Un estudio de la Universidad de Yale ha revelado que padecer estrés puede engordarnos tanto como si nos comiéramos una hamburguesa doble con queso.
¿Y eso cómo es posible?
Pues porque cuando nos estresamos nuestro organismo produce una sustancia llamada cortisol que incrementa los niveles de glucosa en sangre y favorece el almacenamiento de grasa.
Los expertos midieron los niveles de cortisol en saliva de un grupo de 41 mujeres en diferentes momentos con diferentes estados de ánimo y encontraron que cuando estaban estresadas sus niveles de cortisol subían significativamente.
Una hamburguesa con queso aporta unas 303 calorías, más o menos las mismas que se generarían con un episodio de estrés, explica el medio Bienestar 180.
Además, el cuerpo también genera otra hormona, la hidrocortisona, que estimula la acumulación de grasa en la zona abdominal, según los científicos.
La ansiedad que provoca el estrés puede conducir también a comer convulsivamente alimentos con muchas calorías, lo que también puede llevar a engordar.
Si está estresado pruebe
Relajarse controlando su respiración, una respiración profunda puede ayudar mucho a relajar su mente y reducir la ansiedad.
La práctica de la meditación es muy recomendable también para afrontar con mucha calma y serenidad los retos de la vida diaria sin llegar a estados graves de estrés y ansiedad. Redacción BLes