No solía tener malas costumbres cuando era joven, empecé a tener contactos con mafiosos y desarrollé muchos vicios malos, incluyendo fumar y beber. Por lo que junto con mi mal genio e impaciencia, fui considerado un alborotador tanto en el trabajo como en mi familia.
Sin embargo, en mi corazón siempre he creído en los Fo (Budas o Dioses). A veces miraba al cielo, preguntándome dónde estaba mi verdadero hogar.
Él dijo que había escuchado hablar sobre Falun Dafa en marzo de 1999, a la edad de 31 años, después de haber estado expuesto a la corrupción ejercida por el partido comunista chino (PCCh). Mis pensamientos se centraban en entrar en un templo y ser un monje.
Estuve viendo el video de las conferencias del Maestro Li Hongzhi. Viendo los gestos de mano del Maestro, de repente entendí todo y supe que se trataba de un verdadero maestro. Después de leer Zhuan Falun, comprendí que este qigong (práctica para refinar la energía) era una verdadera práctica de cultivación. Cuando leí que los practicantes de Falun Dafa siguen Verdad, Benevolencia y Tolerancia, supe que podía aceptar sus principios, y me convertí en practicante de Falun Dafa.
En noviembre del 2000, la policía nos arrestó a mi esposa y a mí, junto con varios practicantes, y nos mantuvieron recluidos durante 19 meses. Durante ese tiempo sufrí severas torturas, como a todas las ciudadanas que practican Falun Dafa en China, acabaron con mil familias, me hicieron infinidad de torturas, y querían indicar que tenía que renuncia a mis creencias espirituales, me negué porque sé que estoy en lo correcto. (Tomado de Minghui.org)