron.
Aunque no estén con nosotros, sabemos que permanecerán en nuestros corazones, que sus enseñanzas serán valoradas y los recuerdos serán un registro que quede grabado como parte de la vida y de lo que naturalmente las cosas suelen ser, pero que se guardan con felicidad por el tiempo vivido y compartido.
Escrito por César Múnera para VCSradio.net