7:30 minutos. El imponente mausoleo de Taj Mahal atrae a miles de visitantes permanentemente. Pero este majestuoso monumento guarda una historia de amor y tragedia que no todos conocen.
El Taj Mahal es una de las obras de arquitectura más hermosas y sorprendentes que aún se conservan en todo su esplendor. Pero así mismo, su historia, o su leyenda como afirman muchos, es tan interesante y dramática como el edificio mismo.
Hacia 1607, la ciudad de Agra en India, era la capital del imperio mogol. Cierto día, el príncipe Yurram, quien más tarde se convertiría en el emperador musulmán Shan Jahan, conoció a Arjumand Banu Begum, hija del Primer Ministro de la Corte, y de sólo 15 años de edad.
De inmediato quedó prendado por la hermosa chica. Pero sus deberes imperiales no le permitieron acceder a ella de inmediato. Debido a su rango, su primera esposa debía ser de su misma condición, por lo que debió desposar primero a la hija del rey de Persia.
De hecho, su amada fue la cuarta esposa, y solo fue en 1612 cuando pudo cumplir su sueño de desposarla. En seguida la nombró Mumtaz Mahal, algo así como ‘la elegida o la perla del palacio’. A partir de ese momento fue su favorita, y con ella tuvo 14 hijos.
Después de 1627, cuando fue nombrado emperador, la tuvo siempre a su lado. Era ella quien lo acompañaba en todas sus visitas oficiales, e incluso a los frentes de batalla cuando inspeccionaba el estado de los ejércitos.
Pero, como sucede tantas veces en la literatura, aquella historia de amor verdadero no podía durar para siempre. En 1631, después de 19 años de felicidad compartida, el emperador Jahan debió verla morir durante el decimocuarto parto, del cual nació una niña.
Un amor que perdura más allá de la muerte
La pérdida de su compañera nunca pudo ser superada por el rey. Después de cumplida la triste ceremonia para enterrar el cuerpo de la princesa, en Burhanpur, a orillas del río Tapti, el emperador se encerró en su palacio, donde permaneció oculto a la vista de todos durante un año.
Al cabo de ese tiempo, reapareció, envejecido y canoso. Seguidamente ordenó trasladar el cuerpo de su esposa a la ciudad de Agra, donde fue depositado provisionalmente a la orilla del río Yamuna.
Entonces, trajo los mejores arquitectos de India, Asia central y Persia, y con ellos llevó a cabo el diseño del complejo que se conocería como el Taj Mahal, que significa “Corona del Palacio”. Más de veinte mil obreros trabajaron durante 22 años, para construir una de las siete maravillas modernas de la humanidad.
El emperador no escatimó gastos. Se trajeron los mejores mármoles blancos de Rajastán, jade de China, lapislázuli de Afganistán, diamantes de Golconda, y así, las mejores piedras de las canteras más reconocidas del mundo antiguo.
Todas estas piedras preciosas decoraban las paredes produciendo una increíble imagen de belleza y solemnidad al monumento. El blanco mármol, después de más de trescientos años aún impacta por su pureza.
El frente del edificio está adornado por un estanque de mármol, que refleja la estructura, reforzando la sensación de simetría. Todo el exterior es, en sí mismo, una obra de arte con un bello jardín, con cipreses que magnifican los estanques y ayudan a dirigir la mirada hacia el mausoleo.
Este último es una representación de la mejor arquitectura musulmana, coronado por una imponente cúpula que engrandece todo el conjunto. En el centro se encuentra la cámara mortuoria, en la cual actualmente están las dos tumbas, ricamente decoradas, en un recinto a la vez sobrio y solemne.
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Últimos días del emperador
No se puede relatar la historia del Taj Mahal, sin conocer el final del emperador Shan Jahan. Después de culminar tan magna obra, la fortuna del rey quedó totalmente agotada. Esto, aunque a él no le importaba, sí tuvo consecuencias para el reino.
Por tal motivo, finalmente perdió su trono en 1658 y su lugar fue ocupado por su hijo Aurangzeb. El rey destronado fue recluido en una cámara desde donde podía apreciar permanentemente su majestuosa obra, tal vez soñando con el día en que, finalmente, podría acompañar a su amada esposa.
De esta forma vivió aun ocho años más, hasta morir a los 74 años de edad. Su cuerpo fue colocado en una tumba al lado de la de la reina, y allí permanecen unidos por siempre.
Muchas historias se han tejido a través de estos siglos alrededor de esta historia de amor, y seguramente la mayoría son leyendas contadas para realzar la grandeza del sentimiento de un rey hacia quien fue su esposa y compañera.
Pero, sean ciertas o no todas las historias, lo que no podemos negar es que el producto de esa obsesión amorosa nos legó una de las obras más hermosas que ha dejado la humanidad. Porque si el amor es algo inherente al ser humano, esta obra producida por un gran amor, nos pertenece, de alguna forma, a todos nosotros.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
Narración: Javier Hernández
Música de fondo: Mystic India – Envato
Foto de portada: Taj Mahal, Agra – Jakub Hałun – Wikimedia Commons
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