El Rey Nimrod y el Líder Chino Xi Jinping: Dos Tiranos de Dos Épocas
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Uigures rezando en el Turquestán Oriental. (Imagen Wikimedia)
7 minutos de lectura. El Rey Nimrod y el líder chino Xi Jinping: Dos Tiranos de Dos Épocas
Los hechos de barbarie cometidos por Nimrod, el monarca de Mesopotamia, son mínimos a la hora de confrontarlos con la masacre que actualmente efectúa el Partido Comunista Chino en cabeza de Xi Jinping, contra los uigures en China.
La afirmación del presidente estadounidense Joe Biden de que Xi Jinping es un “dictador” provocó una respuesta airada por parte de las autoridades chinas. Sin embargo, el término “dictador” no es suficiente para describir la verdadera naturaleza de Xi Jinping. De hecho, podría decirse que lo minimiza.
Paralelismo histórico
La comparación de Xi Jinping con Nimrod es un claro ejemplo de su crueldad. En la Biblia, Nimrod es descrito como un rey mesopotámico poderoso y cruel. Se le atribuye la construcción de la Torre de Babel, y también se le relaciona con la idolatría.
En las tradiciones extra bíblicas, Nimrod se presenta como un tirano que intenta quemar vivo a Abraham, el padre de los judíos. Esta historia es familiar para la mayoría de los musulmanes.
El genocidio uigur es una atrocidad mucho mayor que el intento de Nimrod de matar a Abraham. Xi Jinping, por otro lado, ha sido acusado de genocidio por parte de las Naciones Unidas, Estados Unidos y muchos otros países. Ha encarcelado a millones de uigures, los ha sometido a tortura y trabajos forzados, y ha esterilizado a mujeres uigures en masa.
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Intolerancia y represión
En 2017, el presidente chino Xi Jinping declaró al Islam una enfermedad mental y libró la guerra contra Dios. En respuesta, miles de personas fueron detenidas y enviadas a campos de concentración. Estas personas incluían eruditos religiosos, intelectuales y ciudadanos comunes.
Las personas detenidas en los campos de concentración permanecen recluidas indefinidamente sin juicio. Esto equivale a una sentencia de muerte para la población uigur, y el proceso de muerte avanza lentamente.
Qiu Yuanyuan, procónsul de Xi Jinping en Xinjiang, ha defendido las detenciones masivas de uigures diciendo que son necesarias para “erradicar tumores” y “fumigar cultivos para matar malezas”. Yuanyuan dijo que las detenciones han sido “muy duras” y que es inevitable que los familiares y vecinos de los detenidos se sientan ofendidos. Por ello, el régimen chino también ha detenido a estas personas para “enseñarles” y “preservar los logros” de la represión.
¿Qué los une y qué los diferencia?
Nimrod y Xi Jinping tienen algo en común: ambos ordenaron la detención de una población entera en un intento de mantener su poder. Nimrod ordenó matar a los bebés varones para evitar que le quitaran el trono, mientras que Xi Jinping encarceló a los uigures nacidos entre 1970 y 2000, por considerarlos una amenaza para la unidad de China.
A diferencia de Nimrod, Xi Jinping ha cometido un genocidio contra los uigures, incluyendo el asesinato de bebés no nacidos mediante abortos forzados y la esterilización forzosa de mujeres uigures. Las propias estadísticas demográficas de China muestran que las tasas de natalidad uigur han disminuido drásticamente, con un millón de uigures menos nacidos en 2017 y 2018.
Otra diferencia es que Nimrod escuchó a Abraham en su palacio, pero Xi Jinping es incapaz de escuchar las opiniones de los uigures y en cambio, condena a prisión a intelectuales como el profesor Ilham Tohti, que intentan promover el diálogo y la comprensión entre los uigures y China.
Nimrod permitió que Abraham emigrara cuando no pudo persuadirlo de que detuviera su movimiento contra la idolatría. Sin embargo, Xi Jinping no permitió que los uigures escaparan cuando estos insistieron en su identidad étnica y rechazaron la asimilación a la cultura china.
Comparación de sus políticas y acciones
Nimrod castigó a Abraham por destruir los ídolos, pero dejó a sus familiares y seguidores intactos. Xi Jinping, en cambio, ha detenido a tres millones de uigures por sucesos violentos, incluyendo el ataque de Kunming del 1 de marzo y el ataque al mercado matutino de Urumqi del 22 de mayo.
Los documentos filtrados revelan que los uigures han sido arrestados por motivos tan vagos como “pertenecer a una familia en la que algunos integrantes hayan sido sancionados”, “atender llamadas de gente sospechosa”, “haber comido con un delincuente” o “subir al familiar de un ex convicto a su automóvil”.
A sí mismo, Xi Jinping, recogió los pasaportes de los uigures y trajo de regreso a China a los refugiados que huyeron a otros países. También detuvo y mandó a prisión a más de 5.000 estudiantes que estudiaban en el extranjero.
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El fuego y los campos de concentración
Nimrod castigó a Abraham arrojándolo al fuego. Xi Jinping, como parte de su genocidio contra los uigures, los ha encarcelado en campos de concentración, donde son torturados y sometidos a adoctrinamiento. Abraham sobrevivió milagrosamente al fuego, pero los uigures han sufrido seis años de tormentos, donde además son forzados a jurar fidelidad a Xi Jinping.
Los campos se rigen por la regla de que deben ser “una escuela para la enseñanza, protegidos como una cárcel y administrados como un ejército”.
Nimrod no pidió ayuda a otros contra Abraham. Incluso las hormigas ayudaron a Abraham trayendo agua. Mientras los uigures sufrían en los campos de concentración, Xi Jinping prohibió cualquier investigación independiente. En cambio, organizó visitas a Xinjiang para justificar los campos.
Los visitantes, incluidos algunos uigures, como el “erudito islámico” Ali Rashid Al Nuaimi y el estadista Mahmoud Abbas, respaldaron la política de campos de China, diciendo que eran una “lucha contra el terrorismo”. En lugar de ayudar a los uigures, los visitantes echaron gasolina al fuego.
Conclusión
Para poner fin a la atrocidad de Xinjiang, el mundo debe tener el conocimiento y el coraje para llamar a las cosas por su nombre y denunciar a China por sus crímenes contra la humanidad.
Si crees que Nimrod fue un tirano, entonces Xi Jinping es aún peor. Si crees que Nimrod fue un personaje histórico, entonces Xi Jinping es el asesino más despiadado de los últimos tiempos.
Escrito por Darío Chaparro para VCS Radio.net con información de Bitterwinter
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