El espejo roto unido – Cuento
Durante las dinastías del sur y del norte (420-581 d. C.), en el estado de Chen, vivía una princesa de nombre Lechang conocida por su belleza e inteligencia. Atraída por su talento y conocimiento, se casó con un oficial llamado XuDeyan.
La joven
pareja se amaba entrañablemente y durante un tiempo, vivieron felices juntos.
En poco tiempo, sin embargo, los soldados de Sui invadieron el estado de Chen.
La pareja tuvo que huir del Palacio y exiliarse.
Antes de salir del Palacio, Deyan tomó un espejo de bronce y lo rompió por la mitad. Dio una mitad a la princesa y guardó la otra mitad y le dijo que era un símbolo de su unión en caso de ser separados y perder contacto el uno con el otro.
Prometieron que, si eran separados, se buscarían el uno al otro en el mercado de la capital el día 15 del primer mes lunar, que sería el Festival de los faroles. Luego, cada uno ocultó su mitad del espejo lejos y dejaron el Palacio. Pronto cayó el estado de Chen y en el caos la joven pareja fue separada.
Al año
siguiente, Deyan llevó su mitad del espejo al mercado según lo planeado,
esperando encontrar a su querida esposa allí para unir las dos mitades del
espejo.
Él buscó a través de todo el mercado, pero no pudo encontrar ningún rastro de
ella.
De repente, vio a un hombre vendiendo un espejo. Al reconocerlo como el que
pertenecía a su esposa, se acercó al hombre y le preguntó sobre la princesa.
El hombre
reveló a Deyan que era sirviente de la princesa enviado al mercado con su mitad
del espejo, puesto que ella no pudo venir a encontrarse con su esposo.
Lamentablemente, después de la caída del estado de Chen, ella fue llevada al
poderoso ministro Yang Sui para ser su concubina.
Al conocer esta noticia, las lágrimas rodaban por las mejillas de Deyan. Sacó un pincel y escribió un poema sobre la mitad de espejo de la princesa.
“Te fuiste con el espejo, ahora veo el espejo pero no a ti. Sin Lechang en la luna, su brillo se pierde”. Entonces, se lo dio al sirviente para devolverlo a la princesa.
Cuando la princesa leyó el poema en su mitad del espejo, no pudo menos que sollozar por días, extrañando a su marido.
Al darse cuenta de su verdadero amor, el ministro fue muy comprensivo. También advirtió que nunca podría ganar su amor. Entonces envió por Deyan para que viniera a reclamar a su esposa y, así, la princesa y Deyan se reunieron. Esta historia se encuentra en historias en verso (BenShi Shi)
Fuente Clear Harmony
Narración: Javier Hernández
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