Familias de adolescentes en Venezuela denuncian torturas bajo el régimen de Nicolás Maduro. Golpes, asfixia y descargas eléctricas son algunos de los métodos utilizados para intimidar a los jóvenes. Organizaciones de derechos humanos exigen justicia.
En el contexto de la crisis política que sacude Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro ha intensificado su represión tras las elecciones presidenciales, con casos alarmantes de detenciones arbitrarias y tortura. En un caso reciente, familiares de ocho adolescentes han denunciado públicamente las torturas sufridas por los jóvenes, quienes fueron detenidos sin justificación clara y sometidos a graves abusos físicos y psicológicos. Las familias y organizaciones de derechos humanos han exigido su liberación inmediata y una investigación sobre los abusos cometidos.
Tortura como Método de Coacción
Entre las denuncias más escalofriantes se encuentra la de Theany Urbina, madre de Miguel Urbina, de 16 años, quien aseguró que su hijo fue torturado con descargas eléctricas para forzarlo a confesar delitos. También mencionó la práctica de asfixia mediante gas lacrimógeno, conocida como “la capucha de cebollita”, que consiste en poner una bolsa con gas lacrimógeno sobre la cabeza del detenido para asfixiarlo, lo que ha generado indignación entre los defensores de derechos humanos. Estas denuncias subrayan el uso sistemático de la tortura como método de coacción, a menudo utilizado por las fuerzas de seguridad del Estado venezolano.
Detenciones Injustificadas y Arbitrarias
Los ocho adolescentes, entre ellos Diomer Gómez, de 17 años, se encuentran recluidos en la Entidad de Atención Ciudad Caracas, acusados de delitos como “incitación al odio”, “terrorismo” y “hurto calificado”. Las detenciones ocurrieron poco después de las elecciones, en las que se denunciaron irregularidades en el proceso electoral, lo que ha provocado una ola de protestas en sectores populares. La hermana de Diomer Gómez relató que su hermano fue detenido sin una orden judicial, desaparecido por 12 días y acusado de terrorismo sin pruebas.
La represión en las zonas más vulnerables ha sido desmesurada, con adolescentes forzados a grabar confesiones falsas bajo tortura. En algunos casos, los jóvenes ni siquiera participaron en las manifestaciones, pero fueron detenidos simplemente por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. En este clima de terror, las familias viven con miedo y angustia, enfrentándose a un sistema judicial corrupto que criminaliza la protesta pacífica.
Un Llamado a la Justicia
La comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos han alzado la voz contra estos abusos, exigiendo una investigación independiente y la liberación inmediata de los adolescentes. “No son criminales; son niños con sueños y metas”, afirmó la hermana de Diomer Gómez, mientras las familias continúan luchando por la justicia.
Este caso refleja un patrón más amplio de violaciones sistemáticas de derechos humanos en Venezuela, donde el régimen utiliza la represión violenta para sofocar la disidencia. Las detenciones arbitrarias y la tortura de adolescentes representan un nuevo nivel de brutalidad que no puede ser ignorado.
En conclusión, la situación en Venezuela sigue siendo crítica, con cientos de personas detenidas y torturadas bajo el régimen de Maduro. La denuncia de torturas contra adolescentes detenidos después de las elecciones es un recordatorio del deterioro de los derechos humanos en el país, y subraya la urgente necesidad de acción por parte de la comunidad internacional para detener estos abusos y garantizar la justicia para las víctimas.
También puede leer: Exlíderes mundiales exigen la detención inmediata de Nicolás Maduro