Mi nombre es Lian Xin, vivo en EEUU y tengo 9 años. Desde que nací tuve la fortuna de que mis padres me introdujeran en la práctica de Falun Dafa, la cual ayuda a la gente a ser mejor persona, y a mantener un estado sereno y tranquilo, así como a entender a los demás y evitar juzgarlos o criticarlos. La disciplina se basa en los principios de Verdad, Compasión y Tolerancia.
Falun Dafa es un qigong que incluye 4 ejercicios y una meditación. Tiene varios libros que enseñan a mejorar la forma de actuar. Cuando uno mejora, se llama elevar el xinxing. Antes, mi madre me leía los libros, pero ahora que estoy grande yo los puedo leer.
Mis experiencias en la escuela
Todos los días, mientras esperamos el bus escolar, mi padre me dice que debo elevar mi xinxing en la escuela, y observar cómo me comporto para corregirme.
Un día, estaba con mis amigos jugando en la computadora del colegio. Yo quería ganar y demostrar que era mejor que los otros. Como estaba muy preocupada por ganar, me bloqueé y mis respuestas resultaron ser incorrectas. Realmente me puse muy triste y me dieron muchas ganas de llorar. Pero recordé que el Maestro Li dice en el libro que debemos eliminar el corazón de competencia. Entonces comprendí que debía participar no para ganar sino para mejorar mis habilidades y para realizar un buen trabajo escolar. Me tranquilicé, y cuando volví a jugar, gané fácilmente sin buscarlo, porque eliminé mi búsqueda por competir.
Otro día, un compañero de clase se llevó un lápiz que apreciaba mucho porque mi madre me lo había traído de China. Siempre lo cuidaba y me sentía orgullosa de tenerlo y ostentarlo entre mis compañeros. Me preocupé cuando lo perdí y lo estuve buscando por todas partes. Hasta la profesora me ayudó a buscarlo, pero había desaparecido.
Llegué a casa muy triste y antes de dormir me pregunté quién habría sido el ladrón y qué podría hacer para recuperarlo. Pero en ese momento recordé que en el libro de Falun Dafa, Zhuan Falun dice que debemos tomar las cosas ligeramente y no apegarnos a nada. Me dije que tal vez yo le estaba dando demasiada importancia y que no valía la pena. Entonces pude dormirme.
Cuando llegué al colegio a la mañana siguiente, y sin esperarlo, encontré el lápiz en mi pupitre, comprendí que cuando no me apego ni me aferro a las cosas, todo se manifiesta naturalmente.
Otro día, dos niños me hicieron caer al piso. Me pegué en la pierna y me dolía mucho. Sentí mucha rabia hacia el niño que me empujó y pensé en pegarle. Cuando me calmé un poco pensé que seguramente yo le había hecho daño a él en el pasado y que estaba pagando mi error, así que la ira se fue y volví a jugar con mis amigos.
Mejorando mi conducta en casa
En la casa volvía a tener enojo con mi hermana. Yo hice un dibujo que me quedó muy bonito y se lo di para que lo coloreara, pero ella lo dejó a un lado y terminó recortándolo con tijeras. Me puse furioso y le grité: “Nunca volveré a hacerte un dibujo”. Ella se puso a llorar. Me di cuenta que yo lo que quería era presumir de buen dibujante, sin ver que era muy difícil de colorear. Me había sentido despreciado porque era orgullosa. En ese momento decidí dejar el defecto de presumir y de ser tan iracundo y rabioso.
En otra ocasión, tuve otro problema con mi hermana. Aunque ella tenía muchos juguetes, siempre quería los míos. Ese día me quería quitar un tigre de peluche que yo había ganado en el colegio. Como me negué a dárselo, comenzó a llorar y fue a darle quejas a mis padres. Ellos me obligaron a prestárselo, aunque yo no quería. Después de jugar un rato, terminó rompiendo mi tigre. Eso me enfureció nuevamente pero rápidamente recordé que debía trabajar en controlar la ira porque era una practicante de Dafa. Sentí que solté el apego al juguete y lo arreglé. Cuando estaba listo se lo di a mi hermana para que jugara.
En mi casa yo me encargo de ayudarle a mamá a lavar la ropa porque siempre está muy ocupada. Tengo que lavar varias veces por semana y en ocasiones me canso mucho al hacerlo. Empecé a tener pereza y le dije que ya no quería lavar más. Mi madre me preguntó: “¿Qué pasaría si dijera que estoy demasiado cansada y decidiera no hacer la cena? Todos pasaríamos hambre, ¿no?”.
Mamá tenía razón, yo tenía que abandonar la pereza y el resentimiento que me producía colaborar con las tareas de la casa. No debo tener esos sentimientos. ¿qué clase de practicante de Dafa soy? Falun Dafa es Verdad Compasión y tolerancia y todos debemos ayudar para que la familia funcione. No debo esperar que siempre exista alguien que haga las cosas por mí, yo también puedo ayudar. Así que, eliminé el apego a sentirme injustamente tratada y ahora tengo buena actitud hacia los quehaceres del hogar. Incluso ayudo a lavar los platos, a barrer y limpiar. Así mi madre puede descansar un poco más.
Seguir con mi disciplina durante las vacaciones de verano
Cuando estaba en vacaciones, me entró flojera de estudiar el libro de Falun Dafa y hacer los ejercicios. Prefería jugar y divertirme en el vacaciones. Mis padres me decían que debía leer y hacer los ejercicios temprano, y luego podía jugar. Decían que no debía aceptar la pereza porque después sería difícil eliminarla. Estuve de acuerdo y comencé nuevamente a practicar juiciosamente. Me di cuenta de que la pereza puede atacarme en cualquier momento y se aferra de mis apegos para obstaculizar mi disciplina. Quiero hacerlo cada vez mejor.
La gente dice que las cosas espirituales son solo para los adultos y que nosotros los niños solo jugamos. Yo creo que, aunque seamos pequeños, siempre podemos aprender a ser mejores personas, y no solamente pensar en video juegos y en salir a jugar con los amigos. Además, Dafa me ha hecho un buen estudiante porque la meditación me ayuda a estar más concentrada y tranquila, también a prestar más atención durante las clases.
Estoy muy agradecida de poder compartir algunas de mis experiencias y espero ayudar a que otros niños conozcan sobre la disciplina y cómo mejorar.
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