Durante una audiencia en el Senado de EE.UU., Robert Redfield, exdirector de los CDC, criticó la obligatoriedad de las vacunas de ARNm y pidió una mayor transparencia en los datos de seguridad. La discusión también abarcó la teoría de la fuga de laboratorio del COVID-19 y la amenaza de la bioseguridad.
El 11 de julio, durante una audiencia del Comité Senatorial de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales, Robert Redfield, exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), emitió una contundente advertencia sobre los peligros de las vacunas de ARNm contra el COVID-19. Redfield, quien dirigió los CDC de 2018 a 2021, calificó estas vacunas como “tóxicas” y criticó la obligatoriedad de su administración, afirmando que nunca deberían haber sido impuestas.
Durante esta audiencia, que exploró la supervisión gubernamental de la investigación de virus de alto riesgo financiada por los contribuyentes, Redfield subrayó la necesidad de transparencia en torno a los efectos secundarios de las vacunas. “Es crucial que ahora digamos la verdad”, afirmó la investigadora de vacunas Jessica Rose, Ph.D. “Los eventos adversos fueron ocultados y continúan siéndolo para evitar que la gente desconfíe de las inyecciones”.
Vacunas de ARNm: Una Elección Personal
Redfield detalló que uno de los mayores errores cometidos fue la imposición de las vacunas de ARNm, defendiendo que deberían haber sido una elección personal. Reveló que la proteína de pico producida por estas vacunas es “tóxica para el cuerpo” y desencadena una “respuesta proinflamatoria muy fuerte”. En su práctica médica, Redfield opta por administrar “vacunas de proteínas muertas” en lugar de las de ARNm.
Estas declaraciones contrastan marcadamente con la postura oficial de los CDC durante su mandato, que promovió firmemente la adopción de la vacuna de ARNm como segura y eficaz. En la audiencia, el senador Ron Johnson presentó datos del Sistema de notificación de eventos adversos a las vacunas (VAERS), que mostraban más de 37.000 muertes reportadas tras la vacunación contra el COVID-19, el 24% de las cuales ocurrieron dentro de los dos días posteriores a la inyección. Redfield reconoció la falta de transparencia inicial sobre los posibles efectos secundarios de las vacunas y criticó los intentos de minimizar estos informes.
La Necesidad de Transparencia en la FDA
Redfield también expresó su decepción por el manejo de la información sobre la seguridad de las vacunas por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). Criticó la decisión de la FDA de posponer la publicación de todos los datos de seguridad hasta 2026, argumentando que esto genera desconfianza en las agencias de salud pública.
El senador Johnson mostró su frustración por la falta de cooperación de las agencias de salud para divulgar datos críticos. Johnson presentó un gráfico que comparaba los informes de eventos adversos de varios medicamentos, incluida la ivermectina y la hidroxicloroquina, con los de las vacunas COVID-19, revelando un contraste significativo en las muertes reportadas.
Investigación de Ganancia de Función y la Teoría de la Fuga de Laboratorio
El testimonio de Redfield también abordó la controversia sobre la investigación de ganancia de función, que implica modificar patógenos para hacerlos más infecciosos o letales. Redfield pidió una pausa en estos estudios, destacando la falta de beneficios significativos derivados de esta investigación.
El debate sobre los orígenes del COVID-19 también se reavivó, con Redfield reafirmando su creencia en la teoría de la fuga de laboratorio. Señaló que las infecciones por COVID-19 probablemente fueron el resultado de un experimento de investigación biomédica y una posterior fuga de laboratorio, criticando la falta de una investigación exhaustiva sobre ambas hipótesis de origen.
La Amenaza de la Bioseguridad
Redfield enfatizó la importancia crítica de la bioseguridad, advirtiendo que en los próximos años esta será la mayor amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. Propuso la creación de una agencia dedicada dentro del Departamento de Energía de Estados Unidos para abordar las preocupaciones de bioseguridad de manera sistemática.
El senador Roger Marshall respaldó esta perspectiva, subrayando que un problema de bioseguridad viral es una amenaza mayor que la militar de China. Gerald Parker, decano asociado de Global One Health en la Universidad Texas A&M, también apoyó la creación de una autoridad independiente para consolidar funciones seguras en una sola entidad con una misión dedicada.
También puede leer: