6:20 minutos. Durante los largos años de luchas con otros reinos, Atenas ganó y perdió muchas batallas. Pero en una de ellas la superstición de un general llevó al desastre.
Historia de la Superstición que le Causó una Derrota a Atenas
Después de una rivalidad constante entre las dos ciudades griegas más poderosas, en 445 a.C. habían acordado que Esparta tendría la hegemonía del Peloponeso mientras Atenas tendría la supremacía del mar.
Pero Atenas iba aumentando su poderío, y la lucha por la preponderancia con Esparta provocaba conflictos, alianzas y traiciones entre las diferentes ciudades estado griegas. Las tensiones fueron en aumento, hasta que, finalmente, llevaron a un punto de quiebre que provocó la que se conoció como guerra del Peloponeso, a partir de 431 a.C.
Toma de Siracusa
Ya hacía 16 años se había iniciado esta larga y sangrienta guerra con episodios intermitentes de una paz endeble. Entonces entró en el escenario la isla de Sicilia, la cual estaba dividida entre ambos bandos. La ciudad de Siracusa, aliada de Esparta, provocó temor entre sus vecinos, los cuales pidieron ayuda a Atenas.
En consecuencia, la asamblea popular ateniense decidió tomarse a Siracusa, convencida por Alcibíades de que, extendiendo el dominio de Atenas a Sicilia, cortarían los suministros a Esparta y de paso atajarían a Corinto, su el gran rival comercial.
Consecuentemente, se conformó una tríada de comandantes, compuesta por Nicias, Lámaco y Alcibíades para esta empresa. En 415 a.C., al mando de un poderoso ejército, partieron para Siracusa. Pero Alcibíades fue acusado, antes de partir, de haber participado en la mutilación de las estatuas de Hermes, considerado un grave sacrilegio.
Ante esto, para evitar el castigo, Alcibíades huyó uniéndose a los espartanos, a quienes dio asesoría, ya que conocía la estrategia ateniense. Esto complicó el accionar del ejército ático, el cual, aunque puso sitio a Siracusa, no pudo tomarla tan rápido como se esperaba. Naturalmente, el carácter prudente en exceso de Nicias, quien quedó al frente del ejército, contribuyó a la lentitud de las operaciones.
El consejo de Alcibíades resultó vital para Esparta. Primero, llevaron la guerra a Atenas, sitiando la fortificación de Decelia, clave para los suministros atenienses. Simultáneamente, enviaron al general Gilipo a Siracusa, el cual rápidamente comenzó a tomar ventaja en la batalla por la ciudad. La situación ateniense era bastante complicada, pues debían luchar en dos frentes, tanto en Siracusa como en Atenas misma.
El desastre de Siracusa
Ante la arremetida espartana, desde Atenas se envió al general Demóstenes, para reforzar las tropas en Siracusa. Pero Gilipo aprovechó su mejor conocimiento del terreno y pronto doblegó a los atenienses. La gran batalla se registró en septiembre de 413 a.C. en el puerto siracusano, donde los marinos atenienses fueron derrotados en forma aplastante.
Comprendiendo que la toma de Siracusa estaba perdida, Demóstenes aconsejó a Nicias que lo mejor era retirarse y ayudar en territorio ateniense. Le hizo ver que aun conservaban una buena parte del ejército, el cual podría cambiar el panorama en Atenas.
Pero esa noche se presentó un eclipse lunar. Siendo Nicias un hombre muy supersticioso, decidió consultar a los adivinos antes de partir. Como le dijeron que era de mal augurio adelantar la partida en esas condiciones, optó por retrasar la retirada.
Esto le dio tiempo al ejército espartano de rodearlos totalmente y la derrota fue aplastante. Tratando de huir por tierra, tanto Nicias como Demóstenes fueron detenidos y ejecutados. Toda la flota ateniense fue destruida y de los 50.000 soldados atenienses que habían llegado, solo sobrevivieron 7.000, la mayoría de los cuales fueron esclavizados. Solo unos pocos regresaron a su patria.
Final de Atenas
Después de esta aparatosa derrota, Atenas se recuperó levemente, pero el inmenso costo de la misión perdida, así como el impacto en las tropas, marcaron su destino. En 404 a.C. perdió definitivamente la guerra, y ya nunca volvió a ser la misma.
Aunque la pérdida de Siracusa se produjo por una serie de sucesos, no hay duda de que, si Nicias hubiera actuado con prontitud en la evacuación del ejército, la suerte de Atenas podría haber sido diferente. Pero un agüero no le permitió actuar racionalmente.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
Tema musical: bensound-epic- Temas sin derechos de autor
Foto de portada: El Partenón en Atenas – VCSradio.net
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