6 minutos de lectura. Cada día se habla más de la posibilidad de un colapso de la economía china, que podría generar profundos cambios políticos. Podemos decir que la pregunta no es si ésto es posible, sino cuándo sucederá.
Puede escuchar o leer este artículo a continuación:
Desde hace ya bastante tiempo se habla continuamente de la inminencia de una crisis total, tanto social como económica, del poderoso estado comunista chino. Pero, aun así, se le ve desafiante en su política expansionista.
Sin embargo, hablar una vez más de crisis en China parece una especie de teoría conspirativa, ajena a lo que muchos perciben. Pero, pese a las apariencias, el Partido Comunista Chino cada vez se ve más arrinconado ante las continuas fisuras que aparecen en su -hasta hace poco- indestructible maquinaria.
Es sabido que, después del estruendoso fracaso de las políticas aislacionistas de Mao, así como de sus experimentos económicos como el Gran Salto Adelante, que realmente fue un salto al vacío, los líderes del PCCh, con Deng Xiaoping a la cabeza, enderezaron el rumbo.
Sin soltar las riendas asfixiantes de la dictadura, se hizo una apertura en lo económico. Se ingresó al mercado capitalista global, aunque con un control estatal que regulaba las políticas de esa apertura.
Esta apertura fue bienvenida en occidente, por las posibilidades que ofrecía una enorme población. No solo como mano de obra barata para llevar allí sus grandes empresas, sino como un mercado tan grande como ningún otro.
También le podría interesar:
De este modo, los países occidentales decidieron mirar para otro lado ante los atropellos contra los derechos humanos en el país comunista. Por lo tanto, ayudaron a impulsar la economía china, al tiempo que llenaban sus propios bolsillos.
Fue así como China creció rápidamente, hasta llegar a convertirse en la segunda potencia mundial, luego que la Unión Soviética desapareciera del mapa político.
Sin embargo, el crecimiento sostenido del país asiático parece estar deteniéndose.
Esto se debe a la acumulación de una serie de crisis, que parecen llevar lentamente al país hacia un callejón sin salida. Veamos las más sobresalientes, que se han venido presentando en los últimos años.
Desde un comienzo, con el fin de cumplir con las exigentes metas de crecimiento, que dieron tan grande impulso a la economía china, el gobierno se centró en las obras de infraestructura. Siendo China un país que apenas salía del atraso, había miles de proyectos por construir. Además de vías, trenes y represas, el foco se posó sobre la vivienda.
Esto generó millones de empleos, a la vez que, mediante préstamos otorgados por bancos estatales ávidos del movimiento de capitales, se comenzó a solucionar el problema de vivienda de la clase media emergente.
Como la tierra en China es propiedad del estado, los gobiernos regionales encontraron en la venta o arriendo de lotes de terreno a las inmobiliarias una fuente casi infinita de recursos para su desarrollo.
Pero, como todo mercado, este también tiene sus límites. En un comienzo, los usuarios comenzaron a invertir en vivienda, adquiriendo varias, como una buena inversión.
Sin embargo, la cultura de vender sobre planos, causó que las inmobiliarias utilizaran los recursos de los compradores para impulsar nuevos conjuntos residenciales. Esto se convirtió en una pirámide, que comenzó a derrumbarse cuando cayeron las ventas.
En este momento, el mercado inmobiliario, que representa casi el 30% del PIB de China, muestra alrededor de 30 millones de viviendas sin vender y 100 millones vendidas, pero sin ocupar.
La crisis de la poderosa constructora Evergrande en 2021, es apenas la punta del iceberg de esta crisis. Actualmente se encuentran en riesgo millones de empleos y los ahorros de millones de familias que incluso se han endeudado, viendo en la compra de vivienda un jugoso negocio.
Pero la crisis de la construcción es, como dijimos, solo uno de varios problemas. Por ejemplo, la presión del gobierno sobre las empresas tecnológicas ha debilitado el mercado virtual, y compañías como Alibaba han despedido a miles de trabajadores.
Esto ha llevado el desempleo de los jóvenes a un 20%, creando alarma por esta población que sale al mercado laboral llena de expectativas. A esto se le suma envejecimiento demográfico de la población, originado en gran parte por tantos años de la política de un solo hijo.
Simultáneamente, las amenazas constantes hacia la seguridad de países vecinos, así como la disputa por Taiwán, han generado unas relaciones cada vez más tensas con la Unión Europea y EEUU, los principales aliados comerciales de China.
Por otro lado, las políticas intervencionistas internas sobre las empresas, así como la inestabilidad que se percibe por este hecho, están provocando serias dudas a los inversores extranjeros. De hecho, ya muchas empresas comienzan a trasladar sus fábricas a países vecinos como Vietnam o India.
Si a eso se le suma la disminución de exportaciones provocada por la desconfianza de sus socios comerciales mencionada arriba, el impacto puede ser mucho más grande de lo que se ve en apariencia.
Normalmente, cuando los países crecen rápidamente, pasan por crisis que finalmente logran superar. Pero el caso es que en China se están juntando todas las crisis posibles, en el mismo momento.
Sin embargo, nada es casual. China puede haberse abierto al comercio mundial, pero las estrictas regulaciones del Partido comunista, no permiten una evolución natural dentro de ese comercio. Esto porque su interés primordial está en la conservación del poder político, por encima de la estabilidad económica.
Este es el motivo por el que los empresarios no pueden actuar libremente, ni se permite una oposición que presente alternativas ante las crisis.
El verdadero problema no es el pueblo ni los empresarios, sino que el timón del barco está en las manos de un partido comunista anquilosado y sin ideas, que se niega a dejar el poder.
Esto último nos deja en claro que, mientras el poder siga en manos de un partido único, que se centra más en su propia supervivencia que en el bienestar del pueblo, la crisis no será superada, sino que llevará al colapso total.
La pregunta que queda en el aire, es: ¿a cuantos países arrastrará ese Titanic, si llega al punto de su hundimiento provocado por la ceguera de sus dirigentes?
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
Foto: Envato
Para más artículos de opinión como El Colapso Económico en China Podría Significar la Caída del Modelo Comunista, ingrese a nuestra sección En Perspectiva, de VCSradio.net
Artículos similares: